Todo el año se puede leer, a veces uno prefiere el tiempo de vacaciones para poder disfrutar de un libro de forma más relajada. Pero para quienes aman la lectura, todos los días se puede hacer un espacio para nuestro hobby.
TEXTOS.ROMINA SANTOPIETRO
Leer es, en estos tiempos de redes invasivas, un acto de rebeldía. Incluso si leemos en soportes electrónicos, el hecho de abstraernos en un escrito de ficción, una novela histórica, o sea cual fuere el género que nos seduce, marcha una irrupción de la realidad.
Al leer nos sumergimos en un mundo paralelo, desaparecemos de la rutina y nos entregamos al disfrute.
Debo reconocer que he estado desaparecida de las sugerencias de lectura, pero nunca dejé de leer. Así que en esta notita les cuento en qué anduve, y qué me gustó.
LOS SIETE MARIDOS DE EVELYN HUGO, Jenkins Reid Taylor

Este librito llegó como regalo y fue una total sorpresa. De tanto leer y mirar series y pelis, es bastante raro que una trama genere una vuelta de tuerca tan interesante que no sea obvia. ¿Se acuerdan de Sexto Sentido, la película de Bruce Willis? Bueno, yo a la mitad de la peli ya sabía que estaba finadito, el pobre. ¡Y seguía trabajando!
La sinopsis reza que Evelyn Hugo, el ícono de Hollywood que se ha recluido en su edad madura, decide al fin contar la verdad sobre su vida llena de glamour y de escándalos. Pero cuando elige para ello a Monique Grant, una periodista desconocida, nadie se sorprende más que la misma Monique. ¿Por qué ella? ¿Por qué ahora? Monique no está precisamente en su mejor momento. Su marido la abandonó, y su vida profesional no avanza. Aún ignorando por qué Evelyn la ha elegido para escribir su biografía. Monique está decidida a aprovechar esa oportunidad para dar impulso a su carrera. Convocada al lujoso apartamento de Evelyn, Monique escucha fascinada mientras la actriz le cuenta su historia. Desde su llegada a Los Ángeles en los años 50 hasta su decisión de abandonar su carrera en el espectáculo en los 80 y, desde luego, los siete maridos que tuvo en ese tiempo. Evelyn narra una historia de ambición implacable, amistad inesperada y un gran amor prohibido.
Esta historia tiene ese giro que no ves venir. Además de intriga, amores tortuosos, chismes de la farándula inventada y una trama sólida.
Hay también un intento de redención de la protagonista, además de el derecho a alzar su voz, de forma póstuma.
RIQUETE EL DEL COPETE, Amélie Nothomb

«Riquete el del Copete» es un cuento muy popular de Charles Perrault que Amélie Nothomb reversiona en esta novela. Esta peculiarísima mujer escribe a mano sobre papel reciclado, detesta las computadoras, no tiene televisión ni teléfono celular. «Crecí pensando que era japonesa hasta que me explicaron que era belga», declaró en una entrevista.
Sus protagonistas son un joven horrendo e inteligentísimo y una chica bellísima y estúpida. Ambos se alían, en una hermosa historia de amor, para vengarse del mundo. Y juntos serán invencibles.
Déodat, el protagonista, es un chico feo, en verdad horroroso, que hará de su capacidad de comprender al otro su forma de sobrevivir. «El colmo de la inteligencia es escuchar» declara en la novela. «En occidente una persona que nunca dice nada y observa mucho nos parece estúpida. En Japón es todo lo contrario. La más alta filosofía zen, la pura sabiduría, viene de la contemplación. De hecho, fíjense: los idiotas absolutos nunca callan», observó la autora en otra entrevista.
El «Riquete el del Copete» de Nothomb, publicado por Anagrama, no transcurre en un lugar lejano ni en tiempos remotos como todas las fábulas infantiles, sino en la Francia actual, donde Honoré y Énide tienen a su primer y único hijo: Déodat. El recién nacido es tan horrible como inteligente, y esta es la excusa perfecta para que la autora nos haga ver el absurdo mundo de los adultos, en especial cuando son padres primerizos, a través de los ojos de un bebé. Después asistimos al crecimiento de Déodat y a su adaptación a esa realidad que hay de puertas afuera, donde su fealdad causa repulsión y rechazo, hasta que él los supera a base de su inteligencia.
Pero Déodat no es el único protagonista de esta historia. También conocemos a Trémière, que es el caso contrario: su extraordinaria belleza irrita a todos, y para despojarla de su perfección le cuelgan el mote de estúpida. De esta forma, se convierte en una niña solitaria y abstraída, lo que refuerza aún más su imagen de tonta sin remedio. Es bella, pero también extraña, introvertida, se siente despreciada.
Al igual que el cuento de Perrault, la historia de Amélie Nothomb pone de relieve el encanto de la inteligencia y cuestiona el don de la belleza, que por exceso o por defecto puede ser una condena.
Para leer con el deseo de descubrir la belleza en otros lugares, más allá de lo evidente.
JOYLAND, Stephen King

Yo no puedo conmigo, saben que cuando hago un recuento de sugerencias, siempre caigo en algo de Tío King. ¿Por qué? No hay porqué, dijo la asiática viral. Pero en realidad si hay un porqué y simplemente es porque es mi segundo escritor preferido. Si ya han andado por estas columnitas, ya saben que soy intensa con el Rey del Terror.
Devin Jones es un estudiante de 21 años que consigue trabajo en el verano de 1973 en Joyland, un pequeño parque de atracciones de estilo antiguo, anterior a la llegada de los modernos parques temáticos. Una de las leyendas que corre entre los empleados es que en la Casa de los Horrores habita el fantasma de una chica asesinada allí años atrás. Mientras cumple sus obligaciones diarias, Devin va atando los cabos sueltos que lo llevarán a descubrir la identidad del asesino.
Un parque de atracciones, una chica asesinada en la Casa Embrujada cuyo fantasma aún ronda por allí, un caso de asesinato sin resolver: son elementos perfectos para una gran novela de terror, pero Joyland no lo es. No estamos ante la típica historia de terror que intenta estremecer al lector, estamos ante una novela corta más profunda que trata sobre todo del paso a la madurez, la muerte (en especial aquella que llega antes de tiempo), el amor, la amistad y el por qué algunas personas tienen ese don especial para ver más allá de la realidad que nos rodea.
Stephen King combina todos estos elementos junto con el misterio y la intriga en su peculiar homenaje a la novela negra.
En esta ocasión tío King se aleja un poco de su querido Maine para trasladarnos a la ciudad costera de Heaven’s Bay, en Carolina del Norte. Allí Devin pasará todo el verano de 1973 -y parte del invierno- trabajando en el parque de atracciones de Joyland para pagarse los estudios universitarios.
«Joyland» es una novela que se aleja de las típicas historias de fantasmas para ofrecer algo más profundo, envuelto en un suave hálito dulce.
En esta novela King vuelve a hacer gala de su estilo de horror subyacente. Siempre debajo de una bella postal, sabemos que esconderá algo podrido. O con dientes. Y malvado.
Pero en esta historia la muerte no consigue quitarle belleza ni protagonismo a la vida.
Claro, el circo de horrores está presto a saltarnos encima sin aviso, pero aún así el hilo conductor es la ternura. De lo mejorcito del rey del terror. Para leer en un finde de un tirón, dejando una lucecita encendida si es de noche, y con alguna bebida espirituosa al alcance de la mano para darnos el ánimo necesario para seguir desentrañando los misterios de «Joyland».