Shakira: los estereotipos y el duelo


La famosísima cantante junto al ídem moderno productor Bizarrap le dedicaron una canción a la ex pareja de la primera, otro afamadísimo ex fubolista. La letra se presta, a pesar de ser simple y directa, a múltiples análisis dentro de los cuales, el autor quiere colar el suyo.

TEXTOS. Ps. Gustavo Giorgi. 

Pienso que el verano es una época propicia para pensar.

El hecho de no tener que andar de un lado al otro como locos, llevando los chicos al cole o a otras actividades; el tránsito que disminuye; la posibilidad de vacacionar y tal, nos invitan a dejar fluir nuestros fatigados cerebros, poniéndolos a andar.

Así, quiere la cosa que en este estío austral, la famosísima cantante Shakira junto al ídem moderno productor Bizarrap le dediquen una canción a la ex pareja de la primera, otro afamadísimo ex fubolista.

La letra se presta, a pesar de ser simple y directa, a múltiples análisis dentro de los cuales quiero colar el mío.

UNO: ACERCA DE LOS ESTEREOTIPOS 

Somos testigos de un cambio de modelos y eso está buenísimo.

Abandonar creencias arraigadas durante mucho tiempo y cuya base de sustentación no fue otra que el prejuicio es algo que debemos saludar calurosamente.

Así, las nuevas generaciones nos enseñan diferentes modalidades de relación con el trabajo. Ya no más sacrificio y «dejar todo por la profesión (o empresa)» sino que la prioridad va por otro lado. Bien.

Otro. La visibilización de los abusos infantiles. Basta de naturalizar situaciones de violencia doméstica que antes, por ocurrir puertas adentro, o porque «No es para tanto, che… al final el tío solo quería hacerte un chiste cuando te tocó…» escondía a muchísimas víctimas que luego, en su adultez, debían tramitar esto como podían, muchas veces en soledad.

Finalmente, la radical modificación en el rol femenino con todas sus variantes: madre nutricia, empleada sometida, ama de casa que debe tener al marido contento, etc. 

Es sobre esto último que me quiero detener y es en el paso de lo que creo, un estereotipo a otro, igualmente superyoico.

Hace un tiempo atrás, el estereotipo de la mujer era, en primer lugar, que estaba biológicamente determinada por su genital (tema que bien abordó Freud a principio del S XX). Luego, y posiblemente por la química hormonal asociada, era más sensible y llorona. Buena para el cuidado de los niños y las tareas domésticas dado que no poseía la fuerza, ni intelectual ni física de su compañero obligado (un varón), único capaz de proveer sustento al hogar.

Hoy, asumimos que las mujeres pueden hacer todo lo que se propongan bajo un nuevo esquema o modelo de mujer empoderada que discute, con todo derecho, con el hombre.

Así, plantea condiciones igualitarias respecto de todo: salarios, crianza y tiempo con los hijos, responsabilidades domésticas, entre otras cosas.

Ahora bien, y volviendo al tema del inicio pregunto: ¿No estamos cayendo en otro estereotipo, aplastante de la subjetividad de cada mujer? ¿No sería más propio hablar de las mujeres, en plural?

Digo, las mujeres que no comulgan con algunos de estos lineamientos, ¿no merecen ser respetadas, también? Alguien que admita su radical diferencia pero no solo con el hombre, sino con todas las otras mujeres y se anime a coincidir en algunos puntos pero también a discrepar en otros. ¿Te imaginás a una persona que no esté en contra de la interrupción voluntaria del embarazo pero que luche por ser reconocida, igual que sus pares varones, en su empleo? ¿Podemos aceptar esto?

Veamos la letra de la canción de marras cuando establece que: «Las mujeres ya no lloran, las mujeres facturan».

¿No podría, acaso una mujer, llorar simplemente? ¿Está mal eso porque no se corresponde con el nuevo estereotipo?

¿Y por qué habla de mujeres y no de personas? ¿Acaso hay un modo especialmente femenino de afrontar la pérdida? ¿No te suena esto a estereotipo?

DOS: ACERCA DEL DUELO

No me arriesgo a decir que, posiblemente, el modo de atravesar un duelo sea una de las expresiones más particulares de la psiquis humana.

No podemos juzgar a otro por no llorar o suficiente. O por llorar demasiado. Por estar triste mucho o poco tiempo. Por salir demasiado o querer estar en casa todo el día.

Es subjetividad en estado puro. 

Entonces… decir que las mujeres no lloran sino que facturan implica creer, ingenuamente, que la única compensación viable, para todas, es la económica. ¿No sería más sano que cada quien desande el camino a su manera, sin tratar de «cambiar una cosa por otra»? ¿No sería recomendable para nuestra salud mental admitir la pérdida y todo lo que nos duele en lugar de taparla rápidamente con guita y con hacer creer al mundo que somos unos vivos bárbaros?

TRES: NEGACIÓN 1- AUTOCONOCIMIENTO 0

Todos sabemos (los que no, sugiero que comiencen a pensarlo seriamente) que cuando una relación llega a su fin hay una responsabilidad compartida. Aún cuando hay una infidelidad.

¿Alguien encuentra, en la canción, algún tipo de «hacerse cargo»?

¿Alguien es capaz de escuchar en ella un signo de vulnerabilidad o angustia?

Una de las salidas del duelo, fallida por cierto, es la negación.

Esto nos impide afrontar eficazmente el cráter que nos apareció en el cuore, luego de una pérdida semejante…

¿QUIÉN ES QUIÉN?

¿Shakira es la vivilla que convierte su desgracia en dinero? ¿O es una simple resentida que nos quiere sumar a su equipo?

¿Es Piqué un malvado infiel o un aprovechador de la circunstancia? ¿Shakira es buena y Piqué malo? ¿O al revés?

Aterricemos… No podemos pensar situaciones complejas desde la binariedad. No todo exige que tomemos posición de un lado u otro de la grieta.

Tratemos, hagamos el esfuerzo de ver a dos personas que hacen lo que pueden con una situación seguramente difícil para ambos y bailemos, que es verano… (ayuda que el groove del tema está copado).

Last but not least… ¿Nadie piensa cuestionar el lugar machista del productor que factura igual o más que la mujer que pone la carita?

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