Mujeres a la Obra es una asociación civil nacida en nuestra ciudad que busca la igualdad de género, brindando educación y capacitaciones gratuitas en el rubro de la construcción, generando de este modo independencia y salida laboral. Te contamos todo en esta nota.
TEXTOS. Romina Santopietro. FOTOS. Gentileza Mujeres a la Obra.
Dice G. D. Anderson: «No se trata de fortalecer a las mujeres. Las mujeres ya son fuertes. Se trata de cambiar la forma en que el mundo percibe esa fuerza».
Para llevar las palabras a la acción un grupo de mujeres puso manos a la obra. Unidas, aprendiendo y practicando en 2019 dieron a luz la asociación civil Mujeres a la Obra. Para conocerlas más, Nosotros charlamos con Norma Gómez Acuña y Marina Nolasco, las voluntarias que llevan adelante la tarea de prensa de estas imparables féminas.
«Esta idea arrancó por el 2019, con una idea de Ileana Rossi, arquitecta y fundadora de Mujeres a la Obra. Y lo que motivó esta idea fue plantearse ¿por qué puede haber una profesional mujer en una obra y no una albañila, pintora o plomera?», recuerda Norma. «De esta manera comenzó este caminito de capacitar mujeres para que se desempeñen en las obras. Y en la primera convocatoria en el merendero de Santa Rosa de Lima, donde no se esperaba realmente mucha asistencia, fue un éxito total, ya que superó las expectativas. Eso fue un gran empuje, se empezaron a sumar más mujeres, se buscó sumar más voluntarias. Somos todas voluntarias en la asociación. Vamos buscando empresas madrinas o personas que donan de manera anónima, que no quieren que se los mencione, que colaboran con la donación de material, o los diplomas para poder entregarles a las chicas cuando se termina cada capacitación».

Las capacitaciones y cursos tienen una clase teórica y las demás son «para ensuciarse» cuenta Norma con una gran sonrisa. «De la única manera que aprendés, es haciendo. Por eso les decimos a las chicas que se vengan cómodas, porque vamos a poner manos a la obra y a ensuciarnos». Marina es estudiante de arquitectura, se sumó hace muy poco tiempo como voluntaria, agrega que de esa manera se pierde el miedo y se afianza lo que se va aprendiendo. «Hay que tener curiosidad, hay que ir probando. Las mujeres somos más prolijas y detallistas para los trabajos manuales».
«Tenemos tres años en Santa Fe y uno en Paraná. Ya empezamos con las capacitaciones, este mes arrancamos herrería acá y colocación de pisos cerámicos en Paraná. Los cursos duran un mes, son 2 días a la semana, 6 horas semanales. Cada mes vamos sumando especialidades diferentes. El mes que viene, mayo, tenemos yesería, viene construcción en seco, plomería… Estamos viendo la posibilidad de hacer instalaciones de gas… Es toda una logística impresionante que venimos organizando. Si bien no se ve todo ese trabajo previo, es gracias a esto que podemos brindar todo este conocimiento y de forma completamente gratuita. Mujeres a la Obra está formado por una gran equipo que no para, que continuamente está trabajando. Los cursos son totalmente gratuitos y para todas las mujeres que estén interesadas, no hay un límite de edad», explica Norma, que aclara que todo el mundo la conoce como Normis.

-¿Cómo se implementan los talleres y capacitaciones?
Norma -La asociación no tiene una sede propia, por una cuestión económica, no tenemos recursos económicos. Siempre tratamos de establecer conexiones con instituciones para poder hacer algún tipo de intervención: pintura de paredes, arreglo de techos, o arreglos de piso… Entonces, nos prestan la institución -una vecinal, un hogar, una escuela o un club- nosotras capacitamos a las chicas y dejamos el lugar en condiciones. Es un favor por un favor. Todos ganan. Y las chicas se van felices y con un diploma porque aprendieron algo más. A las instituciones les gusta mucho colaborar con este trabajo. Tenemos varias charlas previas con las autoridades de cada lugar, y siempre tenemos una muy buena recepción del proyecto. Ese acompañamiento es todo para nosotras. Los cupos varían según la capacidad del lugar. A veces son lugares pequeños, donde podemos tener cómodas a 20 alumnas, en otros casos, podemos extendernos a 40. Todo depende del lugar. En los casos de asistencia de más 20, 25 mujeres, quedamos detonadas, ¡pero felices! Porque pudimos capacitar a más chicas. Y se llenan muy rápido los cupos, hay mucha demanda. La convocatoria para herrería se publicó en Instagram a las 16. a las 16.45 ya no habías más cupos. Entonces nos escriben para pedirnos listas de espera. Las capacitaciones se van dando conforme a las donaciones y aportes que vamos consiguiendo. Entonces hoy podemos dar herrería porque conseguimos esos materiales. Siempre estamos buscando satisfacer la demanda, pero todo depende de lo que se va consiguiendo con muuucho trabajo. Después de ver esta tremenda convocatoria, nos sentamos a ver cómo podríamos dar una segunda capacitación, entonces lo estamos pensando para septiembre, fecha que nos puede dar tiempo a conseguir las donaciones necesarias como para hacerlo.
Porque las capacitaciones dependen de las donaciones, es un hecho. «Además, nosotras vamos formando una agenda con los cursos. Entonces nos vamos adaptando a lo que podemos ir dando. Lo bueno es que siempre hay una alta convocatoria a las capacitaciones, sean el rubro de la construcción que sean», asegura Norma. «Por ejemplo, Aguas Santafesinas nos ofreció capacitarnos en limpieza y mantenimiento de tanques domiciliarios, porque tenemos una gran cantidad de alumnas. ¡Imaginate! Nosotras re felices de poder acceder a esto. También nos escribieron desde una empresa que coloca paneles solares… así que ya tenemos otra opción en agenda», siguen la representante de la asociación.

Y así con otras empresas privadas que aportan al proyecto de estas Mujeres a la Obra.
Ya cuentan con varias reincidentes, mujeres que siguen aprendiendo para ampliar su posibilidad de salida laboral. «Es común ver caritas conocidas en las diversas capacitaciones», cuenta Norma, con alegría y orgullo.
Son más de 300 mujeres que se formaron en la asociación, pandemia de por medio. «Las capacitaciones tienen que ser si o sí presenciales, no nos sirven las clases teóricas o virtuales. En algún punto tenés que llegar a hacer, a probar, incluso a equivocarte, porque de todo eso se aprende», reflexiona Marina.

MUJERES EN LA OBRA
Para muchas de las alumnas de la asociación, una capacitación se traduce en salida laboral. Consultadas al respecto, las voluntarias que conocen de primera mano este desafía de inserción laboral, nos cuenta que «al principio genera un poco de extrañeza entre los albañiles y demás obreros. Pero cuando las chicas llegan a trabajar, con el tiempo se va acomodando todo y se genera un muy buen ambiente laboral. Yo trabajo con un estudio de arquitectos, donde sugerí incorporar mujeres a la cuadrilla. Con el paso de los días, se terminaron los albañiles «peluqueros» que no venían a trabajar los lunes, por diversos motivos. La presencia de las chicas, que son más responsables, prolijas y a veces más eficientes, puso en órbita al resto», explica Norma.
«No es cuestión de fuerza, es cuestión de darse maña, usar la inteligencia y encontrarle la vuelta», aporta Marina.
Desde Mujeres a la Obra invitan a sumarse a quienes lo deseen, ya sea como alumnas, voluntarias o como empresas o personas madrinas, para poder seguir construyendo igualdad.
Bajo esa premisa, los seres humanos tenemos ojos, brazos y piernas que podemos utilizar. Todos los trabajos pueden ser realizados sin importar el género, teniendo los conocimientos necesarios.

CONSTRUYENDO LA IGUALDAD DE GÉNERO
Mujeres a la obra es una Asociación Civil con sede en la ciudad de Santa Fe que nació en el año 2019 para contribuir a establecer relaciones más igualitarias en los contextos y sectores laborales del rubro de la construcción, principalmente a través de la educación.
El equipo que lleva adelante Mujeres a la Obra es un grupo interdisciplinario de mujeres voluntarias que luchan por ser el cambio que quieren ver en el mundo y lograr la igualdad de género en el sector, potenciando la fuerza y el deseo de las mujeres, democratizando el conocimiento. ¿De qué manera? Brindando talleres y capacitaciones gratuitos, dirigidos a todas las mujeres.
Trabajan articulando con el sector público y/o privado, gestionando espacios de educación y de inserción laboral en el sector de la construcción, integrando las prácticas en instituciones de bien público.
Se posicionan desde una perspectiva de género para acompañar todo el proceso, desde los aspectos motivacionales y emocionales, hasta la formación técnica y las posibilidades reales de inserción laboral, sosteniendo e impulsando el tema en la agenda pública, política y empresarial.
La asociación está alineada a los Objetivos de Desarrollo Sostenibles de la ONU 2030.

En cifras
326 mujeres ya se han capacitado en la asociación.
21 son hasta el momento las voluntarias que se suman a Mujeres a la Obra, en Santa Fe y Paraná.