Cada cosa en su lugar


¿Es lo mismo ordenar que organizar? ¿Es posible el orden en un departamento de mínimas dimensiones? ¿Y si hay niños en la casa? A estas y muchas otras inquietudes, responde nuestra experta en esta nota.

 

Por Nadia Novillo.

Soy Nadia Novillo, “LocaPorElOrden”, aunque de ninguna manera el “loca” refiere a un orden obsesivo. El nombre tiene un sentido de “apasionada”. Apasionada por la organización y el orden; apasionada por la moda, el diseño y la decoración; enemiga íntima del “así nomás”; y amante de los “detalles”.

 

A través de mis publicaciones busco e intento poder motivarlos, entusiasmarlos e inspirarlos para que comiencen de a poco a establecer criterios de organización y orden en todos los espacios de sus hogares y también en sus lugares de trabajo.

 

Es posible elegir el orden como un estilo, una filosofía, una manera, un modo de vida, tanto en nuestro hogar como en nuestro ámbito laboral.

 

Puedo imaginar y hasta escuchar lo que están pensando y diciendo: “Yo no tengo lugar”, “Yo estoy alquilando”, “Mi departamento es muy chico”, “Mi casa es muy grande”, “Me voy a mudar”, “No me entra nada”, “Es todo un caos porque somos muchos”, “Es un lío porque hay niños”, “Hasta que arregle y pinte”, “Hasta que compre otro mueble”… Típicas expresiones que se repiten una y otra vez, digo “expresiones” por no decir “excusas”.

 

Quiero desmitificar esa creencia de que solo podemos tener un hogar ordenado si se trata de una gran casa amplia y espaciosa. La organización y el orden nada tienen que ver con los metros cuadrados. Quienes viven en un monoambiente, loft o pequeño departamento intentan justificar el desorden diciendo que este es muy chico; y por el contrario, quienes viven en una súper casa intentan excusar su caos diciendo que es imposible mantenerla ordenada.

 

Déjenme decirles que no acepto ninguna de las dos justificaciones o excusas porque no son válidas ni ciertas.

El problema no es la falta de espacio o lugar sino el exceso y la acumulación de cosas, el consumo desmedido, el comprar sin saber siquiera lo que tenemos, el guardar siempre “por las dudas”, el conservar incluso cosas que están rotas y que fueron reemplazadas por otras nuevas.

 

Debemos poder resolver estas cuestiones. Es sorprendente como así el lugar aparece; todo se despeja; y se maximizan, optimizan y aprovechan los espacios.

 

Al comenzar, debemos estar preparados y concientizados para sincerarnos con nosotros mismos en cuanto a todo lo que tenemos y no usamos ni necesitamos. Así podremos tomar la decisión de descartar, tirar, regalar, donar o vender.

 

Es habitual creer que organizar y ordenar es lo mismo pero resulta que son dos cosas muy distintas. Ocurre que muchas veces pensamos que ordenamos porque vamos guardando cosas. Estamos convencidos de ser muy ordenados, cuando en realidad se trata de un “orden aparente” o “falso orden”.

 

Organizar es determinar e implementar un sistema o método. Por favor, no vayan a creer que les estoy hablando de un sistema de ingeniería, sino simplemente de aplicar la lógica y el sentido común, teniendo en cuenta principalmente que este sistema sea eficiente y nos resulte cómodo, práctico y funcional.

 

Lo fundamental al establecer un criterio de organización está en que cada objeto esté en el lugar donde se necesita y utiliza.

 

 

Una vez que hemos establecido un sistema de organización y establecimos categorías, entonces si vamos a ordenar. Como criterio de orden debemos tener “un lugar para cada cosa y cada cosa en su lugar”.

 

 

Organizar es algo que hacemos una sola vez y para siempre; o, por supuesto, al adquirir nuevos muebles, adornos, objetos o cosas, aunque ya vamos a tener claro a dónde va ubicada cada cosa.

 

 

Ordenar es algo que hacemos todos los días, ya que a diario usamos prendas, calzado, vajilla, libros, juegos… todo lo que tenemos. Cuando cada una de esas cosas vuelve a su lugar, lo que estamos haciendo es sencilla y claramente ordenar.

 

 

El único secreto para mantener el orden en el tiempo es que cada cosa, luego de ser usada, vuelva a su lugar. Debe guardarse limpia y de manera prolija para cuando vuelva a ser utilizada. La regla del orden, y el slogan de Loca por el Orden, es el famoso “a guardar, a guardar… cada cosa en su lugar‘ de la canción infantil.

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