Actividad física y calor: claves para entrenar sin riesgos


Así como durante los meses de verano cambian nuestras rutinas, nuestros horarios y nuestras comidas… también es importante modificar la forma de ejercitarnos para poder hacerlo de forma segura.

Textos. Revista Nosotros. Fuente. Vittal.

El verano es la época ideal para disfrutar de la actividad física, especialmente al aire libre. Pero así como durante los meses de calor cambian nuestras rutinas, nuestros horarios y nuestras comidas… también es importante modificar la forma de ejercitarnos para poder hacerlo de forma segura.

A la hora de realizar ejercicios físicos, las altas temperaturas, el uso de indumentaria con materiales sintéticos y la ingesta de alimentos hipercalóricos contribuyen a aumentar la temperatura corporal. En consecuencia, en nuestro organismo se generan distintas reacciones fisiológicas para defenderse del calor.

CÓMO REACCIONA EL CUERPO

El Dr. Manuel Molina Pico explica que al aumentar la temperatura corporal se produce una mayor irrigación sanguínea en la piel: «Esto produce el enfriamiento corporal a través del sudor. Sin embargo, en las altas temperaturas, sumadas a un aumento de la humedad ambiente, la evaporación por el sudor se hace más difícil».

Es así, según el profesional de la salud, como el sistema fisiológico de enfriamiento corporal que mantiene la homeostasis de la temperatura puede no ser suficiente a altas temperaturas y humedad.

Los síntomas que pueden aparecer entonces son los calambres, el agotamiento o golpes de calor, entre otros.

CUIDADOS A TENER EN CUENTA

En ese sentido, señala también una serie de recomendaciones generales para contrarrestar las altas temperaturas corporales en verano:

– Usar ropa ligera y fresca. Asegurarse de realizar una correcta hidratación y un posterior enfriamiento.

– Se recomienda que actividades como caminatas, ciclismo o deportes de competición se realicen antes de las 10 de la mañana o después de las 18. El mejor horario para entrenar es bien temprano a la mañana o a última hora del día. El calor reduce el rendimiento y puede producir efectos adversos en el cuerpo.

– Es imprescindible evitar el sol del mediodía y no olvidar usar protector solar adecuado aunque esté nublado.

– Optar siempre por prendas claras ya que las oscuras absorben la luz y el calor. Usar también zapatillas adecuadas y vestimenta cómoda y fresca.

– No correr con elementos plásticos pegados al cuerpo e indumentaria impermeable. Esto eleva la temperatura corporal y puede ser riesgoso. Sumar siempre anteojos de sol y gorros incluso cuando esté nublado.

– Antes de comenzar a entrenar, es siempre una buena idea hacer un chequeo médico completo y seguir las instrucciones de un entrenador o profesor de educación física para encarar una rutina adecuada y evitar lesiones.

HIDRATARSE, UN PUNTO CLAVE

La hidratación debe realizarse antes, durante y después del ejercicio. El 80% de nuestro cuerpo está conformado por agua. Es importante tener en cuenta que no se debe esperar a sentir sed para consumir líquido.

Tomar 120 cc de agua cada 20 minutos son suficientes para actividades moderadas que duren menos de una hora.

En los entrenamientos que se desarrollan por más tiempo es recomendable el uso de bebidas isotónicas antes y después del ejercicio.

LOS BENEFICIOS DE ENTRENAR AL AIRE LIBRE

– Hacer ejercicio físico no solo es saludable para el cuerpo, también distrae y descansa la mente.

– Ofrece la posibilidad de cambiar de rutina, paisaje y obstáculos cada día. Esto proporciona nuevas experiencias y evita caer en la monotonía a la hora de entrenar.

– En este tiempo de pandemia, ejercitar en espacios abiertos es la opción más segura para prevenir posibles contagios por Covid-19.

¿QUÉ HACER?

NATACIÓN: Sin dudas el verano es el momento ideal para nadar. Sea que estés de vacaciones o en casa, podés aprovechar para refrescarte en el agua a la vez que se trabaja y tonifica el cuerpo a través de la natación y sus completos ejercicios.

DEPORTES PLAYEROS: La playa es un lugar perfecto para disfrutar de diferentes actividades físicas en el agua o en la arena. Una buena alternativa para trabajar el cuerpo de forma divertida.

CAMINATA: A la orilla de la playa, en el parque o por la ciudad al caer la noche se puede caminar tanto a un ritmo más relajado como practicando actividades tan interesantes y completas. Tonificá tus músculos y relajate disfrutando de un paseo o una caminata.

RUNNING: Correr al aire libre durante los meses de verano siempre es una gran idea. Solo hay que tener en cuenta los consejos de los profesionales para hacerlo sin riesgos y de la forma adecuada.

BICICLETA: Andar en bici es una actividad que se puede realizar tanto en la propia ciudad como si nos vamos a algún lugar de vacaciones. Además puede ser una oportunidad de conocer distintos lugares mientras se practica ejercicio físico.

YOGA: El contacto con la naturaleza favorece la relajación, por eso el verano es una gran ocasión para realizar sesiones de yoga al aire libre. Además, las superficies un poco más inestables obliga a trabajar más los músculos.

UNA RUTINA PERSONALIZADA

Se recomienda que la duración para una sesión de entrenamiento sea de 45 a 90 minutos. Es importante que dentro de este tiempo se incluyan 15 minutos de calentamiento al comenzar y otros tantos de elongación al finalizar la actividad.

Hay que tener en cuenta que quien comienza desde cero a moverse debe hacerlo en forma progresiva, sin esforzarse de más. Es conveniente en estos casos intercalar la caminata con el trote y hacer un entrenamiento escalonado.  

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