Los granitos, las imperfecciones, brillos y puntos negros en el rostro pueden combatirse con este recurso infalible.
Desintoxicar y oxigenar la piel grasa es posible gracias a los poderosos efectos de las máscaras de arcilla. Este tipo de pieles se caracteriza por la presencia de puntos negros, acné y el exceso de grasa… de ahí la importancia de sumar este recurso de belleza para aportar salud, suavidad y un efecto luminoso. Una o dos aplicaciones por semana serán suficientes para eliminar impurezas y unificar aspecto del rostro.
Un secreto poderoso
La arcilla es utilizada desde la antigüedad por sus magníficas propiedades cosméticas. Está conformada principalmente por silicatos de aluminio en combinación con otros minerales y oligoelementos. Justamente ese rico contenido es el que otorga múltiples beneficios a la piel, especialmente del rostro.
No todos los tipos de arcilla son iguales. Se los diferencia de acuerdo a sus colores, determinados por la composición química que presentan y el lugar del que han surgido.
Las arcillas más comunes y utilizadas son la blanca (caolín), por su alto poder para eliminar impurezas; la roja, adecuada para pieles sensibles y de gran capacidad antiinflamatoria; y la arcilla verde (algunas a base de algas), especialmente recomendable para tratar los problemas que presentan las pieles grasas.
Propiedades y beneficios
Casi todas las grandes firmas cosméticas incluyen entre sus productos las mascarillas de arcilla porque son el complemento perfecto a un cuidado facial adecuado. Entre las propiedades beneficiosas que hacen que tras su aplicación la piel luzca más suave y luminosa hay que destacar:
– Su alto poder exfoliante y su capacidad para ayudar a la regeneración celular.
– Su acción contra impurezas y toxinas acumuladas en la dermis (causantes en la mayoría de los casos de la obstrucción de los poros y la consiguiente aparición de puntos negros y granitos).
– Su capacidad de absorción, lo que las hace especialmente indicadas para cutis grasos.
– El aporte de sustancias revitalizantes y remineralizantes que su uso regular proporciona a la piel.
En este tipo de mascarillas, la arcilla se suele combinar con otros elementos para potenciar sus beneficios. Su unión con determinados aceites esenciales como el de caléndula, limón, rosa mosqueta, aloe vera o argán, puede potenciar las cualidades de una arcilla concreta incrementándolas de manera notable. Por eso, a la hora de elegir una es recomendable prestar atención a su composición teniendo en cuenta no sólo la clase de arcilla, base de la máscara, sino también sus otros componentes.
Hecha en casa
Otra opción mucho más económica, pero no menos eficaz, es hacer preparar la mascara en casa. Es posible encontrar fácilmente arcilla en sus distintas variedades (roja, blanca o verde) en tiendas ecológicas. Vienen en polvo, para mezclar con agua, infusiones, aceites o incluso jugos de frutas u hortalizas.
Una propuesta perfecta para poner como ejemplo es la mascarilla de arcilla verde -perfecta para eliminar grasa y toxinas en pocos minutos- que se puede realizar en unos cuantos simples pasos: poner un pepino en un poco de agua durante 30 minutos. A continuación mezclar una taza del jugo resultante con media taza de arcilla verde y una cucharadita de miel. Formar una masa homogénea y aplicar una fina capa en el cutis, evitando la zona del contorno de ojos. Tras 10 minutos de exposición, aclarar con abundante agua tibia y terminar con agua fría. Secar cuidadosamente la piel con una toalla limpia mediante ligeros toques, sin presionar demasiado. El resultado será una piel perfecta.
Otra alternativa es preparar la mascarilla mezclando la arcilla solo con agua, o mejor, con infusiones, como la manzanilla o té, para así disfrutar también de las propiedades calmantes y curativas de éstas.
Una vez hecha la mezcla, repartir la mascarilla por todo el rostro con ayuda de una brocha, evitando el contorno de los ojos. Deja actuar durante unos 20 minutos (comenzará a secarse rápidamente, quedando de un tono más claro). Si se desea mantenerla por más tiempo, se puedes aplicar agua de avena en spray para reavivar la mezcla de arcilla. Luego, aclarar con abundante agua, secar cuidadosamente con una toalla limpia y aplicar una crema facial hidratante o de tratamiento rápidamente, ya que el efecto purificante y exfoliante hará que se absorban más rápido y mejor los activos de los cosméticos.

¿Cómo y cuándo?
La aplicación de una mascara de arcilla es recomendable cada 7-10 días, aunque depende de su composición y de su capacidad (más o menos agresiva) de exfoliación. Se deben seguir las indicaciones de cada fabricante (las hay incluso algunas de uso diario) y tener algo de paciencia en el caso de una presencia excesiva de grasa, o acné. La acción de la mascarilla será inmediata.
La piel mejorará notablemente en cuanto a suavidad, luminosidad y buen aspecto general, pero cuando existen problemas de este tipo, los efectos se notarán de manera progresiva. Es importante destacar que no se deben utilizar más de lo indicado porque esto podría tener efectos no deseados como descamación, irritaciones o enrojecimiento.
¿Qué tener en cuenta a la hora de aplicarlas? Aquí van algunos consejos básicos:
– Es necesario tener la piel limpia, sin rastros de maquillaje, y seca antes de colocar la mascara.
– A la hora de prepararla, tanto si es comprada como si es casera, utilizar en las mezclas recipientes y utensilios que no sean de metal.
– Cuando esté lista, extender una capa no demasiado gruesa por todo el rostro excepto por la zona de los ojos y la boca. La mascarilla no debe «tirar». Si se notas que a medida que se seca, la sensación de tirantez es excesiva, se deber retirarla ya que probablemente se haya aplicado demasiada cantidad de producto.
– Dejarla actuar el tiempo indicado, lo normal es de 10 a 15 minutos.
– Retírala con abundante agua tibia.
– Tras el uso de estas mascarillas, la piel queda extraordinariamente limpia y preparada para recibir todos los beneficios que puede aportar la crema hidratante y/o nutritiva habitual. El resultado salta a simple vista.
Cabe resaltar que la época del año también influye a la hora de aplicar la mascarilla con más o menos frecuencia. En verano la piel tiende a generar más grasa debido al calor, por lo que los problemas que presenta el cutis graso tienden a empeorar y será necesario incrementar la frecuencia de aplicación de la mascarilla.
Fuente: Mujer de Elite.