Los primeros años del Box en Santa Fe


Durante los años ’20 y ’30 la ciudad de Santa Fe fue una de las mejores plazas pugilísticas del país. Recordamos sus figuras deportivas, los estadios y escenarios de esas grandes peleas.

TEXTOS.MARIANO RINALDI FOTOS.EL LITORAL

Tempranamente, en las primeras décadas del siglo XX, la ciudad de Santa Fe recibió a las mejores figuras del boxeo nacional, que acrecentaron con sus presentaciones el entusiasmo de nuestros aficionados locales.

El estadio de Gimnasia y Esgrima, el Luna Park al aire libre, el viejo Cine Charmant y el teatro Santa Fe, fueron los primeros escenarios con que contó esta ciudad y los cuales sirvieron para acaparar el interés de todos los amantes a este rudo deporte. Valores surgidos en ese tiempo que brindaron combates inolvidables.

A Santa Fe llegaron prestigiosas figuras no solo nacionales, sino también extranjeras. Como la del doble campeón chileno Humberto «maravilla chilena» Guzman, que, en sus dos combates realizados en su primera visita a Santa Fe, se enfrentó con el sportman local Horacio Roldan y el segundo con José Barzola. Los medios periodísticos porteños vertieron conceptos elogiosos a la figura deportiva de Guzmán y a la organización del evento en el litoral argentino.

También, el «Indio» Lencina, Antonio Lagomarsino y el entonces campeón argentino de los pesos plumas Juan Rossi, todos ellos fueron los principales contrincantes del protagonista y estrella santafesina: Horacio Roldan.

El mítico estadio Luna Park santafesino 

A fines de 1925, la crónica deportiva de diario El Litoral anunciaba a sus lectores: «A las 21:30 horas será inaugurado el nuevo estadio de boxeo ‘Luna Park’ en nuestra ciudad». La primera pelea de fondo fue entre los pugilistas el santafesino Horacio Roldán y el entrerriano Alejandro Ruiz Díaz.

El estadio estaba ubicado en el antiguo Teatro Victoria, entre primero de mayo y primera junta, se erigió en el año 1925 el «Luna Park Santafesino» frente a la plaza San Martín de nuestra ciudad. Aunque sin ser un estadio cubierto, se destacaba por esos años la comodidad, el estilo arquitectónico del edificio (aunque a los dueños les preocupaba el tamaño de la tribuna popular ante la masiva afluencia de espectadores) y el cambio generacional de ciertos empresarios que tenían como tarea superar «el desprestigio» con el que contaba el box por esos años. La pelea que inaugura la arena deportiva se hizo bajo una ligera lluvia y con dos representantes de provincias del litoral que se batieron durante 10 rounds de 3 minutos por 1 de inter-round con guantes de 4 y 6 onzas. El triunfo de Roldán fue muy bien recibido por el público, poniendo de manifiesto, una vez más, las grandes simpatías que ha sabido captar de parte de nuestros aficionados.

El que anunciaba las peleas de esa noche inaugural fue el «hombre pez», nada más y nada menos que el exitoso nadador Pedro Candioti quien recientemente había batido el récord uniendo Santa Fe y Rosario en 35 horas y 2 minutos.

Propio del mundo del amateurismo, las anécdotas que surgen del espectáculo son sumamente interesantes. La primera pelea contó con un episodio muy simpático. Los contrincantes se dieron cuenta que había un par de guantes que coincidían. Uno de los rivales se quitó el botín como escaramuza y el árbitro hizo traer inmediatamente otro guante.

Además, las cuatro primeras peleas se hicieron con los mismos guantes y las mismas batas de boxeo. Lo que provocaba cánticos desde la tribuna popular achacando el «amarretismo» de los empresarios Bertolotti, dueños del flamante estadio.

El entrerriano Ruiz Díaz tenía 27 minutos de retraso para el comienzo de la pelea, debido a un problema de transporte a la hora de cruzar el río Paraná en balsa.

Otros estadios, escenarios y el final de una etapa 

Durante la década del ’30, el ring de la terraza en el viejo café París fue pisado por pugilistas de brillantes condiciones, pero también de discreta calidad deportiva. Félix Spósito, Fernando Bianchi, Antonio Grimaldi, Victor Peralta y Ricardo Zavalla. También, por aquellos años, aunque de corta duración, se inauguró «Amateurs Boxing Club». Sin embargo, la chispa del box volvió a encenderse cuando en el Teatro Moderno (hoy Centro Cultural Provincial) de la mano del empresario local, Samper, se instaló un ring en donde el público asistió de manera continuada al espectáculo que brindaba aquel lugar diseñado para disfrutar del cine sonoro.

El tinglado del Club Unión, de la mano de Fernando Fernández, un empresario ligado al deporte local, como también el ring en el café Cit Turín, fueron cortas pero intensas experiencias de veladas pugilísticas.

A fines de la década del ’30, reinaba la preocupación dentro del ambiente del box local. Se asistía a una decadencia y se recordaba con mucha nostalgia aquellos primeros años del Luna Park santafesino y de Horacio Roldán.

Decía el diario El Litoral, en el verano de 1937: «Mendoza, Córdoba y Paraná se están convirtiendo en verdaderas plazas del box, algo que era impensado hace unos años atrás. ¿Por qué esta decadencia de un deporte que supo congregar y dar un espectáculo sin igual? Es necesario decirles a nuestros lectores que urge la fundación de una academia para aquellos aficionados que sientan verdadera vocación. Al frente de ella debe haber gente capacitada. Solo así el box volvería a tener ese apogeo y se reeditaron espectáculos como los que veíamos en el antiguo Luna Park».

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