Carolina Piedrabuena, de cepa radical


La candidata conversó con Nosotros acerca de sus comienzos, cómo transita este tiempo de mujeres que se hacen fuertes en la política, sus valores y sus proyectos.

Textos. Romina Santopietro. Fotos. Flavio Raina.

Carolina Piedrabuena es, según su propia definición, antes que nada mamá de Fran y Carmela. También es militante radical y feminista. Y ahora es la precandidata a senadora nacional por Juntos por el Cambio.

En esta entrevista Nosotros la acompañamos a lo largo de su día, mientras realizaba las diferentes actividades de su agenda. En tiempos de pandemia, la mensajería instantánea permitió el contacto fluido y un ameno ida y vuelta.

-¿Dónde nace tu interés por la política? ¿En tu familia o llegó después?

-La política siempre fue parte de mi vida. En casa se respiraba la política y recuerdo desde muy chica participar en actos, encuentros, reuniones y marchas. Todavía recuerdo el acto masivo que se hizo en la rotonda de Unión, donde mi papá iba para candidato a concejal.

-¿Cómo fueron tus inicios? ¿Qué fue lo que te atrajo de la UCR?

-Crecí en democracia en una familia que me transmitió lo que es vivir sin libertades en ese momento y para mí el radicalismo es sinónimo de democracia y de libertad con igualdad. Es el partido de la defensa de la educación pública, que yo llevo como bandera y son esos los valores que me inspiran.

-¿En qué momento surge tu compromiso con la sociedad santafesina como para dedicarte a la política?

-Si tengo que pensar en algún momento te digo que la inundación del 29 de abril de 2003, un día antes de mi cumpleaños. Creo que más allá de que muchos ya militábamos ese fue un tiempo de inflexión, donde nos comprometimos con el otro. Ese fue momento en donde vos sentís que hay que devolver a la sociedad lo que nos habían dado a nosotros con la educación pública.

-¿Dónde te formaste?

-Me gustaban dos carreras: arquitectura y abogacía, pensando que rápidamente me iba a dar cuenta si me gustaba o no. Me anoté a las dos. Al año me di cuenta que arquitecta no quería ser. Me cambié a abogacía, porque ya estaba anotada, y empecé. En este momento también trabajaba porque quería contar con mis recursos, que me permitieran tener independencia. Comencé la facultad y ahí conocí a un montón de personas maravillosas de distintos lugares de la provincia. Creo que esas son las cosas más ricas que te deja la universidad. A mí la militancia me enseñó que hay un proyecto local, pero también hay un proyecto nacional para transformar el país y para mejorarlo. Así que desde la militancia universitaria seguí en la militancia nacional, en un espacio del radicalismo nacional que hoy es lo que nos acerca a Martín Lousteau. Trabajé en el ministerio de Economía de la provincia en la gestión de Hermes Binner como asistente técnica. Después estuve en la municipalidad por dos años, pero por diferencias políticas renuncié. En ese momento significaba quedarme sin trabajo y aunque estaba embarazada de ocho meses, esperando a mi primer hijo, entendí que las diferencias eran un punto y aparte. Ahí nació mi hijo Francisco y a los quince o veinte días, recibo un llamado de un funcionario del ministerio de Economía con el que había trabajado. Me propusieron diciendo que yo era la indicada por la formación y el conocimiento que tenía desde el ministerio de Economía y también de los otros ministerios, para que vaya al ministerio de Educación y asumí en la subsecretaría de Administración. De esa experiencia me quedo con la confianza de la ministra. Siempre tuvo confianza en mí, a pesar de no ser del mismo partido y estoy segura de que lo hizo porque para construir esa confianza trabajé mucho, desde el primer día hasta el último, poniendo todo de mi parte. Luego volví a la municipalidad, para ser secretaria de Hacienda. Como secretaria de Administración tuve a cargo uno de los presupuestos más importantes que tiene la provincia de Santa Fe. Creo que esto se dio justamente por esta confianza que generé. Hice una gestión buena, con honestidad y transparencia y mucha dedicación. Con aciertos y errores, pero siempre dando todo.

-¿Cómo equilibrás trabajo, política y familia?

-Es difícil lograr el equilibrio entre el trabajo, la política y la familia siendo funcionario público y de lugares difíciles, como los que me tocaron. Implica que el horario en que estamos a disposición son las veinticuatro horas del día, a diferencia de lo que muchos creen. Te aseguro que no es fácil estar en estos lugares y llevar el trabajo junto con la casa. Tengo una pareja con la que vamos a la par y eso es lo más importante. Coordinar los tiempos es lo más complicado, yo como mamá quiero estar presente en las rutinas de mis hijos, en las tareas, en preparar las cosas para el día siguiente… Es un esfuerzo grande y uno trata de conciliar. Ahí está la dificultad del equilibrio. Como toda mamá hago malabares y más en esta pandemia con la tarea, reniego de los grupos de WhatsApp pero si no fuera por todas las mamás de la escuela que me ayudan a recordar las cosas, no llegaría con todo lo que hay que llevar y hacer.

MUJERES PROTAGONISTAS DE LA POLÍTICA

-Mucho se habla del rol de la mujer en la política ¿Creés que hay un avance y más protagonismo de la mujer en este frente? Si es así, ¿a qué te parece que responde?

-Las mujeres venimos ganando protagonismo. La Ley de Paridad es un punto de partida y no de llegada a ningún lugar. El protagonismo se debe a que ahora sí nos ven y nadie tiene dudas de que tenemos capacidad para ocupar cualquier lugar, que podemos estar a cargo de una secretaría de control, podemos hacernos cargo de la secretaría de Obras Públicas o que podemos manejar las finanzas, como me tocó a mí. Creo que aún tenemos una vara distinta de los hombres en cualquier lugar que estemos, pero eso no es más que un obstáculo que tenemos que superar.

-En tu opinión ¿qué es lo que aporta una mujer desde la política, además de la mirada de género?

-Creo que le aportamos a la política mucho de nuestra mirada, de nuestra empatía. Las mujeres somos leonas y cuidamos a las nuestros con toda la fortaleza. Tenemos fortaleza. La sociedad necesita que las mujeres lideremos este tiempo.

-¿Las mujeres enfrentan otro tipo de obstáculos en el plano político?

-No me gusta pintarme y vestirme bien es una gran complicación porque siempre tengo que buscar talles especiales y eso me limita bastante, para quienes somos gordos la vestimenta es una dificultad. También eso en política es complejo, porque siendo mujer como una se arregla o viste es importante. A lo que me refiero es que si un hombre se viste todos los días con lo mismo, nadie se da cuenta, en cambio si las mujeres tenemos un mismo atuendo, somos como más juzgadas. Lo digo normalmente, sobre todo cuando me convocan a hablar más en cuestiones de género, de los obstáculos que tenemos las mujeres. Siempre pienso que si no hablamos de los obstáculos, no podemos eliminarlos.

AUTODEFINIDO

Soy abogada. estudié abogacía, me recibí primero de procuradora y después de abogada. Soy nacida y criada en Santa Fe. Hice la primaria en la escuela Mariano Moreno y después el secundario lo hice en el colegio Adoratrices. Jugué al hockey en el Santa Fe Rugby. Tengo 42 años, soy una persona trabajadora. Mamá de Francisco y de Carmela. En los desafíos que encaro pongo el cuerpo y el alma porque la gente nos deposita la confianza para eso. De mi papá, Eduardo Piedrabuena aprendí que lo que lo que vale en este mundo es ser buena persona y buen amigo de mis amigos, más allá del lugar donde me toque estar. Creo que hay que poner todos los esfuerzos. Trabajar, trabajar y trabajar para lograr los objetivos. Me encanta cocinar, en mi familia disfrutamos de cocinar y mucho más de agasajar a amigos en casa, las juntadas son parte de mi identidad. Hoy soy candidata por la lista Evolución en Juntos por el Cambio con Maxi Pullaro

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