¿Un granito inoportuno? ¿Rojeces? ¿Ojeras? ¿Una molesta cicatriz? Las imperfecciones ya no son un problema gracias a los correctores. Descubre cuáles elegir para cada caso y cómo utilizarlos.
Fuente: Mujeres de Elite
Todas las mujeres recurren al imprescindible corrector para camuflar todas aquellas imperfecciones del rostro, siendo por esto uno de los complementos estrella de los maquilladores. Pero ¿cómo saber cuál es el ideal para tu rostro?
Hay correctores en barra, en crema o lápiz, para decidir qué textura es la mejor y elegir el formato que mejor se ajuste a las necesidades de cada persona.
En las perfumerías y farmacias es habitual encontrar el corrector líquido o en barra, que además ayudan en el cuidado facial. La última innovación son los correctores que además de tapar las imperfecciones de la superficie, alisan, se trata de las texturas en crema, en lápiz o en fluido para eliminar todos los puntos de cansancio.
¿Qué tono elegir?
El color debe ser muy similar al de la piel, para que ejerza su función correctora sin que se note.
Lo que se debe saber es que los tonos amarillentos son ideales para camuflar las manchas, pequeñas cicatrices y ojeras. Mientras que los verdosos y azulados esconden a la perfección las venitas.
La recomendación de los expertos para conseguir un rostro impecable es utilizar tres correctores: beige, rosado y verde:
El corrector en tono beige servirá para cubrir y disimular con éxito las ojeras. Con el tono verde se disimulan las rojeces y las venitas que se alojan frecuentemente en las mejillas y los costados de la nariz. Si se mezcla el corrector rosado con el verde, se cubren las manchas de la piel.
¿Cómo aplicarlo?
Lo habitual es aplicar el corrector directamente sobre la piel limpia y seca en las zonas que se quiere corregir antes de extender la base de maquillaje. Pero también puede utilizarse al revés, aplicando primero la base y después el corrector para camuflar las imperfecciones.