El paso del tiempo, la moda y las tendencias nos han demostrado y nos demuestran cada día que uno de los puntos clave de la belleza es la mirada, y las pestañas su marco.
Si lucen cortas y planas la mirada se verá apagada y añeja, pero si son largas y perfectas lucirá llena de vida.
Si sos de las personas que prefieren no depender todos los días de la máscara de pestañas, la solución son las extensiones. Así como hay cientos de marcas que tratan de imitar el efecto de las postizas, las extensiones son ideales para abrir el ojo y profundizar la mirada.
Se trata de una técnica de “pelo por pelo” que consiste en pegar pestañas artificiales con cuidado desde la raíz. No es un tratamiento invasivo y la aplicación dura un poco más de una hora, dependiendo de la cantidad de pestañas que se quieran poner. El efecto es inmediato sin necesidad de utilizar maquillaje.

Eso sí, es importante saber que la mantención de estas pestañas conlleva mucho trabajo. Se recomienda no restregarse los ojos y tratar de no mojarlas demasiado en la ducha. Los especialistas aconsejan no usar productos muy oleosos cerca del párpado, para que el pegamento no se ablande. Así y todo es necesario realizar una visita cada 15 días para el mantenimiento.
El tipo de pelo que se use puede variar entre mink, seda o cashmere sintético (cada material difiere en brillo, peso y suavidad), y los largos van a estar determinados por tu propia pestaña, para que sea más natural.
Si bien esta es la última tendencia, las extensiones no son el único método para lograr pestañas interesantes. Desde hace un tiempo se practica también la tintura y el arqueado, que duran un promedio de tres meses. Si bien no logran más volumen, sí se ven pestañas más llamativas y como si se les hubiera colocado rimmel sobre la misma. Los dos tratamientos dan como resultado un efecto de ojos más abiertos y mayor profundidad de mirada.