A la vanguardia en servicios médicos


La doctora Mercedes Sañudo es especialista en Diagnóstico por Imágenes y es la encargada del área de la mujer del Instituto de Diagnóstico por Imágenes de Santa Fe.

 

Textos: Romina Santopietro. Fotos: Guillermo Di Salvatore.

El Instituto de Diagnóstico por Imágenes es el centro más avanzado de Santa Fe, donde se cubren todas las opciones de imágenes que ayuden a los profesionales de la salud a definir un diagnóstico: desde radiografías hasta resonancias magnéticas.

 

 

Mercedes es una de las médicas más jóvenes del centro, encargada del área de la mujer, especialista en Diagnóstico por Imágenes.

 

 

“En tercer año de medicina se ve la materia Diagnóstico por Imágenes, y yo ahí confirmé mi idea de hacer la especialidad. Si bien ya por mi familia conocía de qué se trata -son los referentes y responsables del centro- ya sabía en qué consistía el trabajo y siempre supe que era a lo que me quería dedicar. Lo elegí convencida de dedicarme a lo que me gusta”, cuenta. “De hecho, mi papá no quería que estudiara medicina. Él sostiene que es un ámbito machista”, recuerda con una sonrisa.

 

 

“El centro cuenta con los resonadores más avanzados de la ciudad. Tenemos la mejor tecnología y nuestros profesionales son excelentes. En el centro tenemos equipos que no hay en otros lugares. Por ejemplo, recientemente incorporamos un resonar de 3 Tesla, lo más avanzado y de última generación. Los comunes son de 0.5. Los buenos, de 1.5. Y los que son excelentes, son de 3, que es la potencia. Para acceder a un resonador de estas características, había que ir a Rosario. Ahora lo tenemos en Santa Fe. También hay un resonador dedicado, muy confortable -que se llama así porque es para brazos o piernas- hay varios”, explica la Dra. Sañudo. “Hacemos la diferencia tanto con los equipos como con los profesionales para brindar el mejor servicio de diagnóstico por imágenes”.

 

Este año, la empresa cumple 26 años de trayectoria en la ciudad. Comenzó en una casa ubicada al lado del centro, con un equipo de rayos, un mamógrafo, un tomógrafo y un ecógrafo.

 

“Más tarde se construyó este edificio, que tiene cuatro pisos y en cada piso hay un área específica. Tenemos también una sede en barrio Sur, en Gral. López al 2800, que es un poco más chico, no brinda todos los servicios que brindamos en la sede de Junín, pero es bastante completo. Y aquí enfrente -de la sede central- se instaló el resonador nuevo, nuestra nave espacial”, enumera.

 

Hoy cuenta con 65 empleados, entre secretarios, administrativos y técnicos. El plantel médico consta de 32 profesionales y reciben 12 mil pacientes por mes.

 

“La ventaja que tenemos como centro de diagnóstico es que el paciente viene y resuelve todo lo que necesita evaluar en un solo lugar. Hasta es posible coordinar los turnos para los distintos estudios y nos perder varios días y tiempo en traslados. Entonces, en dos horas solucionás todo, cosa que en otro lugar no se puede hacer. porque todos los métodos y equipos que existen están acá”, resume. Y continúa: “por ejemplo, en el área de la mujer, la paciente generalmente tiene que hacerse varios estudios. Entonces viene y primero se hace la mamografía, después la ecografía mamaria y la ginecológica. Y más tarde, la densitometría. Son cuatro estudios que se coordinan uno detrás del otro para que te puedas hacer todo junto en un rato y ya te vas liberada. Y para buscar los resultados, también se hace de una sola vez y en el mismo lugar. Incluso se puede optar por pedir que te envíen a tu domicilio los resultados”.

 

Tecnología y capacitación

 

Con la implementación de equipos de última generación la capacitación de todo el personal del centro -administrativos, técnicos y médicos- es permanente.

 

“Todo el tiempo nos vamos actualizando, todos los integrantes del centro. Los equipos tecnológicos se renuevan continuamente, porque se trata de brindar siempre el mejor servicio, que el paciente se lleve el diagnóstico certero y que al médico le sirva. Cuidar la excelencia del trabajo y del servicio es primordial”, se explaya Mercedes. “Este fue el eje desde el comienzo del centro. Atender bien al paciente, brindarle un excelente servicio, con buenos equipos y buenos profesionales”, remata.

 

Desde las secretarias que toman los turnos, hasta los técnicos que realizan el estudio para finalizar con los médicos que analizan los resultados y dan el diagnóstico, la atención es sumamente personalizada.

 

 

“Aquí la mayoría de la gente viene al menos preocupada, o angustiada e incluso con dolor, salvo que venga por un control rutinario. Entonces se trata de contener, de ser amable, de hacer una atención integral. Y los pacientes lo notan y nos los dicen”, explica la Dra. Sañudo con orgullo.

 

 

La política de la empresa es cuidar los detalles, reinvertir y apostar a la excelencia.

“Dentro de la especialidad de Diagnóstico por Imágenes, yo me subespecialicé en la mujer. Antes el médico imagenólogo hacía todo: rayos, placas, tomografías, resonancias… Hoy en día se tiende a hacer énfasis en las subespecialidades para poder realizar mejores diagnósticos, profundizar los estudios y brindar un nivel más alto de excelencia”, explica.

 

“En el área de la mujer, todo nuestro segundo piso, contamos con el mejor mamógrafo del mercado, que fue el primero con esta tecnología de mamografía 3D en la ciudad. Se llama mamógrafo digital directo con tomosíntesis, que se incorporó en 2013. En realidad, todo nuestro equipamiento es verdaderamente de última generación”.

 

 

“Me capacité mucho, viajé tres meses a Chile y tres meses a España, que son lugares de referencia, donde hay profesionales que también son referentes en imágenes mamarias. En estos lugares se trabaja 15 horas por día, donde la capacitación, la formación y el esfuerzo son constantes. Y además sigo participando de cursos, congresos y seminarios todo el tiempo. Hacía uno por mes. Viajé a Estados Unidos varias veces, a Brasil, ¡ni hablar de Buenos Aires!… Al Hospital Austral fui durante años a hacer posgrados. Trato de perfeccionarme permanentemente”, recuerda.

 

 

La profesión es muy sacrificada y demandante, pero Mercedes no se imagina haciendo otra cosa. “Nunca me vi en otra profesión que no sea medicina. Desde muy chica supe que esta sería mi vida”, afirma. “También implica sacrificios a otro nivel: el médico se forma durante muchos años, y comienza a trabajar más tarde, posterga la familia, la mayoría planifica hijos después de los 30… Nos pasa a muchas médicas. El proyecto personal se dilata en el tiempo. Vivís para la medicina… los médicos no sabemos hacer más que esto, porque desde los 18 años vivís para la medicina”, confiesa entre risas.

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