Aunque creamos que mamá es todopoderosa, las tareas del hogar deben ser repartidas y compartidas por todo el grupo familiar.
Textos. Nadia Novillo.
Mamá es ama y alma del hogar. Ella es la que hace, resuelve y sabe acerca de todo el manejo y funcionamiento de nuestra casa.
Recuerda dónde se guarda cada cosa; conoce los horarios, actividades y compromisos de cada integrante de la familia; sabe quiénes son los amiguitos, papás y seños de cada hijo; tiene presente fechas de cumpleaños y aniversarios. Mamá sabe los horarios de toma de los medicamentos, las comidas preferidas de cada uno, y con solo mirarnos adivina nuestros pensamientos, sentimientos y lo que nos sucede. Es la única capaz de dar respuesta cuando alguien pregunta dónde hay una tijera, en qué lugar se guardó la bolsa de dormir después del último campamento, y dónde encontrar todo tipo de objetos insólitos que creemos perdidos.
Mamá tiene un GPS de nuestra vivienda, ella es la capitana del barco. Mamá es la Mujer Maravilla, la mujer pulpo, la que todo lo puede, la que siempre está lista y dispuesta con una sonrisa. Su paciencia y energía son inagotables.
Mamá es la reina de la familia porque tiene la virtud de generar calidez y hacer todo con amor.
Seguramente todos y cada uno de los lectores tienen la “mejor mamá del mundo”, algo que nadie discute. También es cierto que la mamá de hoy no sólo es ama de casa, madre y esposa; sino que también es una mujer que tiene una pasión, oficio o profesión, un trabajo en relación de dependencia o emprendimiento propio.
Aunque creamos que ella es todopoderosa, las tareas y el funcionamiento del hogar debe ser repartido y compartido por todo el grupo familiar.
Si bien mamá seguirá siendo la que tiene respuestas y soluciones mágicas a todo, la familia debería tener una logística similar a la de una empresa o cooperativa, donde cada integrante tiene roles, tareas, obligaciones y responsabilidades. Todos deben colaborar para mantener el orden, bienestar y armonía para una feliz convivencia.
En este sentido toma especial relevancia la organización, la planificación semanal, implementar ciertas rutinas e incorporar nuevos hábitos.
Surge la imperiosa necesidad de planear para administrar y optimizar el tiempo, para poder encontrar momentos para trabajar, para criar a los niños, para dedicar a la pareja, para resolver y atender cuestiones domésticas; pero también para el disfrute personal y en familia. Aquí, algunos tips:
– Es importante aprender a priorizar. La sugerencia es hacer una lista de prioridades con un orden de todo lo que debemos hacer y de las cosas que aún están pendientes para evitar el estrés y la preocupación.
– Luego lo ideal es establecer rutinas diarias, respetar horarios para beneficiar y potenciar la dinámica familiar. Estas deberán ser flexibles y adaptarse a las distintas actividades y compromisos de cada día de la semana. A los niños la repetición los ordena y disciplina, a la vez que les da seguridad. Es bueno para ellos saber que hay ciertos horarios para hacer las tareas, para jugar, para tomar la merienda, bañarse y cenar.
– Dentro de la programación semanal, podemos prever menús semanales y las compras. Incluso se puede cocinar con antelación y frezar. Tener un back up en el freezer y despensa de los alimentos que acostumbramos a consumir, permitirá resolver fácil y rápidamente una comida.
– Dividir las tareas entre la pareja. Determinar por ejemplo quién lleva y busca a los chicos al cole y a las distintas actividades.
Asignar diferentes roles y, dependiendo de la edad de los niños, motivarlos para que también asuman ciertos compromisos como tender su cama, acomodar su cuarto, llevar sus prendas al lavadero, ayudar a poner y levantar la mesa, dejar sus uniformes y mochilas preparadas, respetar y ayudar a mantener el orden. Si una casa está organizada y cada cosa tiene un lugar asignado, resulta sencillo que ese orden perdure en el tiempo. Luego de ser usada, cada cosa vuelve a su lugar.
– Para recordar esta división de tareas dentro de la familia contamos con ciertos aliados que son de gran utilidad: los calendarios, los planificadores y las pizarras. Lo que está escrito y publicado parece más simple de cumplir y respetar, se hace de forma automática. De todas maneras, seguro mamá lleva una agenda con muchísimos recordatorios, reuniones escolares, fechas de vacunación, controles médicos y un sin fin de compromisos más. Dependiendo de lo tecnológica que sea, de sus gustos y preferencias, llevará con ella una agenda manual o lo hará a través de alguna App en su celular o algún dispositivo.
– Tener un momento propio a diario donde esa mamá pueda realizar, sin culpa ni remordimiento algo para ella, algo que le guste, que la reconforte. Puede ser sentarse al sol, leer un libro, hacer una caminata, ir al gym o encontrarse con sus amigas.
– Fijar un día o intentar encontrar un espacio para la pareja, para encontrarse y dedicarse un tiempo y lugar sin los hijos de por medio.
– Toda mamá debe entender que en ocasiones es necesario delegar y pedir ayuda. No siempre se puede con todo. También debe aprender y saber cuándo decir “no”, ya que muchas veces asume demasiados compromisos que podrían obviarse.
En todo hogar donde haya una mamá feliz habrá una familia feliz. A mimarla más que nunca en su día.
Para reír
A modo de chiste se dice…
– El orden de tu cuarto no altera el producto… Altera a tu mamá.
– ¿Qué le preguntamos siempre a papá?: “¿Dónde está mamá?”
– Nada está realmente perdido hasta que mamá tampoco lo encuentra.
Aunque… en toda broma hay algo de verdad.