El cineasta santafesino Gustavo Trimaglio contó en una entrevista íntima con Revista Nosotros cuál fue su fuente de inspiración, quiénes son sus directores favoritos y cómo define su propio cine.
Textos. Soledad Vittori.
Este joven cineasta de raíces locales tomó vuelo a temprana edad de su ciudad natal. A los 17 años se mudó a Buenos Aires para estudiar cine. Tiempo después, uno de sus proyectos cinematográfico fue premiado en España donde consiguió viajar a especializarse. Luego de esta experiencia tomó la decisión de ir a vivir a México con su hermana, a la que le estaba yendo muy bien en su carrera. Allí, empezó a asesorarse con gente del palo para corregir sus escritos e historias. Todo cinematógrafo que arranca en la profesión escribe sus historias y luego cuando están pulidas, las produce.
Su fuente de inspiración a la hora de elegir su carrera fue la película Forrest Gump. Al respecto, Trimaglio agregó: “En la filmación se muestra a un chico con una visible discapacidad que termina por ser un verdadero ejemplo para todos. La gente con sus prejuicios lo ve como un ser inferior cuando la realidad demuestra que en su vida logró mucho más de lo que la mayoría aspira con alcanzar. En esta película aprendí que todo es posible con constancia y dedicación. El foco está en no querer abarcar todo sino que el éxito reside en ser el mejor en la especialidad que uno elija”.
El dúo favorito de directores de cine para el joven oriundo de Santa Fe es el de Alejandro González Iñárritu como director cinematográfico y Emmanuel Lubezki como director de fotografía.
Para el cineasta es clave el trabajo en conjunto de ambos personajes ya que la forma en que afecta la luz en una película es vital a la hora de transmitir el dramatismo que se busca en las escenas.
En relación a esto, se denota su género predilecto: El drama. Más especialmente el que tiene como eje el realismo mágico que es cuando una película busca representar fielmente la realidad y crear a la vez cierta tensión emocional.
Trimaglio no concibe su cine sin contar historias sobre situaciones conflictivas que se desarrollen en latinoamérica. Con respecto a esto, aclaró: “Me gusta abordar temas que son delicados. Contar realidades e historias impactantes. Darle voz a personajes que en la vida real no tienen lugar para hablar. Pero siempre buscando cautivar al público. Es muy distinto hacer una película para un cineasta que pone el ojo en detalles más profundos que para el público en general. Mi intención es lograr captar a los dos, jugar con los desenlaces para entretener a la gente pero contando una verdad. Una realidad que sea impactante”.
Un ejemplo de esto, fue el corto que lanzó recientemente sobre la historia de un niño pobre que ve en el fútbol su única forma de escape. Esa esperanza que nace en los potreros es una realidad dura que hoy en día sigue vigente.
El cine y las nuevas tecnologías
Existen tres procesos claves a la hora de hacer cine: la escritura, la filmación y la edición. En la escritura, la vorágine de las nuevas tecnologías no afectaron el proceso creativo del escritor. Es decir, la persona que escribe una historia demora el tiempo necesario para lograr el resultado que busca, sin importar nada.
La filmación y la edición son otro cantar. El primero se ve afectado por los actores, trabajadores y el presupuesto en general. Por este motivo, el tiempo es un factor clave. Antes una escena podía tardar hasta una semana si el director lo decidía para lograr la perfección. Hoy las películas se graban en un lapso de tres meses, por lo que la limitación de tiempo lleva a que un director sea menos exigente que años atrás.
Con respecto a la edición, también se vio afectada pero para mejor. Durante los últimos años se pasó de trabajar con equipos analógicos, donde el proceso era engorroso, a computadoras con programas de ediciones totalmente modernos. Como resultado, lo que tardaba casi un año en editarse, hoy en tres meses en estar terminado.
Ahora bien, si hablamos de cine independiente o documentales la cosa cambia. Esta problemática mencionada anteriormente no aparece tan marcada como la anterior. El tiempo de filmación y edición depende del productor. En relación a esto, Trimaglio agregó: “Cuando hago mis producciones me preocupo de que lo que salga se vea como lo planeo. No importa si tardo más grabarlo. Son dos tipos de producciones distintas”.
Proyectos a futuro
Si bien, el cineasta santafesino se encuentra actualmente trabajando en varios proyectos hay dos importantes para destacar. El primero es un film basado en una obra teatral escrita por Aída Bortnik. La cual, ya fue utilizada anteriormente para la película “la historia oficial”, ganadora de un Oscar.
Gustavo tuvo el placer de conocer la historia durante sus clases de dramaturgia con la mencionada escritora. La cual, tutoreó sus primeros pasos en la idea de reescribir un largometraje basado en la reconocida historia.
Un thriller bélico sobre nazis y judíos en la Argentina llamado “El pintor en el camino a Tarascón”, que tiene como protagonista a Perón cuando todavía no era presidente sino ministro de guerra y a Eva Perón cuando era una incipiente actriz. Todo esto enmarcado en la finalización de la segunda guerra mundial.
Su otro proyecto es una película que se está filmando actualmente “La estrategia de los que aman“, la cual fue tutorada años atrás por Gabriel García Márquez. Este thriller es un policial negro basado dos triángulos amorosos que finalmente concluyen en dos binomios.
La historia estuvo inspirada justamente en una obra que el cineasta santafesino leyó del propio García Márquez.
El corazón del campeón
Gustavo Trimaglio es director de ‘El corazón del campeón‘, un cortometraje enmarcado en el mundial de Italia 1990 que cuenta la historia de Benito, un niño que sueña con vestir la camiseta del seleccionado nacional. Se trata de una producción realizada íntegramente en la ciudad de Santa Fe que se estrenó en CYD Litoral y puede verse desde el sitio web de El Litoral.