Evelin Sottini comenzó a cantar de niña y nunca más paró. Ahora, mientras cursa las últimas materias de la Licenciatura en Música, educando el talento, desarrolla varios proyectos donde plasma su amor por cantar.
Textos: Revista Nosotros. Foto: Mar Mendez.
Hace dos años lleva adelante su propio estudio de canto en el que comparte sus conocimientos y pasión con cantantes profesionales y amateurs. Algo que -confiesa- la hace sumamente feliz.
-¿Hace cuánto que te dedicás a cantar?
-Tenía 12 años cuando me topé por primera vez con la música, fue en un coro de niños, no podía creer lo que estaba viviendo! Ahí encontré mi lugar en el mundo, el escenario.
Comencé mis primeros estudios a los 16 años, en el Liceo Municipal de Santo Tomé, y nunca me detuve. Hoy estoy rindiendo las últimas materias de la Licenciatura en Música con Orientación en Canto, en el instituto Superior de Música de la UNL.
Durante todos estos años he tomado clases en Buenos Airess y Santa Fe con profesores nacionales e internacionales, también he realizado innumerables cursos y Masterclass… y lo seguiré haciendo mientras pueda- cuenta con enorme sonrisa.
-¿Es cierto que empezaste a cantar de “casualidad” ?
-Sí de alguna manera fue así. Mi hermana Anto se inscribió en la audición para ingresar al coro de niños y jóvenes de la Municipalidad de Santo Tomé y mi mamá y yo fuimos a acompañarla.
Cuando llegó su turno, no convenció al jurado: la mandaron a casa a que escuche mucha música. -risas- De repente me vieron sentadita al lado de mi madre y me insistieron para que cantara y yo me animé. Por suerte se encontraba justo escuchando Susana Caligaris, quien vio algo en mí, que ni yo había visto y automáticamente me aceptaron, no solo en el coro de niños, sino que ingresé directamente al coro estable, en el que estuve muchos años. Hoy mi hermana es una excelente profesora de danza. -más risas-.
-¿Siempre te dedicaste a distintos géneros?
-¡Sí! Lo primero a lo que me dediqué fue a la música clásica, he cantado tanto en coro como solista y paralelamente canté mucho folklore, participé en muchos festivales y tuve la suerte de pisar varias veces el escenario Atahualpa Yupanqui, en Cosquín.
Hasta que un día escuché Britney Spears y me dije: “¡Yo quiero cantar en inglés!”-se ríe-. Ahí descubrí el jazz y toda la música negra.
-De todos estos géneros ¿cuál es tu favorito?
-Si bien disfruto de todos, mi alma vibra cuando canto ópera, ahí es cuando siento que toco el cielo con las manos.
-¿Cuáles son tus principales referentes, según el género?
-Uff… Sería imposible nombrar a todos. Pero si me apuras, -sí, la apuramos- te diría que mis favoritos son: la soprano Diana Damrau es increíble, me encanta la dulzura de Lorena Astudillo y me flashean las grosas del Jazz y el Soul como Ella F., Billie H., Etta James, Whitney Houston, etc. Obviamente me encanta Amy Winehouse ¡y muchas más!
-Ya que nombraste a Amy, contanos de que se trata Cherry.
-Cherry (Amy Winehouse Tribute) es un proyecto que arrancamos hace un año en el que me acompañan Fabián Rosa en Piano, Lucas “Pato” Fornillo en Guitarra, Sebastián “El Flaco” Trédici en Bajo y Abel Homer en Batería, en el que tratamos de homenajear a la cantante inglesa, interpretando sus grandes éxitos con gran respeto y admiración.
-¿A qué otros proyectos te estás dedicando actualmente?
-Por suerte este es un año cargado de cosas, estamos recorriendo todo el circuito de bares de la región con Flaco Trédici en guitarra, en abril voy a estar presentando un show de Rhythm & Blues en el que me acompañará la banda de Jazz “Volcán Climax”.
Fui convocada por el maestro Matías Amicuzi para un ambicioso proyecto junto a Ars Nova.
Pero uno de los proyectos más divertidos, también en abril, es el festejo de los 15 años de “Los Ranser”, banda con la que tenemos la suerte con mi gran amiga Brenda Bôck de trabajar hace ya unos años, cantando y haciendo coros.