Un estudio revela cuáles son los nuevos comportamientos y hábitos de conducta de los consumidores de productos de belleza tras un año del comienzo de la crisis sanitaria por Covid-19.
Textos. Georgina Lacube.
Se sabe que como consecuencia de la pandemia, la vida de la gente cambió en muchos aspectos y algunos de ellos son el tiempo y el dinero dedicado a las rutinas de belleza y aseo. Un estudio de mercado revela cuáles son los nuevos comportamientos y hábitos de conducta de los consumidores tras un año del comienzo de la crisis sanitaria por el Covid-19. En tanto, los especialistas revelan qué se puede seguir haciendo y qué no en pos de concientizarnos sobre la importancia del aseo y la valoración de las normas de seguridad.
Debido al distanciamiento social y al uso constante del tapabocas, el proceder respecto al cuidado personal ha cambiado mucho en el último año, tanto en mujeres como en hombres, generando nuevas prácticas.
De esto da cuenta un reporte elaborado por el equipo de Estrategia de another, agencia independiente regional de comunicación, el cual destaca que «el 59% de los consumidores encuestados afirma haber cambiado su rutina de cuidado personal durante la cuarentena. Este porcentaje refleja cómo en poco tiempo los hábitos se modifican y cómo los consumidores son los que marcan el rumbo, y las marcas -en este caso la industria de belleza y cosmética- deben escuchar, estar atentas y actuar en consecuencia a estos cambios», remarca Luis Ebenezer, VP de Estrategia y Experiential Marketing de another.
Ligado a eso, Ebenezer advierte que impera una mayor disciplina en el cuidado de la piel, tanto que los encuestados mencionan haber incrementado el esfuerzo y dinero que le dedican a esta parte del cuerpo, sobre todo por el hecho de contar con más tiempo para sí mismos, lo que los motiva a probar nuevos productos, agregar más pasos y realizar con más frecuencia sus rutinas. Es por eso que el 21% de los consumidores confirma haber gastado más en productos de higiene personal durante este periodo. En este punto, el estudio refleja que las mujeres, por su parte, también le brindan mucho tiempo al cuidado interno, para quienes la salud emocional es fundamental. Además, se animaron a ingerir suplementos alimenticios y a dedicarle una mayor frecuencia a la limpieza facial y de manos, así como a la aplicación de mascarillas. Investigar sobre los beneficios de los productos y ver tutoriales de make up y rutinas faciales, buscar en la web soluciones para problemas específicos, como acné y manchas, y ver rutinas de belleza DIY con productos de origen natural, son algunas de las prácticas que impulsaron las generaciones de jóvenes. En tanto, entre las prácticas que disminuyeron se encuentran el uso de la planchita de pelo y secador, el empleo del maquillaje y la depilación.
En este sentido, cada vez son más las que le dicen adiós al make up. «Los consumidores se enfocan en la higiene y salud de su piel, dejándola descansar de productos pesados, con químicos y que tapen los poros. También buscan regresar a cuidados básicos pero efectivos, como un signo de «menos es más». Según la muestra del panel online, el uso del maquillaje cayó un 34% a consecuencia de la pandemia. La necesidad de no ensuciar el tapabocas con lápiz labial y de verse arregladas, ha hecho relevante esta tendencia entre el público femenino», amplia Ebenezer.
Por otra parte, entre los hombres, las prácticas que aumentaron según esta investigación fueron el lavado de cara, dientes y manos, el uso de productos especializados, la mayor frecuencia y constancia de aplicación, la búsqueda de soluciones para temas específicos como el acné, la atención a la ansiedad, la experimentación con nuevos productos y la adopción de nuevos rituales, como la aplicación de mascarillas y la inversión en skincare. Mientras que las que disminuyeron fueron: afeitado menos frecuente, baños menos frecuentes y el uso de cremas, gel para el pelo y desodorante.
La pandemia también propició que los consumidores busquen consejos, remedios y soluciones para combatir el maskine o acné producido por el uso de barbijos. Muchos declararon haber adoptado el uso de mascarillas caseras tanto para resolver esta afección como para cuidar el gasto, factor buscado por los más jóvenes. Asimismo, el contexto empujó a un segmento grande de consumidores a dejar de realizarse los cuidados personales en lugares especializados, lo que los motivó a hacerlos en casa, así como a esperar periodos de tiempos más prolongados entre una cita y otra. «El pasar más tiempo en los hogares, buscar seguridad, evitar contagios, mimarse e invertir en uno mismo, son cuestiones que hacen aún más relevante esta práctica», sostiene.
«Sobre este aspecto, cuando a los encuestados se les consultó cómo mantuvieron su cuidado personal durante la pandemia, el 33% dejó de ir a las peluquería, el 24% continuó yendo pero con menos frecuencia, otro 24% respondió que ellos mismos se ocuparon, un 11% continuó yendo de manera habitual mientras que un 9% contrató servicios a domicilio. Y, con el paso de los meses, la gente comenzó a tener la necesidad de superar los altibajos que el 2020 trajo, y muchos de ellos están buscando renovar su imagen para atraer nuevas vibras y verse diferentes, lo que derivó incluso en nuevas tendencias de coloración capilar», continúa Luis Ebenezer.
La investigación también da cuenta de que debido al cierre de algunos puntos de retail, el consumo de productos de cuidado personal migró al e-commerce, en donde destacan sitios como Amazon y Mercado Libre. Con casi el mismo puntaje, los supermercados continúan siendo uno de los puntos físicos más relevantes para la compra de este tipo de productos. En los últimos meses, los encuestados han respondido que han comprado sus productos de belleza y cuidado personal vía online (42%), supermercados (41%) y farmacias (31%).

Los nuevos hábitos de aseo cosméticos post-pandemia
En sintonía con los cambios de conducta ocurridos durante el insólito e inesperado 2020, «quizá el período de aislamiento en nuestras casas nos quitó el hábito, pero es necesario retomar todos los recaudos necesarios para el cuidado de la piel, principalmente al exponernos al sol. En este sentido, nuestros mejores aliados siguen siendo los protectores solares, por eso su uso no se debe interrumpir», advierte la Dra. Silvina Quintana Lazópulos, experta en innovación en cuidado personal de BASF Argentina. «También es importante cumplir nuestra rutina diaria reforzando sus tres pasos: limpieza, hidratación y protección. Así, se conseguirá eliminar las células muertas, estimular la formación de nuevas células y reactivar el colágeno natural. En cada una de estas instancias, podemos utilizar productos con proteínas, emolientes y activos hidratantes que protejan la piel de los cambios bruscos de temperatura y la polución. Para eso, existen bioactivos provenientes de la semilla de moringa, un superalimento popular, que forman una película protectora en la superficie de la piel que repele las partículas de polvo y dan un efecto detox, antiestrés y contaminación. Para los meses fríos que se avecinan, es importante cuidarnos cinco partes esenciales del cuerpo que sufren los cambios bruscos de temperatura y el viento: el rostro; los labios; las manos; los codos y las rodillas».
Por último, es necesario saber que los virus no traspasan la piel, ya que esta tiene sus propias defensas, pero quedan adheridos a ella, por lo cual uno puede arrastrarlos con la mano y llevarlos a los ojos, nariz o boca. «El nuevo aseo nos obliga a esmerarnos en la limpieza y desinfección de todos los elementos que se llevarán cerca de estos tres lugares. En ese sentido, será prudente considerar las maquilladoras profesionales, que deberán contar con kits de pinceles y brochas descartables o asegurarse su desinfección con las soluciones que se aconsejan para su profilaxis», destaca la Dra. Laura Szafirstein, médica dermatóloga, miembro de la Sociedad Argentina de Dermatología.