Ir sin maquillaje: Las claves del efecto no make-up


Lo natural está de moda, o al menos eso es lo que han dictado las pasarelas esta primavera. El mundo de las tendencias no ha tenido más remedio que rendirse ante el encanto de las pieles impolutas, la luz que irradian los rostros y ese aura de un rostro natural. Y es que cuando se consigue que menos sea más, la partida está ganada.


Aún así, el no make-up es, posiblemente, una de las paradojas de la belleza más grandes con la que nos hemos topado en los últimos años. Maquillarse para no parecer maquillada puede ser un acto sin mucho sentido, pero si aclaramos que de lo que se trata es de tapar de forma sutil y de resaltar lo importante, la cosa cambia. La idea es resaltar la belleza propia sin exageraciones.


Lo primero, hidratar
Un buen ritual de hidratación, tanto por el día como por la noche, es una de las claves del éxito para conseguir una piel sana, y por extensión, es el punto de partida de este look. Aplicar una buena crema hidratante antes de cualquier tipo de base o corrector para crear una barrera protectora que impida que los poros se obstruyan. También así se evitará que las moléculas de maquillaje, más pesadas, resequen la piel.


Serum
Utilizar un hidratante en profundidad que redensifique la capa córnea tensando la piel y proteja de los radicales libres que generan la oxidación de las células mientras aporta luminosidad.


También de noche
Por la noche, después limpiar bien la piel, utilizar alguna crema que ayude a mejorar los niveles de hidratación mientras se duerme. Se puede aplicar como una crema normal o como una mascarilla, si lo que se desea es una cura de hidratación en profundidad.


Alternativas para no maltratar el cutis
Optar por el maquillaje que mejor se adapte a nuestro tipo de piel y probar una cura détox. Trabajando con oxígeno puro al 99% se consigue una luminosidad y jugosidad dérmica instantáneas, atenuar las ojeras y bolsas, difuminar las líneas de expresión e, incluso, marcas de acné.

Previo Promociones para el verano en Michelle Farr
Siguiente Antofagasta de la Sierra, tierra de volcanes y paisajes sublimes