La Colección “Antiprincesas” y el libro “Ni Una Menos desde los primeros años” fueron presentados en la ciudad de Santa Fe por parte de la autora y compiladora Nadia Fink; la candidata a diputada nacional por Ciudad Futura en una lista 100 % integrada por mujeres, Caren Tepp; y la integrante del Foro Santa Fe contra la Trata Gladis Sividini.
Textos: Revista Nosotros. Fotos: Pablo Aguirre
La presentación se llevó a cabo en la sede de ATE, con auditorio completo, bajo el nombre de “Infancias más libres para ciudades más justas”. Desde su aparición, la Colección de libros “Antiprincesas” se ha convertido en un símbolo a raíz de su nuevo modo de abordar personajes de nuestra historia latinoamericana en clave infantil desde una perspectiva de género.
La concejala rosarina, y postulante al Congreso en una lista 100 % femenina, Caren Tepp, fue la encargada de abrir la presentación, destacando el valor de esta nueva forma de concebir la enseñanza para los más chicos.
A su vez, Gladis Sividini, también integrante de la lista 100 % femenina, hizo principal hincapié en la relevancia de la Educación Sexual Integral; y por último, la autora Nadia Fink puso de relieve la necesidad de derribar estereotipos desde los primeros años para construir sociedades más justas.
“Nuestra idea es comenzar a derribar estereotipos, sobre todo en la infancia. De allí nace la concepción de las Antiprincesas: de trabajar historias de mujeres como Violeta Parra o Frida Khalo. Entonces queríamos romper con la idea de que las mujeres tienen que ser de una sola manera. Por eso hay tanta atención a lo visual, a la imagen en esta colección. Por ejemplo, Disney hace sus princesas todas iguales. Si es latina la hace con el mismo cuerpo de las demás pero más morocha. Si es china, la hace con ojos rasgados. Todas con el mismo molde. Y esa cuestión de molde, transmite la idea de cosificación, de objeto, de una mujer que termina siendo una cosa”, definió Fink.
Pero como se habló de infancias, también incluyó a los estereotipos con los que cargan los varones desde niños.

La idea de la colección surgió en el seno de la redacción de Sudestada, una prestigiosa revista política y cultural en la que trabaja Fink.
“Había investigado las vidas de Frida y Violeta para la revista, y me preguntaba cómo podíamos hacer para contar sus historias a los niños”, recordó.
Así, en combinación con Chirimbote, una nueva editorial infantil, decidieron lanzar esta colección que busca cambiar los paradigmas: “Que las chicas tengan otro tipo de modelo en el que verse reflejadas. También hicimos una colección de antihéroes, o mejor dicho, de anti – súper- héroes. Porque el superhéroe tiene poderes. Criamos a nuestros niños con la idea de que tienen que ser súper fuertes, y hacer todo. Así como las mujeres tienen que están en la espera, en el silencio de la sumisión, los hombres tienen que se superpoderosos y dispuestos a salvar. Y proveer. Cuando hay momentos de mucha desocupación, el hombre que no encuentra cómo cumplir con ese rol asignado se deprime y soporta mucho peor la situación. No puede pedir ayuda, no puede construir una alternativa diferente, porque se espera de él que lo haga todo. Cuando trabajamos en infancia, sabemos que este estereotipo está mucho menos firme, no está del todo construido”, explica.
La libertad y la sensibilidad sin prejuicios reinan en la infancia. El niño se relaciona más libremente con sus pares.
“Los prejuicios van moldeando al niño porque es lo que le transmitimos como sociedad, los grandes”, prosigue Nadia.
“En los cuentos tradicionales y en las películas, las mujeres no construyen juntas. Son las princesas, o las madrastras malvadas, o las hermanastras odiosas, o las brujas. Salvo en Shrek, que en un momento todas las princesas pelean juntas, no recuerdo otro cuento en que las mujeres se unan para construir. Incluso en Frozen, las hermanas no se comunican bien. Las madrastras y hermanastras vienen peleando desde hace siglos. Hay madres buenas pero siempre están muertas… Por eso creo que es tan importante empezar a romper el paradigma y correr límites desde la infancia. Cuando hicimos el libro de Juana Azurduy, decíamos que en el ejército de amazonas no hay nombres, no trascendieron en la historia. Las mujeres se animan a construir de manera colectiva y también anónimamente. No hay que creerse eso de que rivalizamos y competimos entre mujeres. Y el espacio para lograr romper con eso es la infancia. Porque juntas nos potenciamos y crecemos más de lo que parece”, afirma.
“Contamos historias de mujeres… ¿Por qué? Porque conocemos muchísimas historias de hombres importantes pero no tantas de ellas… Sabemos algunas de princesas, es verdad, pero qué lejos están de nuestra realidad esas chicas que viven en castillos enormes y fríos. Hay mujeres por acá, en América Latina, que rompieron los moldes de la época, que no se conformaron con los lugares que la sociedad les imponía (o sus esposos, o sus padres, o sus hermanos mayores) y salieron a hacer sus propios caminos. Algunas no fueron madres, como Frida Kahlo (nuestra primera antiprincesa), otras lo hicieron con sus hijos e hijas a cuestas. Creemos que esta colección va a terminar siendo un concepto que nos exceda, que genere inquietudes y preguntas y se multiplique”, concluye Nadia.