¿Qué es la salud financiera y cómo se la puede “cuidar”?


El concepto de “salud financiera”, está cada vez más extendido en los países más desarrollados. En rigor, hay estudios que muestran que gozar de una mejor salud financiera contribuye a reducir el estrés y la ansiedad y por eso es importante que las personas puedan aprender a invertir sobre la base de objetivos de ahorro. 

Textos. Alan Mac Carthy, CEO de Front.

En la Argentina queda mucho por hacer en este campo. De acuerdo con un informe de la CAF, nuestro país está relegado en materia de salud financiera y es una de las naciones de la región con menor conocimiento financiero por parte de la gente. Es decir, los argentinos contamos con menos herramientas para poder mejorarla y somos más vulnerables.

En ese sentido, aunque hablar de dinero -y sobre todo de inversiones- sigue siendo un tema tabú, es importante poder hablarlo y recibir consejos) para que cualquier persona tenga nociones de finanzas y entienda la importancia que implica darle lugar a la posibilidad de resguardar los ahorros en estos momentos. 

A continuación, ofrecemos algunos consejos para todo aquel que quiere conocer cómo puede comenzar a organizar y a proteger sus ahorros, blindarse frente a una eventual contingencia y, en definitiva, mejorar su salud financiera. 

Poder proyectar 

El primer paso es para mejorar la salud financiera es tomar noción sobre la importancia de llevar un registro de los gastos del mes y de la semana. En función de eso, cualquier persona puede armar un presupuesto básico con los ingresos y los gastos que debe cubrir. Este, en definitiva, será el puntapié inicial que le permitirá incorporar el concepto de ahorro en su esquema mental y le dará la posibilidad de comenzar a pensar en ello. 

Separar dinero para ahorro 

El hábito de ahorrar se genera separando una parte de los ingresos del mes y descontando de los gastos. Aunque resulte difícil generar esta práctica, la base para el ahorro es la planificación. 

En línea con ello, un ejercicio que se recomienda poner en práctica es apartar a principios del mes la cantidad de dinero que se destinará a ahorro, para evitar caer en la tentación de gastarlo. 

Esto se clasifica como ahorro inteligente, ya que hacerlo cuando termina el mes y luego de haber cubierto los gastos es una tarea mucho más ardua. Es menos probable que podamos ahorrar 

Tener objetivos 

Tener objetivos, es decir, un puerto hacia el cual poner el rumbo, es crítico para poder ahorrar. No se puede alcanzar lo que no se conoce con claridad. 

¿Cómo deben ser esos objetivos? La regla mnemotécnica es “SMART” por las siglas en inglés de “Específco”, “Medible”, “Alcanzable”, “Relevante” y “basado en el Tiempo”.

En la actualidad, se recomienda incorporar como objetivo la posibilidad de contar un “fondo de emergencia”, o sea, una suma de entre 4 y 7 meses del total de los gastos mensuales para poder estar protegidos financieramente en caso de necesitarlo.

Poner el dinero a trabajar por nosotros (con seguridad)

Los argentinos tenemos la necesidad de ser creativos para evitar que los ahorros se diluyan cuando la moneda de referencia pierda valor. En ese sentido, es importante contar con la asesoría correcta para poder utilizar instrumentos financieros que protejan nuestros ahorros. Hoy en día, existen plataformas digitales que permiten invertir ahorros desde apenas 100 pesos. 

Estas plataformas se conectan con brokers financieros que nos ayudan y nos asesoran para invertir nuestros ahorros, “colocan” el dinero por nosotros y nos ofrecen un retorno por ello. Así, es importante tener cuenta habilitada en una plataforma o broker que esté  regulado por los organismos de control (en la Argentina, por ejemplo, la Comisión Nacional de Valores [CNV]) y que la transferencia de dinero hacia las cuentas de estos agentes intermediarios sea a través de transferencia bancaria. 

Esto nos dará la tranquilidad y seguridad de que nuestros ahorros están seguros y protegidos. 

Conocer el horizonte del objetivo

En línea con el punto anterior, es clave conocer cuál es el perfil de inversor que adoptaremos. En general, éstos oscilan entre el conservador y el agresivo. Si se elige adoptar un perfil más agresivo, se deberá tener un “horizonte” a mayor plazo. El horizonte es de inversión es el tiempo en el cual depositamos el dinero en distintos tipos de instrumentos para poder obtener una ganancia. 

Cuanto mayor riesgo, más volatilidad, lo cual nos obliga a contemplar la necesidad de tener los ahorros colocados durante más tiempo para poder obtener una mayor rentabilidad cumplido ese plazo.

¿La clave? No desesperarnos. Cuando invertimos a largo plazo es probable que en el corto podamos experimentar variaciones negativas. Es fundamental tener la mente fría para no tomar decisiones en esos momento que nos hagan vender la inversión. Son esos momentos los que marcan la diferencia entre un inversor inteligente. 

Fuente: Front.

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