Si bien en la ciudad de Santa Fe este año se prohibió la pirotecnia, es conveniente saber cómo cuidar a nuestros peluditos durante las fiestas.
Fuente: Notivet.
Se conoce como Acustofobia, y es el pánico a los ruidos. La sufrimos las personas y también los animales. Un animal que padezca de acustofobia suele tener una especie de miedo irracional a diferentes ruidos, como los petardos, golpes fuertes, cohetes, fuegos artificiales, pirotecnia, truenos, etc.
El mayor riesgo se produce cuando nuestro amigo está fuera de casa. Si escucha cohetes, petardos o cualquier ruido similar, su reacción será la de huir a buscar refugio, normalmente en dirección a casa. Esa acción puede tener consecuencias, que nuestras mascotas nos desobedezcan, se pierda, el peligro de cruzar calles o se lastimen.
Conductas de nuestras mascotas ante los ruidos y la pirotecnia
Llegan las fiestas navideñas y en muchos lugares se celebran con fuegos artificiales. Los perros son especialmente sensibles a estos ruidos y pueden reaccionar de forma inesperada. También los gatos suelen asustarse con los ruidos fuertes.
Este tipo de conductas tienen un tratamiento, pero lleva tiempo implantarlo y que sea efectivo. Las conductas anormales de los animales frente a la pirotecnia no deben minimizarse. Hay que tener claro que provocan sufrimiento en ellos, pero hay solución, si se pone una atención profesional previa a los eventos que la desencadenan.
¿Qué hacer entonces para evitar el sufrimiento, sin causar más problemas? Los veterinarios recomienda un tratamiento basado en la utilización de dos técnicas de modificación del comportamiento, conocidas como desensibilización y contracondicionamiento, pero si a esta altura del año el animal no fue tratado, hay otras opciones para, al menos, mermar los efectos de la pirotecnia de Navidad y Año Nuevo y luego sí someter al animal a estas técnicas que lo ayudarán por el resto de su vida.
Otra opción es comprar protectores para las orejas. También se puede convertir el sótano de la casa, que bloquea el sonido de forma natural, en un santuario temporal.
En el caso de los gatos, lo ideal es dejarlos en una habitación donde puedan esconderse. Además de dejarles comida, agua, y juguetes, tiene que haber algún sonido activo como la radio o televisión. Si ya tiene un lugar, no hay que obligarlo a salir de allí porque podríamos salir lastimados.
Cuando se manipula pirotecnia, hay que tener todo tipo de precauciones y no arrojarla cerca de los perros porque es peligroso. Al tirar un cohete o petardo, el animal puede correr a buscarlo, con el riesgo de que le estalle en la boca.
También tenemos que ser cautelosos con las luces navideñas. Es frecuente que, sobre todo a los gatos, les llame mucho la atención sus colores y destellos e intenten morderlas, lo que puede causar descargas y quemaduras.
Lo mejor, respecto de las luces navideñas que tenemos en casa, es dejarlas desenchufadas. Sobre todo mientras el animal está solo. También hay que verificar los cables con regularidad, para averiguar si nuestra mascota los está mordiendo.
El origen del dolor en nuestras mascotas
Diferentes investigaciones realizadas han concluido en que casi la mitad de nuestras mascotas sufren mucho con los petardos y ruidos similares. En los peores supuestos, estos ruidos pueden tener consecuencias irreversibles para sus oídos, e incluso ser letal para ellos.
El animal se encuentra atemorizado por la señal de peligro que para él supone el ruido, y adopta una actitud de protección. Esta “armadura” de protección tiene muchas modalidades, desde una huida desesperada, esconderse debajo de la cama o en cualquier otro rincón, etc.
En el caso de los perros, además de un elevado sentido del olfato, como todos sabemos, también tienen en el oído una sensibilidad especial y una capacidad auditiva superior a nosotros. Por ello, el sonido de los petardos lo perciben con una elevada intensidad, e incluso llega a hacerles daño físicamente.
En su mente, ellos creen que su vida corre un serio peligro, y sufren un ataque de pánico. Además de temerosos, estarán desorientados, e incluso pueden volverse muy agresivos.
Las causas de estas conductas pueden ser variadas, incluso de origen hormonal y genético. En un análisis de razas, algunas son más propensas que otras a estos ruidos.
Los síntomas del pánico en nuestras mascotas
Cuando hay fuegos artificiales o pirotecnia cercana, podemos observar los síntomas del pánico en nuestras mascotas. El animal tiembla, jadea o saliva de una forma excesiva, tiene nauseas u otro tipo de molestias abdominales, está agresivo, ladra sin motivo aparente, etc.
Una reacción habitual que tenemos es la de calmarlo y protegerlo. Es normal, por el cariño que le tenemos. Pero nuestra mascota asociará esos mimos a que algo malo está sucediendo y por eso necesita protección. No es la mejor técnica.
Lo más adecuado para ir solucionando la fobia de nuestras mascotas a los ruidos, petardos y cohetes, es transmitir la sensación de que no pasa nada, de que todo está bien. Nuestra actitud debe ser de calma y normalidad, que él nos vea como siempre.
De esa forma asumirá los petardos o cohetes como algo que entra dentro de lo normal.
En el momento de los ruidos, lo mejor es evitar las caricias y dejar que él mismo busque el lugar donde se encuentre más cómodo.
Si tenés pensado dejar a tu mascota en una habitación, lo ideal es que tenga el mayor espacio posible para moverse. No es recomendable atarlos y una buena idea es poner música en la habitación para evitar el contraste del silencio con las explosiones.
Que siempre tenga alimento y agua fresca. No obligarlo a comer, pero que tenga comida y bebida para cuando el animal lo desee.
Ante la desesperación por los estruendos, muchos perros comienzan a correr. En estos casos una buena idea es identificar al perro con una chapita con su nombre y un teléfono para localizar a sus dueños, es mejor prevenir ante un posible escape de la mascota.
En el caso de los gatos, generalmente buscan solos el lugar donde refugiarse, pero también podemos brindarle una caja para guarecerse.
Es sabido que a los felinos las cajas le ayudan a sobrellevar el estrés y las ocupan para sentirse protegidos.
Prevenir la Acustofobia
Cuando conocemos de antemano que van a sonar ruidos muy molestos para nuestras mascotas, planificaremos nuestra acción. Es importante disimular los ruidos de los petardos y cohetes, por ejemplo, subiendo el volumen de la radio, la música o la televisión. Este tipo de medidas pueden ayudar, pero no eliminan el problema.
También ayuda mucho sacar a nuestra mascota de paseo y realizar una ruta mayor a lo habitual. La idea es que llegue cansado a casa y mucho más relajado.
También hay otros trucos fáciles de implementar: fabricar y colocarles hisopos de algodón en los oídos para una disminución del ruido, permitirles que se escondan en el interior de un placard o una habitación de servicio son pequeñas ayudas que les transmitirán mucha seguridad y una gran sensación de resguardo.
Lo cierto es que los perros y gatos tienen una mayor sensibilidad auditiva, perciben el estruendo con más intensidad que el de un humano, y si a eso se le suma el hecho de que no entienden qué está sucediendo, el miedo y la confusión son lógicos y entendibles.
Por eso, tomar las precauciones necesarias es indispensable, tanto si el festejo se realiza en el mismo hogar en el que está la mascota como, principalmente, si se quedará sola.
En síntesis, lo mejor es realizar tratamientos para lograr una mejoría significativa y que el animal pueda manejar la situación estresante sin demasiada ansiedad, pero si esto ya no es viable, asegurarles un sitio lo más aislado acústicamente, con música o la televisión encendida, agua y comida a mano y, por las dudas, un hueco despejado que les sirva de escondite (sacar los zapatos de la parte de debajo de un placard y dejarlo abierto es casi un clásico de estas fechas para las mascotas) son ayudas que el perro o gato agradecerán.