Pequeños amigos


Por Marcelo Barrios.

Cada momento es especial en la peluquería, y estos en particular.

Otro chiquitín vuelve a regalarme su presencia. Ya no llega con la incertidumbre de la primer visita, hoy me saluda como a su amigo y me alegra el día.

Elige en el tele el programa o la música que le gusta, y volverá a corregirme cuando lo llame con otro nombre, aunque sabe que yo recuerdo bien el suyo.

Se acomoda en el sillón y empezamos la batalla de chistes malos, que igual hacen reír a los papás, y mamás también . Y volverá a ganar los caramelos que aparecen entre canciones desafinadas por arte de magia.

Esta vez ya elige el flequillo un poco más largo mientras me cuenta de un nuevo juego, y me dice que él mismo me va a pedir el próximo turno.

La siguiente clienta llegará en breve. Tiene la misma sonrisa que cuando era bebé y le corté sus primeros cabellos, hace más de 20 años. Y, como digo yo, me hace pensar «como envejecen los chicos». Recuerdo las primeras trenzas, el peinado de su cumpleaños de 15 , los tonos de cabello que cambiamos hasta encontrar el que quería llevar en su recepción… hoy la va a acompañar el novio y voy a disimular que se me planta un lagrimón.

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