Aprender a comunicarnos de una manera no violenta


La comunicación puede convertirse en herramienta para fomentar las relaciones sanas, que contribuye a la resolución de conflictos y una mejor relación interpersonal. 

TEXTOS. Clr. Lucila García Poultier y Clr. Sabrina Peralta.

La comunicación no violenta es una herramienta para fomentar las relaciones sanas, que contribuye a la resolución de conflictos y mejora las relaciones con uno mismo.

La importancia y el valor de aprender a comunicarnos implica que podemos ser capaces de establecer una comunicación simétrica, asertiva y empática, desarrollar una mejor conexión con las necesidades propias y ajenas, facilitar la prevención y resolución de conflictos vinculares y por supuesto visualizar el sentimiento de compasión.

Todo estos son aspectos básicos que permiten evitar elementos negativos durante una conversación, cómo la agresión física, los insultos y comparaciones, entendiendo que recurrimos a un comportamiento que daña a otros cuando no conocemos estrategias más efectivas para dar respuesta.

Por eso en una conversación es importante reflexionar sobre nuestras expectativas, expresar con claridad nuestras necesidades, identificar sentimientos, y evitar hacer juicios y evaluaciones.

Cuando somos conscientes de cómo debemos expresarnos y qué necesitamos cambiar, podemos lograr una comunicación no violenta.

Rosenberg explica que: «Cuando nuestra comunicación permite dar y recibir de una manera compasiva, la felicidad reemplaza a la violencia y al sufrimiento».

En tiempos donde la reacción automática se adelanta a la acción compasiva hacernos un espacio para reflexionar sobre nuestra forma de comunicarnos con otros y con nosotros mismos puede hacer la diferencia.

Un mundo menos violento, más empático, aceptante y humano se hace con la acción de cada una de las personas que formamos parte de él, en nuestras manos está la posibilidad de empezar a hacer ese cambio

¿Nos animamos a dar el primer paso?

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