Club de lectura


¿A que no saben qué? Les vuelvo a traer al rey del terror. Sí, Tío King. Prometo cambiar de género para la semana que viene. Tal vez.
Por Romina Santopietro.

 

4
Justo antes del amanecer, en una decadente ciudad americana, cientos de desocupados esperan la apertura de la oficina de empleo para ver si tienen suerte de conseguir uno de los mil puestos de trabajo que se han anunciado desde el gobierno local. Han hecho cola durante toda la noche.
Es una noche fría, neblinosa, que se adivina de pesadilla.
Y la pesadilla no tarda en hacerse realidad.
De pronto, invisible hasta que lo tienen prácticamente encima, un Mercedes surge de la fría niebla de la madrugada. Su conductor atropella y aplasta a todos los que encuentra a su alcance. Acto seguido, el coche da marcha atrás y vuelve a arremeter contra ellos.
El asesino huye dejando atrás ocho muertos y quince heridos.

 

Meses después, Bill Hodges, un policía jubilado que sigue obsesionado con este caso sin resolver, recibe una carta anónima de alguien que se declara culpable de la masacre.
En la carta lo desafía, le tira pistas falsas, lo interpela. E inadvertidamente, le da un motivo para no volarse la cabeza con su reglamentaria. Es que el retiro no le cayó bien a Bill. Ya no le encuentra sentido a la vida. Extraña su rutina de oficial de investigaciones, hasta extraña el barsucho de mala muerte donde solía comer con su compañero.
Esta carta consigue que su instinto de policía se reactive, y la pesquisa comienza a ser su nuevo eje.
Brady Hartsfield vive con su madre alcohólica en la casa donde nació. Disfrutó tanto de aquella sensación de muerte debajo de los neumáticos del Mercedes, que ahora quiere recuperarla.
“Mr. Mercedes” brinda un retrato inolvidable de la mente de un asesino obsesionado, demente e implacable. Que se cree invencible.
Sólo Hodges, con un par de aliados poco usuales, puede agarrar al asesino antes que mate de nuevo.
Y no hay tiempo que perder, porque la próxima misión de Brady, de tener éxito, matará o mutilará a miles de personas.
Stephen King se adentra en el género policíaco por primera vez con “Mr. Mercedes”. Pero lo hace de la forma en que nos tiene acostumbrados: metiéndonos en la mente de sus personajes.
Las descripciones de la tortuosa mente de Brady están magistralmente logradas. Tanto que leer lo que piensa provoca angustia y ansiedad. Pero seguimos leyendo porque somos masoquistas. Nos gusta sufrir.
Me gusta reirme a carcajadas si algo es gracioso, o llorar y gastarme la cajita de pañuelitos descartables con un relato triste.
Si las historias provocan emociones, son esas las que atesoramos, las que recomendamos, las que hacemos circular. Si el libro aburre o no provoca nada… sencillamente cae en la nebulosa gris del olvido.
El autor explora la sociedad americana acorralada por la crisis económica, con miles de desocupados que buscan volver a insertarse en la implacable maquinaria capitalista, otro tema recurrente en las novelas del autor.
“Mr. Mercedes” es la primera de una trilogía de novela negra protagonizada por Hodges. Que esto sirva de advertencia: si bien King es el rey del terror, en esta novela no vamos a encontrar horrores como en El Resplandor. Es una historia policial de pies a cabeza.
En septiembre se editó la segunda parte, “Quien pierde paga”, pero en Argentina hasta hoy sólo se consigue en formato digital. Si, por supuesto que ya me lo compré, pero todavía no lo leí. “Mr. Mercedes” fue publicado por Plaza y Janés.
Para leer un día que estemos con ánimo de detectives y con sed de justicia.

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