Caos Mágico, la moda que arrasa


Las tendencias van y vienen. Así se explica el arribo del caos mágico, la nueva moda para las próximas temporadas. Aquí te contamos de qué se trata este fenómeno con trasfondo espiritual y filosófico que nació en el año 2015 como respuesta al normcore, la tendencia a la antitendencia.

 

Textos. Georgina Lacube.

Se podría decir que llegó la hora de vestirnos sin prejuicios ni ataduras, de eso se trata el caos mágico, una tendencia que inaugura una etapa de magia y de referencia a los sueños en la industria. ¿Cómo se refleja esto en el vestir? En atuendos que incluyen tela lamé, brillos que evocan un cielo estrellado, un estampado retro y personal, imágenes de un caleidoscopio, una carta astral y hasta de un mandala, mezclando capas y texturas para crear un look que abraza lo íntimo y lo galáctico.
El término fue acuñado por K-Hole, un colectivo de pronóstico de tendencias localizado en Nueva York e integrado por personas de edades cercanas a los 30 años. Juntos abordan, debaten y reflexionan sobre las nuevas costumbres de los cool kids. Ellos llegaron a la conclusión de que los fashionistas aburridos de la moda normcore otro término patentado por este grupo y que tiene que ver con ese estilo sin sobresaltos, sencillo y atemporal delineado a fuerza de looks estudiadísimos, compuestos por prendas básicas como un par de jeans holgados, camisas lisas (abotonadas y siempre adentro del pantalón) y zapatillas deportivas que tiene como máximos exponentes a Olivia Palermo e Inés de la Fressange- se revelaron en pos de una estética mucho más caótica y fantasiosa que admite atuendos donde todo vale. Ahora ya no se trata de dejar de lado la excentricidad, sino de fluir y de que cada persona se encuentre a sí misma a través de la libertad de elección.
Greg Fong, uno de sus fundadores, explicó a The Guardian que el caos mágico, es una filosofía aplicable al mundo de las tendencias. Por eso, además de tener implicancias en el vestir, consiste en una nueva actitud que mezcla pensamiento positivo, libre albedrío y experimentación por parte del usuario. Y cuando se habla de magia, la referencia apunta a la fuerza interior que habita en cada uno de nosotros y que debemos cultivar, con mimo e inteligencia, para hacerla crecer y enriquecernos como personas.
DE LA MANO DE LOS MILLENNIALS

A su vez, el origen del caos mágico está íntimamente asociado a una nueva generación de consumidores que se llama millennials. Son jóvenes de entre 20 y 35 años que nacieron con el cambio de milenio y que tienen en común los siguientes rasgos:
– Son súper digitales. Se caracterizan por dominar la tecnología como una prolongación de su propio cuerpo. Casi todas sus relaciones básicas cotidianas están intermediadas por una pantalla. Para ellos, realidad y virtualidad son dos caras de la misma moneda.
– Son multitasking, es decir, tienen la capacidad (o necesidad) de hacer varias cosas a la vez de manera online. Esto significa que mientras están trabajando en una PC no pierden de vista su smartphone, del cual son adictos. Una necesidad que se extiende a las redes sociales (Instagram, Snapchat, WhatsApp, entre otras), que son vitales para su existencia.

– Son autosuficientes, autónomos y quieren sentirse protagonistas. Valoran la participación y la colaboración, por eso se movilizan para cambiar las cosas tanto a nivel social como personal. Y este es el gancho del concepto de “la magia del caos”: que cualquiera puede conseguir lo que se proponga mientras sea libre para elegir y piense en positivo.
Entre sus más fieles seguidores, hay que citar a Miley Cyrus llena de brillantina o vestida de cowgirl intergaláctica en cada uno de sus últimos recitales. También a Mary Katrantzou, la diseñadora griega residente en Londres cuyo trabajo tiene una fuerte conexión con la historia del arte y la tecnología. Basta con ver su colección primavera/verano 2016, donde las críticas señalan que hizo estallar un meteorito sobre las prendas y el resultado fue una colección de estampados cósmicos y florales combinados con geometrías creadas a partir de cuentas brillantes y telas ligeras que dan libertad a los movimientos. “La ropa puede tener un gran efecto en nuestra confianza y nos puede ayudar a llegar a dónde queremos ir. Si uno usa algo con lo que se siente increíble, su perspectiva tiende a ser más positiva y, en resumen, nos hace estar en contacto con lo mejor de uno mismo”, explicó la creadora sobre su versión del caos mágico.
COLECCIONES
Otro adepto a la moda del caos es el nuevo director creativo de Gucci: Alessandro Michele, quien ha logrado revitalizar a la marca con piezas que reinterpretan el movimiento hippie de los 70 y el punk de los 80, por nombrar solo algunas de las pistas que el diseñador deja entrever en cada nueva colección. De hecho, para su otoño-invierno 2016-2017 abundan los prints que recuerdan a los de los tapices, bordados en blusas y muchos motivos de abejas, la última obsesión del diseñador.
En sintonía, lo último de Nicolas Ghesquière para Louis Vuitton se presentó en la fundación de esa casa francesa, un edificio obra del arquitecto Frank Gehry que se encuentra situado en el parque protegido del Bois du Boulogne a las afueras de París (se inauguró como centro de la firma en 2014). Ahí montó una especie de mina psicodélica desde cuyo suelo emergían columnas gigantes de minerales, que estaban confeccionadas con pequeños cristales, similares a los que revisten las bolas de discoteca. Entre ellas desfilaron modelos que ostentaban una mezcla de texturas o colores en un mismo look y superposición de prendas.
Entretanto, Riccardo Tisci junto con la artista performática Marina Abramovic convirtieron el último desfile de Givenchy en un espectáculo con cantos tibetanos en plena ciudad de Nueva York. Todo un hallazgo para la casa francesa que busca conquistar al público de la Gran Manzana. El desfile se celebró a orillas del Hudson en Tribeca con una ambientación realizada con materiales reciclados y con la singularidad de tener un público de lo más variado: famosos, profesionales de la moda, vecinos del barrio… Y los que no pudieron asistir lo pudieron ver a través de las pantallas gigantes que instalaron por toda la city.

Allí, el dúo presentó una colección de primavera-verano 2016/17 con algunos de los diseños más emblemáticos de su carrera pero reeditados. El blanco y el negro fueron los grandes protagonistas de la propuesta, cuyas prendas tuvieron un marcado estilo lencero y fueron confeccionadas con tejidos delicados como la seda o el encaje con detalles puntillas. También ideó piezas superiores, como tops, con modernos drapeados con detalles románticos como puntillas y con formas asimétricas. Las joyas de la línea fueron sus espectaculares vestidos de alta costura con detalles de plumas, encaje, brillos, abalorios y bordados. ¿El broche? Las máscaras enjoyadas que llevaban las modelos sobre su rostro.
En su búsqueda de lo inexplicable, JW Anderson también mostró una colección compuesta por mangas abullonadas y bodies intergalácticos que compartieron protagonismo con pantalones estilosos combinados con camisetas gráficas, bolsos con asa larga y rayas recorriendo el cuerpo. Casi como un juego geométrico. Mientras que Dsquared2 hizo gala con su mix de colores fantasía en cada una de sus prendas. Todo un hechizo.

 

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