Editorial Palabrava lanza una nueva colección para explorar las voces de poetas, narradores y narradoras, abarcando el amplio horizonte del territorio santafesino. Sus palabras habitan el monte, la llanura, las ciudades y los ríos, y permiten descubrir la riqueza de sus universos literarios. Aquí, algunos adelantos de los libros que son parte de ella, sus autores, sus fotografías y sus textos.
Textos: Mili López.
Desde hace más de siete años, el proyecto santafesino de Editorial Palabrava busca la revalorización del trabajo creativo, el reconocimiento de los escritores y escritoras y la distribución y difusión de los libros a nivel nacional e internacional. En este camino recorrido, el proyecto santafesino ya cuenta con cinco colecciones y más de cincuenta libros, pero eso no es todo y la apuesta se redobla.
En esta incesante motivación de dar a conocer a narradores, narradoras y poetas, la editorial lanza la colección Rosa de los Vientos, Letras de Santa Fe. Así, se concreta el anhelo de las editoras Alicia Barberis y Patricia Severín de mostrar la riqueza literaria que se anida en los distintos puntos de la provincia de Santa Fe.
¿Por qué Rosa de los Vientos? “Esta colección toma de Mateo Booz, cuentista al que consideramos fundacional de la narrativa de nuestra provincia, la idea de explorar el territorio y, a tal fin, hicimos nuestro propio mapa: Monte, Llanura, Ciudades, Ríos” cuenta Patricia Severín.

El símbolo marítimo de la Rosa de los Vientos, tiene marcados los rumbos en los que se divide la circunferencia del horizonte, y sirve para identificar los diferentes puntos cardinales. “Estas distintas direcciones que puede tomar el viento, simboliza para nosotras esta navegación que hacemos por los rincones de nuestra querida Santa Fe, donde encontramos, siempre, increíbles escritores y escritoras que, en algunos casos, no están posicionados aún en la literatura nacional”.
El sentido de estas publicaciones es contar la provincia a través de cuentos, novelas y poesía, sumando un cruce de lenguajes con las fotografías que ilustran las tapas. Asimismo, pensando siempre en el libro como un objeto de arte, esta colección no escapa a la línea recurrente de la editorial en lo que respecta al cuidado estético desde el diseño de cada libro. Por eso es de destacar el trabajo del diseñador gráfico Álvaro Dorigo, que suma al concepto propuesto.
La intención es contar con una pluralidad de voces e imágenes de artistas contemporáneos santafesinos, que reflejen las diferentes zonas y las pinten desde una mirada propia teniendo en cuenta las diferencias en cuanto a latitud cultural y geográfica, que varía de norte a sur, de este a oeste, a medida que “nos desplazamos -como una rosa de los vientos-, por el mapa santafesino”.
Afirma Severín: “La voz y la mirada de los artistas que proponemos, reflejan con potencia la influencia del entorno en las tensiones de las tramas, en la aspereza o poesía del lenguaje, en el destino de algunos personajes. Y este logro se debe, en gran medida, a la influencia que reciben o han recibido del lugar en donde viven”.

Tres libros, tres poetas
Para empezar a desandar estos rumbos, presenta tres regiones de la provincia como son el monte, la ciudad y la llanura, de la mano de tres poetas de cada punto cardinal del mapa.
“Dos luces de frente”, es el libro que reúne la poesía del escritor nacido en la ciudad de Avellaneda, Diego Planisich y que lleva por tapa la foto de Pacho Coulchinsky . En el marco de la colección este libro representa al Monte y lo reubica como un punto luminoso y clave al norte del mapa poético.
Dice el poeta Ariel Aguirre en la contratapa del libro “Siempre que alguien sobre todo si es poeta, sobre todo si es de una ciudad chica- vuelve a su lugar natal y escribe, lo imaginamos contemplar desde el patio la casa de infancia, donde la abuela le cebaba mates, o cómo se asoman edificios que antes no existían” y agrega “acá no hay nada de eso. No hay tiempo para detenerse, menos para la melancolía. No hay estanterías que hurgar. Las cosas aparecen a medida que se avanza, se cruzan en el camino, aunque ese andar no sea sencillo (…)”.
Por su parte, el escritor de la ciudad de Santa Fe Enrique Butti, conocido por su vasta obra narrativa, es parte con su primer libro de poesía “Antífonas. Amor se fue. Apuntes sobre Proust” con foto de tapa del fotógrafo santafesino Miguel Grattier. Este libro representa a las ciudades dentro de esta colección.
El libro de Butti se estructura en tres apartados. El primero toma el título de algunos poemas breves que remedan la forma que Lugones llamó “Antífonas”: tres versos, el primero y el tercero idénticos, con uno central que varía, contrasta o refuerza esa identidad. El segundo apartado apela al poema de Macedonio Fernández “Amor se fue” y en sus dos secciones, “Mientras duró” y “Cuando se fue”, propone un itinerario que ejercita la aventura de la pasión y la lírica amorosa. El tercero presenta, a través de citas y glosas de la gran novela y de la biografía de Marcel Proust, versos en los cuales una interrupción del pretérito perfecto ligado al recuerdo y a la memoria instalan un suceso o una anécdota en la acción de la lectura.
Para completar esta primeros libros de la colección nombramos a “magún, magún”, el libro de poemas del escritor rafaelino Santiago Alassia que junto a la foto de tapa de la fotógrafa María Zorzón representan a la llanura de este vasto territorio santafesino. Los antepasados vuelven una y otra vez en estos poemas. Vienen con la abuela lavando a los nietos en el fuentón de chapa; con el abuelo al que le da el magún, y parte una y otra vez, hacia cualquier lado, ensimismado en su propia melancolía. Los ancestros dejan una profunda huella en esta genealogía piamontesa de la pampa gringa, impregnada de sacrificio y trabajo, en donde el gozo, el placer, parecen improntas desconocidas.

Historias del Caribe
Los horizontes se fueron ampliando para las editoras de Palabrava y si bien este proyecto nació para dar luz a escritores y escritoras santafesinas, otras voces no se hicieron esperar. Así, de Rosas de los vientos también se desprende Letras del Caribe, con la novela del reconocido escritor dominicano René Rodríguez Soriano “No te guardo rencor, papá”.
Rodriguez Soriano nos introduce en su “nouvelle” en un relato donde lo ficcional está cruzado con el hecho histórico, dando cuenta de la opresión política ha marcado a los países latinoamericanos. El monólogo interior, el género epistolar, el diario personal, son algunos de los recursos que usa el autor, para contar la historia del personaje y del país.
Dice la escritora Susana Szwarc “En esa parte del abanico que se llama país tela que se pliega y despliega René Rodríguez Soriano escribe, nos escribe. Nos dona un San José del Puerto y lo ubica en la República Dominicana. El mapa, a los lectores, se nos estira. Crecemos en un lugar nuevo que se junta a Macondo, a Santa María, a Comala. Se habla en ese lugar que, como en cada uno de estos sitios, tiene sus casas, su iglesia, su juventud que comprende otra versión de los hechos con un idioma que, siendo el mismo, no es el mismo. Y se habla ‘de una época extraña para siempre’ pero tan conocida, reiterada en nuestro continente americano: del horror de las dictaduras que ya estaban cuando llegábamos al mundo y se repetían” .

Más libros, más colecciones
Esta nueva colección se suma a otras que componen el catálogo de la Editorial Palabrava. La colección “Anamnesis”, que propone poesía y fotografía argentina en miradas que se conjugan para resaltar el hecho estético en libros de alta calidad y que cuenta ya con más de doce títulos.
“Las cuatro estaciones de la palabra”, con ocho libros de cuentos y novelas de autores y autoras de la provincia, con arte de tapa de artistas plásticos santafesinos. “Dos ríos”, narradoras y narradores, emergentes y consagrados, de la provincia de Santa Fe. “Palabrújula”, destinada a lectores infantiles. “Las Zonas Azules”, libros de Conocimiento.

La Diosa Blanca
¿Adónde va lo perdido en el mundo?
¿Las quejas de tantos agonizantes?
¿Los pasos sin meta del vagabundo?
¿El falso grito de los comediantes?
Hay en la luna de la que habla Ariosto
un frasco en que se acopia y se embalsama
lo que fue y no fue en torbellino angosto:
todo vicio y virtud y toda fama.
Ninguna felicidad podrá impedir
que te arrastre ese viento de la luna
y te ahogue en su apacible relucir.
No existe un instante desde tu cuna
que esta luna no te sepa redimir
dolida de tu mal y tu fortuna.
“Antífonas. Amor se fue. Apuntes sobre Proust”, Enrique Butti

Debajo del canto del pájaro del corazón
Todavía me recuesto a la sombra
del eucalipto, para escuchar al pájaro
que no se deja ver pero canta
como si rezara muy bajo una oración
que sólo él comprende. Dicen que tiene
el pecho gris y las alas celestes,
que no hace como el hornero una casa
ni es como el benteveo que grita,
y aunque nadie lo ha visto, lo llaman
el pájaro del corazón: anda siempre cerquita,
casi pegado a uno, como una voz
que corre detrás de lo que hablo
y me muestra ese otro ruido de mí:
la tierra que nadie pisa, la última ropa
que me pruebo antes del río,
antes de caer y quedar náufrago
en esto de ver sin tener adherencia
en las tantas cosas que llegan al ojo,
la maldición del muy despierto:
pedazos de vidrio que trago bien, solo.
Fragmento. “magún, magún”, Santiago Alassia

Los toros
El olor a bosta se me cruza
en un profundo cambio de aire:
trastabillo, porque acá
los caminos tienen huellas
que nunca sanan
Los toros mugen de un lado
donde las pasturas aún sirven
Ellos, con sus quinientos kilos
son niños huérfanos
que juegan solos
El sol no pierde la costumbre
los pájaros buscan lugar
y en la tierra
lo que siempre
me falta
“Dos luces de frente”. Diego Planisich