Nuestro columnista repasa un disco en el que la cantaora flamenca María Jiménez interpreta canciones de Joaquín Sabina.
Por Enrique Madeo.
Jiménez canta… ¡Lo que canta Jiménez!
En 2002 María Jiménez lanzó al mercado de la música “Donde más duele (Canta por Sabina)”. Todo un desafío. Una cantaora del flamenco sin reconocimiento internacional interpretando canciones pertenecientes a un líder cuya vigencia y popularidad en el mundo entero, a ese momento, resultaban indiscutidas.
Asumir qué temas incorporar, adaptarlos a un género diferente, impregnarlos con un fuerte sabor a rumbas y bulerías propias del flamenco y además, en algunos de ellos, provocar un enroque en el protagonismo interpretativo. Es decir que a historias escritas y originariamente contadas por Sabina, las cuenta María Jiménez. Esas historias no se vieron tergiversadas, ni siquiera desvanecidas; las historias se sostuvieron íntegras, observándose ciertas particularidades vinculadas con ellas y con un brusco cruce de veredas entre la masculinidad del autor y la femeneidad de su intérprete.
Así podemos escuchar en Con dos camas vacías: “Quién hará tu trabajo debajo de mi falda…”. O en Cerrado por derribo: “Esta paya? Tan lejos de su gitano…”.
María Jiménez interpreta a Sabina con su estilo cargado de expresiones callejeras tan apropiadas a las “musas sabinescas”, como en Una canción para la Magdalena o en Medias negras; y a quienes la escuchábamos por primera vez, nos generó la inquietud de hacer un paneo por su carrera como cantante.
Así es que nos enteramos que al momento de la presentación del disco tenía cumplidos más de medio centenar de años y cerca de diez discos puestos en el mercado de la música. Todo ello avalado por una carrera comenzada en 1976 con la grabación de su primer disco “María Jiménez”, donde además se destacaron entre otros los temas: Resurrección de la alegría, Voy a darte una canción, Alma salvaje, Átame a tu cuerpo y Eres como eres.
Con su impronta, se atrevió a llevar clásicos de Sabina al flamenco cuando alguna de esas melodías, en principio, no parecían ser adaptables al género. Sin embargo, Eclipse de mar (tema al que “rebautizó”); En el diario no hablaban de ti; Y nos dieron las diez; y en especial Noches de boda y Ruido -de los cuales logra toda una creación- se transformaron rápidamente en éxitos indiscutidos.
En la grabación del disco, además de los músicos que la acompañan -entre los cuales lucen Enrique De Melchor, Gerardo Núñez y Manolo Franco en guitarras acústicas- se destacan las participaciones de Joaquín Sabina en Con dos camas vacías; de Lichis, cantante de La cabra mecánica, en Medias negras; y en El diario no hablaba de ti, la del grupo Estopa.
La riqueza de la música española y de sus intérpretes queda reflejada en este disco, en el cual composiciones de un cantautor son llevadas a un género ajeno a sus orígenes; y dentro de él, las mismas, lejos de encontrarse encorsetadas, lucen en plenitud, sin ser extrañadas, aún por los más firmes seguidores de Sabina.