Mujeres de todos los rincones del país se adherirán mañana al segundo Paro Internacional de Mujeres (PIM), que se replicará en al menos 57 países, con movilizaciones y actividades a las que llegan luego de un año de asambleas que, además de visibilizar la violencia machista, funcionaron como cajas de resonancia de conflictos sociales.
“Si nuestras vidas no valen, produzcan sin nosotras”, es la consigna internacional de la que se hacen eco en Argentina y que sintetiza dos puntos centrales del paro: visibilizar el aporte de las mujeres a la economía y denunciar las violencias en un país donde la brecha salarial sigue siendo 30 % y una mujer es asesinada cada 30 horas.
Las modalidades en las que se llevará adelante el paro varían según cada país, provincia, localidad, e incluso cada gremio y van desde acciones como “ruidazos” hasta el cese de actividades en los puestos de trabajo de entre 2 y 24 horas.
La especialista describió cómo el paro se fue armando hace meses en asambleas en cada lugar de trabajo, en escuelas, en cada barrio, en centros culturales y sindicatos, para luego confluir en asambleas multisectoriales de cada localidad.
En Argentina el primer paro de mujeres se realizó el 19 de octubre de 2016, durante dos horas, como una reacción espontánea tras la muerte de Lucía Pérez, cuando las primeras informaciones indicaban que la joven de la localidad bonaerense de Santa Clara había fallecido como consecuencia de empalamiento durante un abusado sexual. A principio de ese mes, en Polonia las mujeres pararon en protesta contra un proyecto de ley que pretendía restringir el derecho al aborto.
Desde entonces, las mujeres de diferentes partes del mundo comenzaron a coordinar acciones conjuntas, en gran parte impulsadas por el movimiento en Argentina que se fue nucleando alrededor de #NiUnaMenos, un proceso de reacción contra lo femicidios que tomó cuerpo en una multitudinaria marcha el 3 de junio de 2015.
¿Qué hacen los varones durante el Paro Internacional de Mujeres? El debate de las redes
El lugar que deben ocupar los varones en el marco del Paro Internacional de Mujeres (PIM) es un debate que circula hace unos días en las redes, fundamentalmente impulsado por ellos, pero no llevó tiempo en las asambleas preparatorias del 8M, donde la posición fue unánime: es una acción de mujeres y trans.
“¿Qué hacen los varones?”, preguntó una participante de una asamblea de mujeres en una empresa, a lo que otra respondió: “No me importa, nosotras llevamos meses preparando este paro, hacemos un encuentro anual hace años para deconstruirnos, que ellos vean qué hacen?”, y la discusión se cerró.
Durante las asambleas preparatorias al PIM (Paro Internacional de Mujeres) el rol que debían ocupar los varones no fue central; si el tema surgía se minimizaba, coincidieron varias activistas.
En las marchas convocadas para mañana en distintas localidades la decisión acerca de permitir o no la participación quedó en manos de cada organización: algunas plantearon la negativa, otras lo habilitaron dentro de la columna principal, otras plantearon que marchen atrás, pero todas coincidieron en que no podrán ir a la cabeza.
Sin embargo, en las redes el tema se instaló como debate hace días promovido en la mayoría de los casos por los varones.
En algunos flyers, ninguno oficial de la organización del 8M ni de #NiUnaMenos, sugirieron una serie de puntos: “si sos varón juntate con tus amigos y charlen el tema”; “si sos papá cuida a tus hijxs, si no tenés, ofrecete como niñero”; “si sos jefe, dejá que la mujeres paren”; “si sos docente, no pases lista”; “si vas a la concentración, quedate en las filas de atrás y no ordenes ni dirijas”.
La lucha de las mujeres por sus derechos continúa vigente desde hace más de un siglo
La lucha contra las condiciones de inseguridad, desigualdad y explotación laboral, por el derecho al sufragio universal y contra la discriminación, están en el origen de la declaración del Día Internacional de la Mujer que se celebra mañana en todo el mundo con un Paro Internacional de Mujeres (PIM).
Aquellas reivindicaciones que marcaron el inicio de un camino que lleva más de cien años, siguen vigentes en la actualidad, más allá de los cambios y la dinámica social que llevó a ganar derechos y empoderar a la mujer.
El problema es que continúan presentes las bases culturales y políticas de una sociedad patriarcal que subsume a la mujer, y llega hasta el extremo con el femicidio.
Al calor de las luchas sociales de principios del siglo XX, comenzaron a visibilizarse los reclamos de las mujeres trabajadoras en Estados Unidos, Rusia y distintos países de Europa y América Latina.
En 1908 miles de manifestantes se movilizaron por las calles de Nueva York exigiendo aumentos salariales, derecho al voto para las mujeres, reducción de la jornada de trabajo y condiciones laborales dignas.
Al año siguiente el Partido Socialista estadounidense celebró el primer Día Nacional de la Mujer, y en 1910 la Segunda Internacional de los trabajadores, donde había mujeres de 17 países, proclamó en Dinamarca el Día de la Mujer, pero no fijó una fecha precisa.
Un año después, el 19 de marzo se celebró el Día Internacional de la Mujer en algunos países europeos con actos y concentraciones callejeras que adquirieron un carácter político mientras las voces de mujeres anarquistas y socialistas marcaban el pulso de los reclamos.
En tanto, en Estados Unidos 123 trabajadoras textiles y 23 operarios morían bajo las llamas por un incendio en la fábrica de confección de camisas Triangle Waist de Nueva York, por la falta de medidas de seguridad. Era el 25 de marzo de 1911. La mayoría de las víctimas eran chicas inmigrantes de Europa del Este e Italia de entre 14 y 23 años, y fue este acontecimiento el que potenció la idea de fijar una fecha para conmemorar la lucha de las mujeres por sus derechos.
En Rusia también se dieron luchas en 1913 y 1914, donde las mujeres conquistaron el derecho al sufragio, hasta que en 1917 con la Revolución Bolchevique el papel de la mujer adquirió un sentido más profundo en la lucha por la igualdad.
Recién en 1977 se oficializó el 8 de marzo como el Día Internacional por los Derechos de la Mujer, proclamado por la organización de las Naciones Unidas (ONU).Tras aquellas primeras luchas, las siguientes décadas del siglo XX y lo que va del XXI continuaron siendo testigos de las desigualdades sociales y de género enarbolando muchas de aquellas reivindicaciones y nuevos reclamos de viejas injusticias.
Por eso, en forma paralela al empoderamiento de la mujer comenzaron a resignificarse y visibilizarse cada vez más aquellas como la violencia contra la mujer en todas sus formas, una conducta naturalizada por la sociedad.
Otro de los reclamos que en la actualidad se colocó en primera línea en muchos países es la despenalización del aborto, frente a una realidad de interrupción clandestina del embarazo que atravesó todas las épocas, a principios del 1900, antes y también ahora.
A lo largo de la historia, multitudes de mujeres se rebelaron contra el patriarcado, el machismo, la opresión y la explotación, muchas en soledad, en sus casas, con sus parejas, y muchas en forma colectiva, en la calle, en las instituciones, en la política; y en los cinco continentes.