«He oído», la muestra más larga del MAC


El arquitecto y artista Carlos Monge contó en una entrevista con Revista Nosotros todo acerca de su última exposición, sus proyectos a futuro y su familia.

Textos. Soledad Vittori. Fotos. Flavio Raina.

El ingreso al Museo de Arte Contemporáneo de la UNL fue llamativo, un espacio pequeño pero pintoresco con paredes donde predomina el color blanco y otras pintadas de amarillo pero no completas, llamó mi atención. A ver como es esto me pregunté y observé un cuadrado pintado dentro de la pared blanca como si hubiese un cuadro amarillo colgado en el paredón. Y allí, en ese rectángulo de puro color es donde sitúan los especialistas los cuadros de los artistas que exponen. Signos visibles de pura creatividad.

Lugar ideal elegido por Carlos para desarrollar la entrevista. Puesto que su muestra denominada «He oído» ha sido la más larga en estar exhibida en la historia del MAC. Y, si a esto le sumamos la personalidad relajada del artista para conversar, tenemos como resultado una entrevista ideal.

«Antes de arrancar a hablar de la muestra del MAC empecemos por el principio. Toda la vida me gustó pintar. De chico siempre pintaba mi casa y la intervenía con dibujos. A los 16 años arranqué a estudiar escultura con Roberto Favaretto Forner en el Liceo Municipal de Rafaela porque era conocido por ser el mejor en su oficio. Soy oriundo de Santa Fe pero de chico nos fuimos a vivir a Rafaela y luego volví. El Liceo era un lugar que unía mucha gente, se hacía pintura, escultura, música, danza, todo junto; y era un espacio donde aprendías mucho de las diferentes ramas artísticas.

«Después, cuando termine el secundario, volví a Santa Fe para estudiar arquitectura, siempre con el dibujo de por medio, y no pasó mucho tiempo hasta que empecé a realizar muestras y exponer. Las primeras las hice de muy joven para la Municipalidad de Santa Fe.

«A la hora de pintar siempre me gustó el impresionismo, lo que expreso en mis pinturas ya sea con la parte figurativa, con la distorsionada, con las letras, los números o los relatos. Siempre agrego, además, la técnica del collage. Soy neoexpresionista. Y también empleo el pop art en ocasiones.

«Más allá de esto, me considero expresionista. Me interesa que mis obras tengan mucho color, la figura humana presente y la de los animales también, mostrar algo simbólico en mis cuadros a través de las frases o los números que escribo. Quiero que lo que expreso a nivel figurativo también sea simbólico.

«El reconocido cuadro denominado ‘El Grito’ es un ejemplo de lo que siempre me gusto. Ese es el tipo de expresionismo que me cautiva. Y eso quiero reflejar en mis obras.

«Nadie me enseñó a pintar y sin embargo considero que tengo mucha inclusión de los lugares donde estudié otras cosas relacionadas como fue el Liceo, la facultad de arquitectura y la de diseño industrial, que aprendí tiempo atrás.

Considero que el arte de Santa Fe compite con cualquier obra a nivel mundial. El año pasado tuve la oportunidad de exponer en Nueva York y me di cuenta que nuestras muestras pegan. Lo cual me hace sentir orgulloso. Considero que si cualquiera de mis amigos artistas expone allí, tendría la misma sensación que yo» remató Monge.

Carlos Monje artista plástico perfiles Nosotros

LA EXPOSICIÓN

Luego de conocer sus inicios en el rubro artístico, Carlos nos contó sobre su última exposición. La cual, se inauguró pocos días antes de que se produzca el cierre de los museos por la pandemia del Covid-19.

«La última muestra que expuse la fui armando de a poco. Cuando estaba creando esta exhibición sucedió la tragedia del incendio en Australia con la consecuente muerte de miles de animales. Un hecho que me impactó un montón porque me sensibiliza mucho la ecología, lo que comemos y lo que bebemos los seres humanos. Soy de pensar mucho en los animales. Y me inspire en eso para crear esta exposición. Después pasó en Santa Fe una situación similar con los incendios en las islas hace poco. Y busco reflejar eso en esta muestra.

«Esta serie se expuso en el MAC el día 12 de marzo. Fue la exhibición más larga del museo puesto que a los pocos días arrancó la pandemia y quedó armada ahí. La inauguración contó con música, danza, mucha gente, abrazos y besos. Lo irónico del evento fue que hice hacer coronas, máscaras y guantes para la ocasión y después vino el coronavirus, como si hubiera sido una premonición de lo que iba a venir.

«Por suerte me considero un afortunado que en lo laboral, la pandemia no me afectó tan duro como lo hizo en otros rubros. Si bien, desde el 12 de marzo no veo a mi mamá que vive en Rafaela, en lo laboral desde la rama de la arquitectura sigo trabajando igual. Vivo de eso y tuve la suerte de poder seguir ejerciendo. Pero, por el contrario, mi mujer que tiene un estudio de pilates no tuvo la misma suerte.

«Y con lo artístico, si bien la muestra no pudo ser visitada por ninguna persona, un hecho muy triste para los amamos este oficio, debo destacar que el MAC la promocionó mucho en sus redes sociales. Le pusieron muchas ganas a la difusión mediante estas plataformas. Y eso hace que valga la pena cada minuto de dedicación en ello. Soy una persona que se levanta todos los días a las cuatro y media de la mañana para pintar hasta que se hacen las ocho. Me gusta que lo que hago se vea. Me encanta ese momento de pintar en silencio y en soledad, me llena el alma. Y es lindo cuando lo ves reflejado en un museo.

«Ahora bien, en cuanto al nombre de la muestra elegí ‘He oído’ porque considero que cada muestra habla. Y uno debe escuchar lo que dice. Si una persona ve un cuadro, escucha muchas cosas», explicó el autor.

Proyectos

El reconocido artista se encuentra en tratativas para organizar otras exposiciones en otros museos fuera de Santa Fe. Su deseo es seguir exponiendo y volver a Nueva York si es posible. Por su parte, en el rubro arquitectónico, Monge está trabajando en un proyecto sumamente interesante, según sus palabras para el Puerto de Santa Fe, que de momento no está cerrado.

Su familia

Su círculo íntimo siempre estuvo presente en cada muestra apoyándolo en su pasión por el arte y no quiso dejar de mencionarlo en la nota.

«Mi mujer es bailarina de toda la vida, mi hijo estudia arquitectura, una de mis hijas estudia traductorado de inglés y otra es abogada y vive en Malta. Cada uno eligió algo diferente pero siempre los unió el vínculo por el arte. Viajamos bastante a lo largo del tiempo y con mi mujer siempre los llevamos a los museos y al teatro. Sin embargo, nunca les impusimos ver las obras, si querían entrar podían entrar y si se querían quedar afuera, no había problema. Priorizamos su libertad. Poco tiempo atrás fuimos con mi hijo al Moma de Nueva York y estuvimos literalmente seis horas recorriendo el lugar mientras hablamos y debatimos sobre cada obra. Fue una experiencia encantadora», finalizó.

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