Es momento de revisar los modelos de belleza que se imponen y permitirse pensar por qué hay que llegar a la próxima estación de una determinada forma. Cuestionar lo que se nos impone y poder reflexionar puede ser beneficioso para adecuarse a lo que realmente cada persona necesita.
Textos. Revista Nosotros. Fuente. Asociación Argentina de Counselors.
Llega ese momento del año en el que siempre recibimos estos mensajes: «¡bajá de peso para verte linda en el verano!», «¡adelgazá para poder mostrarte en bikini en la playa!», «¡adelgazá en pocas semanas para tener tu cuerpo ideal para el verano!», «¡arrancá ya el gym para tener un cuerpo esbelto para el verano!», y la lista sigue…
Junto a estos mensajes que renacen cada año, observamos los estereotipos impuestos en las imágenes, la exigencia de parecernos a ellos, de encajar, de poder ser consumidores de este tipo de cuerpo y vida que nos venden. A muchas mujeres y varones les pasa que ese imperativo se transforma en un gran esfuerzo por intentar de mil maneras encajar en esas imágenes, haciendo hasta lo imposible para ser y parecer «lo que está socialmente bien visto».
Pero podemos preguntarnos… ¿Cuánto tenemos que poner de nosotras/os en este intento? ¿cuánto dejamos atrás? ¿cuánto de lo que somos queda escondido, relegado en este intento por «encajar»?
Revisemos estos mandatos de belleza, y de esta manera permitámonos pensar por qué tenemos que llegar al verano de una determinada forma: ¿me siento identificada/o con lo que me proponen desde afuera?, ¿puedo mirarme con más amor y aceptarme tal cual soy?
Siguiendo esta línea de hacernos preguntas en relación al tema, cuestionar lo que nos imponen y poder reflexionar puede resultar beneficioso para adecuarnos a lo que realmente cada persona necesita. Encontrar tu modo particular, ese que te hace sentir bien, es la clave.
La invitación es a detenernos y pensar sobre este tema. ¿Qué es llegar al verano? ¿Qué significa esto para cada uno? ¿Deberíamos llegar de una única manera que aparenta ser la correcta? ¿Realmente cómo es llegar al verano uno mismo?
En principio el verano llega siempre el 21 de diciembre y todos llegamos también, sí o sí. Así como estamos, así como elegimos o como pudimos. Del modo que lleguemos al verano somos merecedores de disfrutarnos y de poder expresar lo que somos.
Pensarnos y reconocernos es una posibilidad, así como también animarnos a ser nosotros mismos. Buscar el camino del aprendizaje personal, poder vernos a nosotros mismos con nuevos ojos, valorar la propia belleza única, saber que todos los cuerpos son válidos y disfrutar de nuestro cuerpo… es también empezar a disfrutar el verano.