No sólo los clásicos


Tal vez por recuerdos escolares poco movilizadores es que muchos adultos y jóvenes no conocen el placer de recorrer museos. No me voy a referir aquí a los más clásicos sino a aquellos que son más “raros” que se han ncentrado de determinados temas que pueden así captar el interés de unos y otros.

Textos. Alejandrina Argüelles

Recuerdo especialmente entre los que he visitado el del Crimen e Instrumentos de Tortura, en Rothemburg, que aunque parezca mentira está en la Ruta Romántica alemana. Es que en esa preciosa ciudad medieval hay mucho encanto en sus murallas, sus tradiciones, el Museo del Juguete o las colecciones de pesebres y motivos navideños.

No se trata de una simple colección morbosa, es un sitio frecuentado por estudiosos ya que guarda documentos importantes sobre el tema así como elementos que ponen la piel de gallina: dados de hierro para el cuello de los jugadores; toneles para encerrar a los bebedores, una flauta para apretar los dedos de los malos músicos, un rosario con cuentas grandes como huevos de gallina que se colgaba en el cuello de los que faltaban a misa. Máscaras de hierro con lengua y orejas descomunales para las mujeres que se metían en asuntos ajenos, o de cerdo para el hombre que actuaba como tal. Castigos para los niños, desde orejas de burro hasta un pequeño calabozo escolar. Las mujeres eran sin dudas las más castigadas: la silla de las brujas, tapizada de clavos, y variedad de malignos ingenios para las solteras embarazadas, las adúlteras, las habladoras, las que usaban ropas muy lujosas. Y el famoso cinturón de castidad con dos irónicos corazones en los lugares críticos. Entre lo exhibido entre los instrumentos de tortura también estaban contratos matrimoniales y adornos de novias.

LOS MÁS EXÓTICOS

Lo que describimos anteriormente es sólo para dar una idea directa de las colecciones temáticas de mayor o menor prestigio más allá de los museos tradicionales.

Hay museos dedicados a autos (VW en Alemania, Ferrari en Italia o el de Fangio en Balcarce); el de Boeing en Seattle, en un gran predio con todos los modelos de aviones. El de cera de Mme. Trousard y similares. Pero aquí va una breve reseña de los más exóticos:

– Museo del Zapato (Toronto, Canadá). Más de 10.000 artículos relacionados con el mundo del calzado, algunos de los cuales tienen más de 4.500 años de antigüedad. Hay sandalias egipcias, aladeros ceremoniales peruanos del siglo XV, zuecos franceses para abrir castañas, calzados de famosos de otros tiempos y de este siglo.

– Museo del WC (Alamo Heights, Texas). Barney Smith, un plomero retirado, se ha dedicado a crear asientos de inodoro artísticos durante más de 30 años con formas y decorados increíbles. Más de 1.000 de ellos se muestran en el Toilet Seat Museum.

– Museo de las Alcantarillas de París. Desde 1867 el público puede conocer las entrañas de la Ciudad Luz, la historia de sus túneles, alcantarillas y obras subterráneas.

– Museo medieval del crimen y tortura (San Gimignano, Italia) Entroncado con el de la Brujería y el que comentamos al comienzo de Rothemburg, es como aquel sitio para estudiosos y curiosos. En todos ellos se insiste en mostrar las formas de castigo a lo largo de la historia como forma de llamar la atención sobre la violación a los derechos humanos verdaderos.

– Museo del gato (Kuching, Malasia). En este país y en especial en esta ciudad los gatos son considerados animales de buena suerte, y por eso se le ha dedicado un museo muy popular que muestra más de 2000 objetos relacionados con los felinos de todas las épocas, desde un gato egipcio momificado hasta objetos de Hello Kitty. Es también un centro de investigación sobre la historia y las creencias culturales relacionadas con los gatos.

– Museo de la brujería (Cornwall, Inglaterra). Todos aquellos que sientan un poco de curiosidad por el mundo de las brujas no deberían perderse el museo de la brujería (Museum of Witchcraft) de Cornwall. Inaugurado por Cecil Williamson en 1951, el museo muestra la mayor colección de artículos de brujería del mundo. Los visitantes podrán aprender sobre la práctica y la historia de la brujería y la magia, y admirar objetos como el altar de una bruja o la espada de un mago. El museo también cuenta con una biblioteca de más de 3.000 libros.

– Museo del lápiz (Cumberland, Keswick, R.U.). Aquí está el lápiz más grande del mundo, de casi 8 metros de largo. Pero además de curiosidades muestra la historia y la leyenda de su origen y de su fabricación a través del tiempo. La tradición local cómo descubrió el grafito por casualidad, el cual era usado por los pastores para marcar ovejas.
– Museo de saleros y pimenteros (Gatlinburg, Tennesee, EEUU). Unas 20.000 piezas para sal y pimienta así como molinillos fueron reunidos por un arqueólogo que a través de esos objetos encontró valiosos datos históricos. No es de extrañar, ya que sal y pimienta fueron elementos imprescindibles durante siglos para conservar alimentos.

– Museo de Alien (Gruyere, Suiza). Muestra la colección de dibujos, esculturas, muebles y diseños de H. R. Giger, creador de una de las criaturas más famosas y espeluznantes del cine de ficción: Alien. También tiene un bar decorado con esa temática y una colección personal con obras surrealistas de famosos artistas.

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