La causa más frecuente de hipertensión arterial en la edad pediátrica parece ser la obesidad. Una especialista nos aclara cómo reconocer, diagnosticar y tratar esta enfermedad.
Textos. Dra. Claudia Mudryk.
En los niños la presión arterial alta se define estadísticamente porque los valores varían con la edad y el sexo. La hipertensión se define como unos valores de presión sistólica (máxima) o diastólica (mínima) mayores que los indicados en las tablas realizadas para establecer los valores normales en los niños y en las niñas en al menos tres ocasiones.
Los adolescentes con cifras de tensión arterial mayores a 120/80 mmhg con el método auscultatorio, se consideran hipertensos.
Por eso, desde el año 2009 se ha recomendado una tabla simplificada de los niveles de presión arterial según la edad y sexo, por encima de los cuales se debería realizar una evaluación adicional de una probable hipertensión arterial (HTA).
Por ejemplo, para un niño de 6 años los valores máximos de tensión arterial son 105/68 y para una niña de la misma edad 104/68 con el método auscultatorio.
Debemos tener en cuenta que los valores de la tensión arterial auscultatorios no son los mismos que los que tomamos mediante un dispositivo oscilométrico, los comúnmente llamados equipos automáticos.
La hipertensión arterial se clasifica en dos tipos generales: HTA esencial o primaria en la cual no podemos determinar una causa específica, y la HTA secundaria, en la que sí podemos identificar la causa.
La prevalencia exacta de la hipertensión esencial en niños y adolescentes no se conoce con exactitud. En la mayoría de los casos se trata de pacientes obesos, por lo tanto la causa más frecuente de HTA en la edad pediátrica parece ser la obesidad.
Entre los pacientes con hipertensión secundaria, la mayoría está causada por enfermedades de los riñones, de los vasos renales y por la coartación de aorta, que es una cardiopatía congénita.
En general los niños con HTA leve no tienen síntomas. Los chicos con HTA severa pueden presentar dolor de cabeza, náuseas, vómitos, irritabilidad.
Para confirmar el diagnóstico debemos asegurarnos que la presión haya sido tomada adecuadamente, que el niño haya estado en reposo al menos 5 minutos previamente, que el manguito sea el indicado y descartar que la HTA se deba a la ansiedad o al temor frente al examen , lo que llamamos hipertensión de guardapolvo blanco.
Si se ha establecido el diagnóstico de HTA se harán estudios complementarios para buscar la causa y tratarla.
También debemos evaluar los factores de riesgo cardiovascular en los niños:
– Antecedentes de enfermedad cardiovascular en familiares jóvenes.
– Obesidad.
– Dislipidemias (colesterol alto, triglicéridos altos).
– Tabaquismo.
– Diabetes.
– Inactividad física.
El tratamiento de la hipertensión esencial se enfoca a la incorporación de hábitos de vida saludable. Se busca fomentar la reducción de peso, las dietas sanas, los alimentos bajos en sal y los ejercicios aeróbicos.
La medicación se deja como última instancia, cuando lo indicado anteriormente no fue eficaz.