No reseca la piel, ni la deja grasa. Es fácil de aplicar, limpia en profundidad y no necesita enjuagado. El agua micelar revoluciona la manera de higienizar nuestra piel.
Textos. Georgina Lacube.
Todas necesitamos maquillarnos, ya sea para ir a trabajar, para una cita o para una salida. En este sentido, la base, el rímel, el rubor, la sombra y el labial son nuestros mejores aliados a la hora de potenciar nuestra belleza. Ahora bien, ¿cuántas veces nos gana la pereza y preferimos salir a cara lavada con tal de no pasar por el tedioso (pero necesario) proceso del desmaquillado? Que la leche limpiadora, que el tónico, que el hidratante… toda una serie de pasos que para muchas son una pérdida de tiempo. Pero por suerte, un nuevo producto llegó para ahorrarnos minutos, excusas y, por qué no, dinero. El milagroso preparado se llama agua micelar y consiste en un limpiador de uso diario súper suave que combina los tres pasos básicos de la rutina de higiene: la desmaquillante, la limpieza y la tonificación. “Su tecnología micelar se basa en una solución de moléculas formadas por un polo hidrófilo (que atrae el agua) y otro lipófilo (que atrae la grasa) que, al juntarse, forman precisamente una micela, o sea una especie de imán que al estar en contacto con la piel captura toda la suciedad y la deja detoxificada, luminosa y sin sensación de tirantez o incomodidad”, explica Viviana Díaz, Cosmetóloga y Entrenadora Regional de Idraetgroup.
A propósito, Patricia Dermer, directora de Lidherma, amplía: “Todas las mujeres han experimentado alguna vez en la cocina que el agua y el aceite no se mezclan. También se llama así a las personas con carácter muy opuesto. Eso ocurre porque el agua tiene una polaridad muy diferente que el aceite y por eso no pueden interactuar. Si a este sistema le agregamos unas moléculas químicas inteligentes llamadas tensioactivos logramos la interacción de esas dos capas totalmente separadas. La interacción de esas dos polaridades forma las micelas, que son una acumulación de moléculas en líquidos coloides. De ahí que este sea un producto de laboratorio, no extraído de la naturaleza”.
Como siempre, las primeras en adoptarla fueron estrellas de Hollywood como Nicole Kidman y Jessica Chastain, y top models como Magdalena Frackowiak (modelo polaca que ha sido la cara de firmas como Ralph Lauren, Christian Dior Lingerie y Prada), y Edita Vilkeviciute (modelo lituana, ángel de Victoria’s Secret e imagen de Calvin Klein White Label), quienes habituadas a usar make up a diario, la convirtieron en un imprescindible de su neceser. Tras la aceptación del público, las marcas de belleza comenzaron de a poco a lanzar su propia versión de agua desmaquillante, catapultando a este producto al olimpo de los grandes favoritos para muchas mujeres.
SIMPLE, PRÁCTICA, RÁPIDA
“Antes de su creación, la suciedad de la piel se removía con alguna crema o emulsión que luego debía eliminarse enjuagándose la cara con abundante agua. El agua micelar representa un avance en este sentido porque facilita la limpieza removiendo y retirando la suciedad de la piel simultáneamente. En esto radica su éxito. Simple, práctico, rápido, este sistema es un imprescindible de la cosmética actual y el más elegido por la gente joven”, explica Dermer.
Otro de sus inmejorables atributos es que, al ser un producto altamente calmante y tolerante, se puede aplicar incluso en las zonas más sensibles del rostro, como ojos y labios. En comparación con otros métodos de limpieza no se enjuaga, refresca sin irritar, no reseca la piel ni la deja grasa, no deja residuos ni sensación de tirantez y se puede emplear en cualquier momento del día y tantas veces como se requiera.
“Con sólo embeber un disco de algodón y pasarlo suavemente por todas las zonas de la cara es suficiente para tener la dermis libre de impurezas y absolutamente limpia dado que su composición es apta para retirar desde sombras y delineadores hasta máscaras y bases de todo tipo. Una vez aplicada, el cutis queda listo para la penetración de productos posteriores, como tratamientos habituales de hidratación o antiage”, instruye Romina Sarmiento, Responsable de Capacitación de Laboratorio Bioderma.
LA ELECCIÓN CORRECTA
Ahora bien, a la hora de comprar un agua micelar, siempre es conveniente elegir la indicada para cada tipo de piel. Hoy en día vienen en dos versiones, una exclusiva para pieles sensibles y otra para pieles secas. “Ambas presentan una exclusiva fórmula “3 en 1” que remueve el maquillaje eficazmente, limpia la piel de impurezas y mantiene el equilibro de humectación natural de la piel ¡en un solo paso! También, son libres de parabenos, colorantes, perfume y alcohol” aclara Julieta Pautasso, Directora Técnica de Nivea.
Las primeras están formuladas para reducir los tres principales signos de la piel sensible: enrojecimiento, tirantez y resequedad. Para eso, su fórmula suele contener ingredientes vitales como el dexpanthenol (poderoso antiinflamatorio), aceite de semillas de uvas (aporta suavidad) y agua termal (descongestiva). En tanto, las segundas contienen aceite de almendras, reconocido por sus propiedades hidratantes.
¿Qué pasa con las pieles grasas o con acné? “En estos casos la loción micelar no es suficiente para limpiar, por lo que es necesario asociarla con otro limpiador más abrasivo”, advierte María José Pelli, Médica dermatóloga de la UBA.
Finalmente, vale agregar que al ser tan suave, no posee contraindicaciones, ya que “es un producto universal diseñado para extraer impurezas y maquillaje y tonificar la piel, sin dañarla e irritarla”, subraya Araceli Tapia, esteticista de Dior.
Aunque “para pieles grasas se recomienda seguir con una loción tónica especifica que posea un efecto más astringente y purificante”, amplía Alice Pichery, esteticista internacional de Sisley en América.