Esta nueva sección está dedicada a quienes sientan la experiencia del liderazgo como vocación y desafío constante. Y al mismo tiempo como una manera de ser en el mundo, intentando crear ecosistemas amigables, en el que las personas se sientan plenas.
TEXTOS. Ps. Gustavo Giorgi. ILUSTRACIONES. Soledad Grossi.
Hoy te presento nuestro manifiesto.
«Ser un líder que rockea es la elección firme de tomarse el tiempo que sea necesario para conversar, encontrarse y reconocernos.
Es decidir no estar corriendo todo el día ni estar echado en una cama, quejándose. Nuestro ADN es la energía cómoda. ¡Mucha energía fluida!
Priorizamos nuestra salud y las relaciones con los demás porque sabemos que ahí está lo importante.
Creemos firmemente en organizaciones inclusivas, autónomas y con respeto total hacia las personas.
Sabemos que somos seres ambientales y por eso hacemos todo para cuidar el planeta.
El optimismo corre por nuestras venas y seguimos siendo realistas.
Somos idealistas terrenales.
Sabemos que hay cosas que podremos lograr hoy.
Y otras más adelante.
Y otras que lograrán quienes sigan nuestros pasos…
¡Es una concepción del mundo y de los seres que lo habitan!
Somos respetuosos de nuestros valores porque nos queremos y queremos a los demás.
Es una declaración de unión».
En esta primera entrega, quiero acercarte dos preguntas claves para ayudarte en el camino de la motivación a tus colaboradores.

1. ¿Qué están haciendo?
Implica conocer sus tareas específicas y sobre todo, determinar su gusto por las mismas.
Más de una vez escuché las dificultades de muchos líderes para despertar el entusiasmo de su gente y sus infructuosos intentos por lograrlo a través de diferentes vías, siendo la del dinero la más frecuente.
Entonces, mi sugerencia es indagar por el significado que tiene la tarea para el colaborador: ¿Le gusta lo que hace? ¿Siente que puede aportar valor haciendo lo que hace? ¿Lo identifica, a nivel personal y profesional?
Leé sobre las nuevas tendencias de job crafting y brindales la posibilidad de ir «tuneando» o customizando sus tareas sin perder articulación con las metas de la compañía.
2. ¿Cómo lo están haciendo?
La forma en la que cada quien lleva adelante su labor diaria es tan importante como la actividad misma.
Ante esto, las nuevas tendencias recomiendan comenzar a pensar distinto a lo tradicional, apuntando a identificar el estado de cosas vigente y luego realizar prácticas que contemplen y pongan en primer plano las necesidades de las personas.
De allí, surgen las siguientes líneas:
– Otorgar al colaborador la posibilidad de elegir pares, para un proyecto específico.
– Brindarle autonomía en sus horarios de llegada y salida.
– Darle participación en el diseño y modo de monitorear sus objetivos.
– Tener conversaciones de feedforward, en donde el foco esté en el desempeño futuro, más que en el pasado.
En el fondo, se trata de cuestionar nuestra propia idea respecto de cómo somos las personas en general.
Si creemos que pertenecemos al reino de las máquinas, que solamente trabajamos por dinero y que la desconfianza es nuestra guía, actuaremos en esa dirección. Pero si, por el contrario, estamos convencidos de que las personas son sujetos de deseo, capaces de elegir y tomar decisiones responsablemente, estaremos en la senda correcta, a la que elijo a partir de hoy denominar Liderazgo que Rockea.
¿Te sumás?