La cocina, el corazón del hogar


La cocina reúne, convoca, invita a charlas amenas y confidentes, a un café compartido, al intercambio de unos mates, a una picada cómplice, a una copa de vino en la previa de una gran comida.
Por Nadia Novillo.

La cocina es un meet point, un espacio de encuentro, donde se respira calidez, lo que se acostumbra a llamar calor de hogar y lo que nos remite a afirmar que todo lo hecho en casa está hecho con amor.


En este espacio se deben extremar especialmente los cuidados de limpieza, y pulcritud, ya que es el área donde se manipulan los alimentos.


La limpieza, la ventilación y el mantenimiento son tareas que deben realizarse a diario, para evitar los olores, la grasitud y los vapores propios y característicos q se generan durante los procesos de cocción.


Lo aconsejable es mantener las mesadas lo más despejadas y despojadas posibles, justamente para facilitar y simplificar la limpieza, para transmitir una mayor sensación de armonía visual y orden, y para librar la zona de objetos que impidan cocinar de forma cómoda.


El primer paso para organizar un ambiente es indefectiblemente el descarte, la sugerencia es comenzar a vaciar todas las alacenas, limpiar su interior, e ir agrupando y categorizando la vajilla, cubiertos, ollas, sartenes, bandejas, fuentes, asaderas, utensilios de cocina, tuppers, descartables, etc.


Se descarta toda aquella vajilla que esté rajada, cachada, ollas y sartenes con las asas rotas o quebradas, tuppers deteriorados, tapas a la que le falta su recipiente, utensilios que se desconoce cuál es su utilidad, elementos y accesorios de cocina repetidos o aquellos que nunca se usaron, cosas recibidas como regalo o herencia que no son de nuestro agrado o estilo.


Lo ideal es agrupar por categorías o similares, en toda cocina, independientemente de su tamaño debemos determinar un sector de “Alacena para Vajilla”, otro sector de “Despensa para alimentos” no perecederos y la ‘Heladera y Frezzer‘ para la conservación y preservación de los alimentos perecederos.


Al momento de organizarla es premisa fundamental ubicar todo donde se usa y se necesita, asignándole a cada cosa un lugar lógico, que responda al sentido común, donde cualquier integrante de la familia podría saber dónde encontrarlo y dónde guardarlo, de manera que quede visible, a mano, al alcance, de fácil acceso, sobre todo lo que se usa a diario, lo que se usa con menos frecuencia lo guardamos en estantes superiores, más arriba y más atrás.

Vajilla de uso diario: debe ubicarse toda junta, en el área más cómoda y cercana, donde se utiliza.

Cristalería, juego de porcelana y cubiertos de plata tradicionalmente se ubican en un mueble vajillero en el comedor que es donde se suelen usar.


Desterremos esas antiguas costumbres de generaciones pasadas que el juego fino solo se usa cuando vienen visitas o en ocasiones y fechas especiales, recuerden que todo lo que tenemos es para ser usado y disfrutado, una ocasión especial siempre es hoy, y la mejor visita siempre somos nosotros.

Copas y vasos: Es común presentar los más bajos y chicos adelante y los más grandes y altos atrás, lo cual es un error ya que al querer tomar uno de atrás es probable que se caiga y rompa alguno de los se encuentra ubicado adelante.


La forma correcta es ordenarlos por modelo y tamaño en línea recta, el que está primero indica el modelo de todos los que le siguen detrás, es decir que siempre vamos a ir tomando de adelante hacia atrás, de ese modo evitaremos accidentes.


De igual manera ubicamos las pilas de platos, compoteras, tazas de té, café, así la pila que se encuentra adelante es igual, mismo diseño y tamaño que la que se ubica atrás.


En el mercado encontramos diferentes opciones de alzadas, estantes, y estructuras para maximizar los espacios y sobre todo para aprovechar la altura de la alacenas duplicando incluso el espacio de almacenamiento.

Cajones: El primer cajón se destina exclusivamente a los cubiertos y utensilios de uso frecuente. El segundo cajón suele ser un gran caos y mezcla de cosas y objetos varios, la clave es compartimentar, es decir replicar el orden del primer cajón generando subdivisiones, con un cubertero o armando un Tetris de pequeños contenedores, de esta forma nos aseguramos que ese orden se mantendrá en el tiempo.


El tercer y cuarto cajón los reservamos para repasadores, servilletas, individuales, manteles, todo presentado en vertical, o de manera escalonada.
Otra típica categoría son papel film, manteca, aluminio, bolsas tipo Ziploc, separadores para freezer, bolsas de residuos.

Tuppers: Si hay algo que encontramos en exceso en todas las organizaciones son los famosos tuppers, y más aún si en el hogar hay niños, abundan los descartables y la vajilla de plástico, platos y vasos en infinidad y variedad de diseños, tamaños y colores, lo que obliga a hacer descarte en forma permanente porque si bien pareciera que se van multiplicando cada semana también es cierto que se deterioran rápidamente, se ponen feos, opacos, se percuden y rayan.


Los agrupamos como en el jardín de infantes iguales con iguales según su forma, redondos, rectangulares, cuadrados, y los vamos apilando de mayor a menor, las tapas las presentamos dentro de un contenedor todas juntas, en forma vertical, paradas, estilo fichero/archivo.
Si van a comprar nuevos el consejo es que elijan siempre el mismo modelo en distintos tamaños para poder apilarlos, el mismo color para unificar y generar de armonía visual, preferentemente de formato cuadrados o rectangulares ya que permiten optimizar mejor el espacio de guardado. Organizados de esta manera es muy fácil y rápido encontrar el modelo y tamaño que queremos y necesitamos usar.

Fuentes, bandejas, ensaladeras, bowls: agrupar por categorías y formatos similares apilándolas de mayor a menor, es decir fuentes rectangulares, ensaladeras redondas, bowls, compoteras, etc.

Ollas y cacerolas: guardarlas al estilo mamushkas, es decir una adentro de la otra de mayor a menor. Las tapas pueden colocarse paradas, en forma vertical, todas juntas en un contenedor ordenadas de menor a mayor, o utilizarse una estructura especial organizadora de tapas también aplica para tablas/fuentes/sartenes/bandejas. Los ubicamos en el módulo más cercano al horno y anafe.

Electrodomésticos: debemos guardarlos todos juntos, fuera de sus cajas. Las cajas, manuales y garantías se descartan, y las etiquetas que traen en sus cables se deben cortar y eliminar.


Los cables deben enrollarse de manera prolija para no dañarlos y sujetarse con un precinto o bandita elástica de la misma manera que vienen cuando los compramos, incluso hay versiones que se enrollan o guardan en su propia base.


Si traen accesorios los ubicamos en un contenedor.
Si bien en el mercado hay una amplia variedad de modelos, colores y diseños y hoy en día los electrodomésticos se han convertido en objetos de decoración, la sugerencia es solo dejar sobre la mesada los que se usen a diario y en forma permanente, el resto es conveniente guardarlos dentro del mueble de cocina y quienes no cuentan con demasiado espacio deberían limitarse a elegir líneas más simple y sencillas y aparatos más chicos.


Los invito a poner en práctica estos consejos y recuerden que con organización, limpieza, descarte y orden todos podemos lograr hacer de nuestra cocina el corazón de nuestro hogar y de nuestro hogar, nuestro lugar en el mundo.

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