Con tan solo 15 años María Pía Franco Nizzo se hace camino a paso firme en el exigente mundo del ballet. Desde Alemania, la joven santafesina nos cuenta cómo vive una nueva etapa de formación en la Escuela de Ballet de Stuttgart.
Textos. Revista Nosotros. Fotos. Laura Porporatto y Pablo Zamora.
María Pía nació en Santa Fe y dio sus primeros pasos de danza en el Seminario Provincial de Ballet. Hoy, con tan solo 15 años, ya recorrió un intenso camino de formación que la llevó al Teatro Colón de Buenos Aires, al Joffrey Ballet School de Nueva York y a la John Cranko Schule de Stuttgart, en Alemania, donde reside actualmente. Desde allí, en un ida y vuelta tecnológico y con la colaboración de su mamá Leticia, esta joven bailarina charló con Nosotros.
UNA OPORTUNIDAD ÚNICA
La escuela de ballet John Cranko tiene prestigio mundial. Hace ya un año que María Pía vive en la ciudad alemana de Stuttgart para formarse en la institución. Asegura que es una oportunidad única para formarse “en un gran nivel”. La llave que le abrió paso a esta experiencia europea fue una beca que obtuvo en las finales del Youth America Grand Prix, un importante certamen del que participan anualmente talentosos estudiantes de ballet.
“Lo más interesante de esta experiencia es el cambio en absolutamente todo: el país es muy diferente al nuestro en cuanto a las costumbres, el idioma, la cultura, el trato con la gente. Donde vivo, el internado de la Escuela de Ballet, hay chicos y chicas de distintos países viviendo conmigo. Tengo compañeros europeos, asiáticos, norteamericanos, etc . Siento que esto me ayuda a integrarme y crecer como persona. Mi deseo es seguir acá, porque me gusta y estoy formándome en un gran nivel. No siempre es posible conseguir estas oportunidades”, nos comparte.
Su rutina de trabajo es muy exigente, todas las mañanas, luego de desayunar, asiste a la escuela (“el año pasado sólo aprendía alemán, arte y cocina; pero ahora voy al colegio normal”). Luego almuerza en el internado y comienza sus clases de ballet hasta la noche. No todos los días son iguales, algunas clases son fijas como Técnica, Puntas y Ensayos; luego varían entre Moderno, Contemporáneo y Danzas Españolas. “Las clases de Técnica son excelentes y me ayudan a corregir y perfeccionarme”, destaca la bailarina. Los sábados después de las 4 de la tarde comienza su tiempo libre: va de shopping con sus amigos, sale a comer, a tomar helados. Ahora que sabe el idioma, comenzó a ir al cine. Cuenta también que se juntan a charlar y cocinar, y que disfruta mucho de caminar por los parques de la ciudad y escuchar música para relajarse. Asegura que se divierte un montón.
LEJOS DE LOS AFECTOS, CERCA DE LOS SUEÑOS
Ante la pregunta de cómo vive el hecho de estar lejos de su familia y sus afectos, María Pía reconoce que los primeros meses fueron los más difíciles, sobre todo porque por primera vez en su vida pasó las fiestas de fin de año alejada de los suyos. Sin embargo, también aclara que la distancia no le costó tanto como imaginaba: “Yo ya vivía afuera desde los 11 años, cuando entré al Colón y me fui a Buenos Aires con mi abuela. Así que no fue tan fuerte, ya me acostumbré y sé que mis papás y mis hermanos me están apoyando en todo”.
Feliz por su presente, pone su energía en aprovechar al máximo su beca y continuar aprendiendo en Stuttgart. Piensa que “lo importante es tratar de hacer lo mejor y aprovechar esta oportunidad única que se me dio. Tal vez en un par de años pruebe perfeccionarme en otro lugar. Siempre me gustó mucho la Ópera de París y el Royal Ballet de Londres. Pero ahora hay muchas compañías excelentes en las que me gustaría estar, como el Ballet de Stuttgart. Y tengo el sueño de que alguna vez me dirija Julio Bocca, a quien tuve como maestro y admiro”.
También reconoce que le encantaría regresar a Santa Fe: “Creo que todos soñamos bailar algún día adonde están la familia, los amigos, los primeros maestros. Pienso que en el futuro esto se va a dar”.
BALLETS
“Me gustan muchísimos ballets, cada uno tiene algo especial. Pero la verdad es que me llega mucho Giselle. Es muy difícil técnicamente, no solo bailarlo sino también interpretarlo. Eso es lo que me gusta, sería un desafío para mí misma hacerlo”.
BAILARINES
“Admiro a Polina Semionova, una bailarina rusa. Cuando baila podés sentirlo; es decir, te trasmite lo que ella está sintiendo en ese momento. Y también me gusta la argentina Marianela Núñez, ella es perfecta. Con el tiempo, me gustaría llegar a tener su técnica”.
MÚSICA
“Cuando no estoy en clase ¡nunca escucho música clásica! Escucho lo que todos escuchan, lo que está de moda en este momento”.
LA PORTADA
Laura Porporatto realizó hace unos meses una producción de fotos con María Pía. De la misma surgió la portada de la presente edición de nuestra revista. Acerca de esta experiencia la fotógrafa nos cuenta: “La producción de fotos que hicimos con María Pía fue muy especial. Ella es muy profesional y sensible para captar las ideas que yo le transmitía. Gracias a ella descubrí que me apasiona trabajar con bailarinas, porque tienen un dominio especial de su cuerpo y de la estética. Es como si con su danza hicieran ‘poesía’, lo que yo después represento en imágenes. Claramente el mérito es todo suyo”.