El nudo molecular del liderazgo y sus 5 componentes (I)


¿Cuáles son los elementos esenciales que hacen a un líder? Nuestro columnista los detalla, en esta nota.

TEXTO. Ps. Gustavo Giorgi. ILUSTRACIÓN. Soledad Grossi.

Existen múltiples modelos teóricos que intentan abordar el tema del liderazgo. Así, se ofrecen ante la mirada del lector ávido en estos asuntos, diferentes ópticas que intentan explicar, predecir y por qué no, aconsejar respecto a cuál sería el mejor en cada caso.

Mi intención en el presente texto es establecer los cinco componentes esenciales que hacen al liderazgo y en la siguiente entrega observar al detalle cómo de su combinación surgirán distintos estilos. Finalmente, arribaremos a lo que considero el nudo molecular del liderazgo, compuesto por el enlace perfecto entre los cinco componentes.

LOS CINCO COMPONENTES MOLECULARES DEL LIDERAZGO

1. Visión

Definida como la capacidad de anticipar pero fundamentalmente de crear contexto.

Los líderes carentes de ella atribuyen la mayor parte de las causas a cuestiones externas, amparándose en las mismas sobre todo cuando no alcanzan los resultados pretendidos. Por el contrario, un líder eficaz sabe perfectamente que no puede controlar las variables del entorno pero sí que es capaz de actuar sobre él. El primer caso refleja un posicionamiento subjetivo victimizado. Un líder transformado en un objeto, vulnerable al devenir caótico de los acontecimientos.

Como decía, tener visión es crear contextos. En los momentos en que los vientos soplan a favor, aplacándose fuertemente. Y cuando no son buenos, tener el coraje de generar estrategias capaces de sortear dificultades.

El concepto de adaptación se queda corto en lo que a Visión respecta, ya que poseerla no es simplemente adaptarse, sino intervenir en el entorno de forma activa, inventando y produciendo realidades y escenarios que antes no existían.

También, la Visión implica en la misma medida deseo y planificación rigurosa. Es darse la oportunidad de soñar en grande pero no perder de vista la cotidianeidad. Es imaginar, sí, pero dotando a las ideas de contenido cierto. Es improvisar pero con una partitura de fondo. El pentagrama será la planificación con todas sus herramientas y métodos. La armonía estará definida por lo ya probado por otros. Y la ejecución… la sensibilidad… únicamente podrá ser aportada por un líder con Visión.

2. Influencia

Lograr que otras personas se conduzcan convencidas hacia las metas solicitadas es un talento que poseen solo algunos líderes. Una gran parte de ellos se mortifica cuando sus colaboradores no lo entienden, o no lo acompañan. Y mucho más grave, si no lo siguen.

Otros, consiguen movilizar a su equipo por medio de directividad y rigidez, pero esta receta no es sustentable en el tiempo, porque la relación comenzará a resentirse.

Asimismo, están quienes se alejan completamente de las personas a su cargo con la excusa de darles libertad y autonomía cuando en el fondo se esconde un claro carácter fóbico a la conducción.

Tener influencia sobre los demás nos convoca a hablar del sentido hacia las tareas. Una comunicación buena será aquella capaz de transmitir el por qué y el para qué de las órdenes. No se agota en el cómo sino que halla su condición de éxito en la explicación clara de las razones. No hay forma de influir a los colaboradores si su líder es incapaz de detallar el impacto que tendrá su accionar en el resto de la organización, incluyendo con claridad a las demás personas que constituyen las distintas dependencias.

Tener influencia no es equivalente a tener carisma (adjetivo no solo difícil de definir sino incomprobable en la práctica). Poseer este talento es sembrar en la mente de los demás la misma semilla que en la propia. Para esto será necesario…

a. Elegir el suelo (cada colaborador es distinto por lo que no existen modelos universales. Debemos conocer a fondo a cada uno, sus actitudes, conductas habituales y circunstancias personales).

b. Fertilizarlo. Esto significa brindar reconocimientos simbólicos de manera oportuna.

c. Controlar que esté libre de plagas (analizar las posibles tendencias negativas por parte de sus compañeros o personas conflictivas) y finalmente,

d. Cosechar los resultados: la acción específica del colaborador orientada hacia los objetivos fijados por su líder de manera entusiasta y comprometida.

3. Acción

Le podría decir proactividad también…

La acción definida en estos términos es esa inconformidad constante del líder por lograr avances. Es el resultado de una combinación ideal entre diagnóstico y solución.

Se le atribuye a Piaget la noción de que el paso de la adolescencia a la adultez está en la capacidad de mutar de revolucionario a hacedor. Considero que esto ilustra magníficamente la diferencia entre un líder con acción y uno carente de ella.

Es voluntad, brío, ímpetu y dinamismo. Es expansividad que no se agota con el logro de un cúmulo de responsabilidades sino que es la búsqueda constante de un enriquecimiento tanto en las tareas como en sus atribuciones.

Es motivación propia que impacta de lleno en los demás. Es un carácter arrollador. Es pasión y puro entusiasmo. Ciento por ciento emoción puesta al servicio del liderazgo.

4. Vocación de líder

Podemos pensar que la vocación consiste en un propósito claro respecto de uno mismo. La vocación responde la pregunta de: «Qué clase de vida quiere usted darse?»

Si una persona accede a un lugar de liderazgo por casualidad, contactos o porque justo estuvo en el lugar adecuado y momento adecuado y no lo acompaña con vocación podrá lograr algunos resultados, pero nunca serán sobresalientes debiendo esperar un rendimiento que, en el mejor de los casos, alcanzará el promedio.

En otro sentido, aquellos que poseen vocación de líder entienden a las claras que ocupar ese lugar es transformarse inmediatamente en un modelo para los demás, con todas las incomodidades que ello conlleva.

La vocación se siente como una convicción interna, no como imposición superyoica sino como una elección que se actualiza a diario. Tampoco es una obligación derivada de la familia o el medio. A la vocación se la elige y defiende en todo momento. Y ante los obstáculos, podrá verse cuestionada, pero nunca abandonada.

5. Colaboración

Similar al concepto del trabajo en equipo pero más amplio.

La Colaboración es conexión con las personas a nivel racional y emocional. Implica la tendencia construida a compartir trabajo y formar parte de un colectivo humano.

Es resignar una cuota de individualidad y objetivos exclusivamente personales en pos del logro de metas ambiciosas y comunes que de otra manera serían inalcanzables.

La colaboración en un líder se traduce en la práctica cuando lo vemos realizar actividades básicas, al defender una decisión grupal, en aquellos momentos que trabaja junto a un par codo a codo… Aparece también cuando es capaz de postergar una tarea propia en función de los desafíos del conjunto… o cuando debe renunciar parcialmente a una idea para dar lugar a otra, con mayor legitimidad.

Este componente implica, asimismo, la empatía. No es posible un líder colaborativo sin esta actitud de entender y sentir con el otro.

Es racional también, ya que implica la comprensión global del negocio. Es la experiencia concreta de saber que formamos parte de un conjunto, y que nuestras conductas deberán enlazarse a las ajenas para alcanzar resultados, como condición de posibilidad.

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