Por Nadia Novillo.
En la búsqueda y la necesidad del orden y la armonía visual, del equilibrio entre funcionalidad y estética, soy amante de los detalles, como si fueran una alarma, una alerta, algo que me hace ruido, que me molesta a simple vista, siempre mi mirada repara y va hacia ellos, esas pequeñas cosas que parece que nadie ve o a nadie molestan, pero que yo si veo, y que estoy convencida y les aseguro que hacen grandes diferencias.
Incluso a veces esos simples detalles que no se tuvieron en cuenta arruinan el todo, el conjunto, hacen que algo se vea deslucido, descuidado, desprolijo.
Concretamente a lo que me refiero son a las etiquetas: tanto las que se ven pegadas en todo tipo de electrodomésticos, objetos y productos como las que vienen en los cables de los mismos y las que traen en su Interior las prendas.
Así como siempre sugiero eliminar todo tipo de packaging, ya sean cajas, bolsas, papeles y envoltorios por una cuestión de optimizar espacio y para que todo quede a la vista, porque lo que no se ve no se usa, hoy recomiendo quitar y cortar todas las etiquetas porque si se ven, quedan feas y visualmente molestan.
Las prendas suelen traer una o varias etiquetas de cartón sujetas con alguna cinta o cordón, a veces con un pequeño alfiler de gancho o con un precinto plástico, también se suma la estampilla verde fiscal de importación y luego unas cuantas más blancas, generalmente cosidas en las costuras laterales en las que se indica nombre y razón social del fabricante, detalles textiles, nombres de la fibra y porcentaje de composición del género, el talle, instrucciones de cuidados y símbolos de lavado y planchado, otra en la que vienen cosidos los botones de repuesto y, dependiendo de la marca, hasta una pequeña alarma que viene de fabrica. Este grupo de etiquetas traen el dibujo de una línea de puntos y una tijera que indican que una vez que fueron adquiridas deben ser cortadas.
Mi pregunta es ¿por qué retiran las etiquetas de cartón antes de usar las prendas y dejan todas las otras internas? Requiere solo unos segundos cortar y retirar todo, dejar la prenda libre de etiquetas y lista para ser usada.
Esas etiquetas generan un bulto, molestan, incomodan, hasta pueden raspar o lastimar con el roce o generar picazón.
Por otro lado pueden arruinar un outfit.
El claro ejemplo es cuando estás en una reunión, evento o fiesta y ves una mujer súper arreglada, elegante con una camisa o vestido en color negro con transparencias y en el costado de la costura se le ven unas etiquetas blancas. Confieso que siempre llevo en la cartera un necessaire, y tengo una tijerita y les aseguro de todo corazón me acercaría a sugerirle que me acompañe al baño y le corto esas etiquetas.
Otra situación típica es ver en la playa al salir del mar o caminando por la orilla una súper diosa, luciendo su escultural figura con una micro bikini y se le salen las etiquetas blancas.
Insisto: son pequeños detalles que hacen grandes diferencias en cuanto a la imagen.
De igual manera ocurre cuando se ven hilos colgando de una prenda, transmite una imagen desaliñada, evidencia, descuido, dejadez, abandono, falta de prolijidad.
Declaro que una vez que, estando en una sala de espera de una clínica médica, he sacado de mi cartera la tijerita y le he cortado a mi marido un hilo que le colgaba del saco.
Con respecto a las prendas de los bebés que son tan chiquitas y delicadas, las mamás preparan toda la ropita lavándola a mano y con jabones especiales neutros, todo lo que es new born viene sin broches para no marcar la piel suave y sensible del bebé y sin embargo le salen varias etiquetas blancas de la costura. Lo mismo los coches y sillitas y hasta los peluches para bebés, quedan tan feos como esas etiquetas colgando, de repente un osito de apego que es una ternura y de la costura de la colita del oso o de Mickey Mouse salen unas etiquetas de 10 centímetros.
En las organizaciones que preparamos el cuarto para recibir el bebé por nacer, yo personalmente me tomo el trabajo de cortar todas las etiquetas mientras vamos doblando y acomodando las prendas y al explicárselos a las mamás que están en la dulce espera, pendientes de extremar todos los cuidados se sorprenden y coincide que la mayoría expresa tenés razón, no lo pensé, no me di cuenta.
Por otro lado una situación que se repite en muchísimos hogares es que dejan las calcomanías de fabricación en aires acondicionados, pantallas de TV, lavarropas, secarropas, heladera, microondas, sanitarios, griferías, aberturas, en todos los electrodomésticos que están sobre las mesada vemos stickers, y en todos los cables la etiqueta blanca.
Resulta una contradicción, casas decoradas, arregladas, siguiendo un estilo, que evidencia que todo fue especialmente elegido y sin embargo esas calcos que opacan el todo en su conjunto.
Entiendo que a veces es complicado remover esas calcomanías, porque se rompen, tienen mucho pegamento y se presenta el temor de arruinar la superficie de un producto por intentar sacar el stickers entonces preferible dejarlo.
A lo largo de mi vida y desde muy niña he probado todo para remover etiquetas, mojar con agua caliente, raspar, calentar con el secador de pelo, con alcohol y hasta con quitaesmalte -que ha sido la peor decisión, porque confieso haber arruinado superficies-.
Infinitas veces me he lastimado las uñas en la lucha y pelea por desterrar etiquetas que parecían impresas en la superficie de un producto.
Hoy les revelo el mejor secreto para remover etiquetas y pegotes, el famoso producto WD40, un imprescindible que hay en todo hogar donde haya una caja de herramientas.
Es súper simple de usar, hay que rociar la calco, dejar actuar unos minutos y luego eliminar todo, si es necesario ayudarse con algún tipo de espátula plástica que no raye ni dañe la superficie.
Como se trata de un tip que vengo compartiendo hace tiempo, algunos clientes y seguidores me han sugerido como datazo la versión low cost, económica y casera del «WD40» que seguramente hay en todas las cocinas, el famoso y conocido fritolín.
Otro producto específico que les recomiendo para este fin, a quienes tengan la posibilidad de viajar a Estados Unidos es «Goo Gone», lo consiguen en supermercados.
Los invito a cortar todas las etiquetas de las prendas antes de usarlas, a retirar las calcos de los electrodomésticos antes de ponerlos en funcionamiento, a eliminar las pegatinas de boarding pass de las valijas al regresar de sus viajes antes de guardarlas, a sacar las obleas de la verificación técnica vehicular (VTV) vencidas y las calcos de publicidad de sus autos al volver de las vacaciones de los destinos de veraneo.
Que todo luzca impecable y prolijo, en su mejor versión.
Quizás algunos pueden juzgarlo como una nimiedad, una insignificancia, pero para mi -amante de los detalles y enemiga íntima del «así nomás»- no lo es.
A sacar, a sacar toda las etiquetas antes de estrenar.