Club de Lectura


Esta semana venimos con un matón devoto, que pretende entrar al cielo a la fuerza.
Por Romina Santopietro.

Después de hacer que un nonagenario saltara por la ventana de una residencia de ancianos y se fuera a recorrer el mundo perseguido por una banda de mafiosos -y la policía- y que una chica humilde pero muy inteligente del barrio más pobre de Johannesburgo acabara en el norte de Europa salvándole la vida al rey de Suecia, Jonas Jonasson ha dado rienda suelta una vez más a su fértil imaginación para disfrutar de su humor ácido y surrealista y de sus disparatadas historias.

«El matón que soñaba con un lugar en el paraíso”, publicado por Salamandra, y que se ajusta al estilo de títulos kilométricos que parecen ser obligación en Suecia desde Stieg Larsson -recuerden los titulazos de Millenium- es una historia divertida y tierna, como Jonasson suele crear.

De los nuevos autores de novela negra que han sacudido los témpanos en la helada península, sin duda Jonasson es el que se toma esto de ser vikingo con más soda. Es el representante de un humor absurdo, que se desgrana en historias descabelladas y de enredos, que llevan a leerlo sin esfuerzo.

En esta ocasión, la trama se centra en un trío de personajes encabezados por Johan Asesino Andersson, quien, después de cumplir en la cárcel tres largas condenas por homicidio, se gana la vida realizando pequeños trabajos de intimidación para los delincuentes locales mientras lucha contra su afición a la bebida, que está empezando a afectar negativamente su desempeño profesional.

Todo cambia el día que conoce a una pastora protestante que no cree en Dios y al apocado recepcionista de un antiguo burdel reconvertido en hotel de una estrella.

Una vez que el azar los ha reunido bajo el mismo techo, el instinto de supervivencia los lleva a idear una solución permanente para dejar atrás la pobreza. Si a la innegable habilidad de Asesino para amedrentar al prójimo sumamos una gestión adecuada y un plan de negocio que incluya relaciones públicas de calidad, el éxito parece asegurado…

Y así sucede hasta que el repentino encuentro de Asesino Anders con Jesucristo amenaza con mandar al diablo la maravillosa operación, lo que obligará a la pastora y al recepcionista a rediseñar su estrategia para evitar volver a la existencia precaria y mediocre que llevaban antes de que el devoto matón se cruzara en su camino.

Los personajes neuróticos están descriptos con empatía y nos enternecen. La historia es divertida y si nos entregamos al disfrute, la sucesión de hechos enrevesados terminará por dibujarnos una sonrisa. La narración cuenta con un estilo ágil, algo por lo que Jonasson destaca, y los capítulos son cortos, por lo que leerla no demanda esfuerzo y sí mucho placer.

Para leer con ganas de disfrutar de personajes inolvidables y de una divertida ironía.

 

Sobre el autor
Jonas Jonasson nació en Växjö, una pequeña ciudad del sur de Suecia, en 1962. Tras una larga carrera como periodista, consultor de medios y productor de televisión, Jonasson decidió empezar una nueva vida y redactar la novela que llevaba años queriendo escribir. Se instaló entonces en Ponte Tresa, un pueblecito junto al lago de Lugano, en Suiza, donde escribió El abuelo que saltó por la ventana y se largó, que ganó el Premio de los Libreros en Suecia, se tradujo a treinta y cinco idiomas y ha vendido seis millones de ejemplares. En la actualidad, Jonasson vive en Suecia, en una pequeña isla en el mar Báltico.

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