El presidente francés, Emmanuel Macron, adoptó a un perro de la perrera y lo bautizó con el nombre de Nemo, confirmó hoy el Palacio del Elíseo.
Nemo en funciones de mascota presidencial.
El nombre es un homenaje al personaje del capitán Nemo, de la novela de Julio Verne “20.000 leguas de viaje submarino”, informó la cadena francesa BFMTV.
La nueva mascota del presidente, que últimamente perdió popularidad en las encuestas, es un perro de color negro, mezcla entre grifón y labrador.
Varios de los predecesores de Macron también eran amantes de los perros. Al socialista Francois Hollande le regalaron a finales de 2014 una hembra de labrador a la que llamó Philae, un guiño a la sonda espacial europea que protagonizó titulares poco antes con su espectacular aterrizaje en el cometa “Churi”.

Nicolas Sarcozy tuvo tres perros, Clara, Dumbledore y Toumi, mientras que Sumo, del ex presidente Jacques Chirac, no llevó nada bien la mudanza desde el Elíseo.
Chirac y Sumo, que tenía fama de perro depre.
La labradora Baltique, de Francois Mitterrand, se hizo tan famosa que se le dedicó una estatua en Soustons, en la costa atlántica, y se publicaron memorias con su nombre.
Baltique y Mitterrand, caminando juntos e inmortalizados en estatuas.