Juane Voutat: canciones para armar


TEXTOS.MILI LOPEZ

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El compositor, pianista y cantante Juane Voutat lo hizo una vez más: nos presenta su nuevo disco de canciones que nos permiten navegar por distintos estilos musicales y reconocernos en sus letras. «Fuego Amigo» (2023) es su quinto registro que se lanzó el pasado 24 de marzo en plataformas digitales. Son doce canciones que se pueden escuchar independientes o reproducir desde el primero hasta el último track como contenido conceptual.

«Me cuento en canciones, necesito comunicarme» dice Juane y nos invita a un recorrido por un puñado de canciones íntimas, esta vez alejadas del sonido rockero que imperaba en sus trabajos anteriores y con una impronta acústica para contar momentos de su vida que bien podrían ser los de cualquiera de los oyentes.

Las letras toman protagonismo con una narrativa por momentos más poética sobre sentires y estados de ánimo y en otras como cronista de historias urbanas o situaciones históricas. Desde la estructura musical y los arreglos se acompaña esta propuesta interpretativa del «decir», donde radica la expresividad de cada canción.

La banda que lo acompaña se completa con Bruno Gramaglia, en batería y coros, José Alaluf, en bajo y Paulo Chiavarini, en guitarra y coros y otros músicos invitados en temas puntuales: Belén Oesquer se suma con coros en «Que duermas bien», Melani Fernández, aporta su sonoridad con el violín en «Con M de Muerte» y Emanuel Cardoso en cajón peruano en «Cicatrices de Pueblo».

Como pez en el agua dentro de la música popular, Juane nos muestra un mapa ecléctico de la cancionística contemporánea, donde coquetea con el pop internacional, un poco de rock, aires de folklore, algo de tango, la trova cubana y la rosarina, sin salirse de su eje que es contar historias.

Abre el disco «Que duermas bien», un homenaje a los soldados de Malvinas contando la historia de un padre que añora los encuentros con su hijo que fue a la guerra. Inicia con un sampler de la voz de Galtieri y unos arpegios en el piano que se mantienen durante toda la canción. La poética es la que impulsa a la música con aires de trova y dice en el estribillo «Romperé mis miedos y dilemas/ quedarán hecho un poema» y antes de escuchar sonidos de aviones sobrevolando el territorio reza «los pueblos sin memoria/ condenados perderán», consagrando esta canción como sello sobre la historia argentina.

«Géminis» es otro de los platos fuertes, con una guitarra española que lleva la melodía principal que dialoga con el piano y el aporte sutil de la percusión. La letra habla de la dualidad de los estados de ánimo, las dos caras que conviven en una persona. Mientras que un reggae acompasado en los acordes del piano y el rasgueo de la guitarra, con detalles percusivos de distintos timbres, «Sálvese quien pueda» nos sacude con una crítica a los medios de comunicación y la actualidad social.

En «Cicatrices de Pueblo», Juane nos muestra su Curuzú Cuatiá natal con aires de chamamé. Con postales de infancia acompañadas por dos guitarras acústicas y el cajón peruano del músico invitado Emanuel «Toto» Cardoso, este tema imprime un dejo de nostalgia y describe lugares, personas e historias. Elige cuidadosamente las palabras e incluye algunas como gurí, ité, kapichuá, evocando su cotidianeidad con el lenguaje guaraní.

Es un disco diferente a los anteriores, que no está encorsetado en la canción de rock, como él mismo lo define «suena mucho a madera, a algo natural, que se podría ensayar en el living de una casa». Mucho de esto tiene que ver con el trabajo del ingeniero de sonido, Iván Tarabelli, que hizo magia con las mezclas y la masterización, buscando una sonoridad limpia y a la vez destacando la tímbrica de los instrumentos que fueron grabados en el «home studio» de Juane a excepción de la batería por sus requerimientos de microfonía.

Otras de las canciones que quiero mencionar es «Tengo ganas de cantar», donde radica quizás el por qué de este disco. Con un permitido rockero, utiliza un juego en el que retoma la última palabra de cada verso en el verso siguiente. «Tengo ganas de cantar/canto para irme lejos/ para después volver/ volver para resucitar». Por su parte, en «Descorazonando» se cuelan los ritmos de un valsecito peruano y se destaca su solo de piano con tintes jazzeros.

Me detendré por último en «Seré otro», una canción en la que nos transporta, con la letra introspectiva, al pop rock internacional sin envidiarle nada a nivel compositivo e interpretativo a cualquier éxito de la industria musical a grandes escalas. Juane ha construido a través de los años un estilo como cantante que se identifica por su fraseo y modulación expresiva, su ductilidad permite sostener color vocal inalterable en el tránsito por distintos estilos.

Los caminos de la autogestión hacen que este músico «santafesino por adopción» sea compositor, intérprete, productor, manager, prensa, es decir, todas las aristas del mercado musical concentradas en una persona. El trabajo es arduo pero la recompensa lo vale. Dicen los que saben que existen las musas pero que cuando llegan te tienen que encontrar trabajando y como él mismo se define, este «obrero de la canción» hace honor con sus discos a su trabajo musical.

Fuego Amigo, en la jerga militar alude a los disparos provenientes del propio bando. Juane lo resignifica con los fuegos cruzados a los que se expone un artista en la lucha contra uno mismo y en la realidad que lo circunda. Nos deja la puerta abierta para conocer sus miedos, sus intentos, sus caídas, sus logros, sus alegrías, sus batallas ganadas y de las otras, en esta selección de canciones.

Para conocer más de Juane Voutat

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Previo Edición impresa 15-04-2023
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