Clelia «Tati» Saravia es sinónimo de elegancia en peinados en Santa Fe. Junto con su yerno, Gonzalo Gaitán, coordinan el salón G&C donde ofrecen todas las opciones para dejar más bellas a sus clientas.
Textos. Romina Santopietro. Fotos. Gentileza.
Este camino en el arte del peinado se inició con Clelia, quien se recibió a los 15 años de peluquera, su amada profesión. «A esa edad me fui a Buenos Aires a trabajar a una fábrica de muñecas, donde le hacía los peinados a las muñecas antiguas y a las vestidas de novia», rememora.

Hoy quienes salen convertidas en reinas son las novias y quinceañeras que la eligen para que las peine en su gran noche.
El cuidado del cabello inicia con un profesional que asesore y aconseje a la clienta qué es lo que específicamente su caso necesita, por su tipo de cabello. «Yo pido a las clientas que continúen en su casa con el cuidado del cabello que se inició con un tratamiento en el salón. Les enseño cómo cuidarlo, cómo lavarlo, cuál es la temperatura ideal… Recomiendo que no se laven el cabello en la ducha, porque la temperatura del cuero cabelludo no es la misma que la del cuerpo, por ejemplo. Largo y puntas se lavan con el shampoo que genera el masaje prolongado en el cuero cabelludo», explica.

Por supuesto que existen secretos profesionales que Clelia aplica a la hora de tratar cabellos rebeldes o castigados, que hacen su marca de excelencia. «Tengo clientas que me acompañan desde hace 30 años. He pelado a sus hijos cuando nacieron, peinado a sus hijas a los 15 y hasta cuando se casaron. Soy muy exigente y lavo y peino personalmente a mis clientas. Tengo mi técnica para el brushing, donde pueden quedar perfectas hasta días después», resume, orgullosa.
Sus exquisitos peinado llevan tiempo de preparación, para tratar el cabello y que quede impecable durante toda la noche. Y su experiencia tiene alta demanda, ha llegado a preparar 8 novias con su cortejo en un sábado, con amigas, mamás y madrinas sumaron 33 personas. Para la ocasión formó equipo con sus hijas, también estilistas, para que todo salga perfecto.
También la eligen los famosos cuando visitan Santa Fe.

Gonzalo aporta color: es el experto en colorimetría, corte y balayage.
Entre los dos comparten la idea de que la clienta tiene que volver, y para volver, debe quedar conforme y feliz por un trabajo bien hecho. «No sigo mucho la moda», confiesa. «Prefiero trabajar con lo que sé que a la clienta le va a quedar mejor. Y por eso es que tengo gente que viene desde hace 30 años».
Su metodología es simple: hablar con la clienta para conocerla y ver juntas cuál es la mejor opción. En caso de novias o quinceañeras se pauta una prueba antes. «¡Trabajaba hasta los domingos! He peinado a muchas nenas para su primera comunión», cuenta.

Divertida, cuenta que intentó jubilarse, pero su pasión por lo que hace pudo más, y volvió a las andadas.
El salón G&C brinda un servicio integral para tu gran noche o para todos los días: peluquería, peinados, maquillaje, manicuría y depilación.
