María Pía Franco Nizzo trabaja desde los 5 años para hacer realidad la respuesta a la pregunta “¿qué vas a ser cuando seas grande?”. Esta pequeña gran bailarina santafesina dedica todo su tiempo a convertirse en profesional, realizando su sueño día a día.
Textos. Romina Santopietro. Fotos. Gentileza familia Franco Nizzo.
María Pía Franco Nizzo sabe que quiere ser bailarina desde los 5 años. Ingresó al Seminario Provincial de Ballet y, de la mano de la maestra Betty Sture, inició sus estudios de ballet y continua bailando sin descanso. Participó en certámenes nacionales e internacionales. A fines de 2013 fue aceptada y becada en el Estudio Olga Ferri, al que considera como su segunda casa.
Actualmente toma clases regulares en la Escuela Superior de Arte del Teatro Colón.
Este año estuvo en Nueva York durente 10 días en un seminario con los directores de los más prestigiosos ballets del mundo, siendo la única argentina en estas clases.
El logro más reciente de su joven carrera es la invitación que recibió para perfeccionarse en la sede del Ballet de Stuttgart, en Alemania.
Ahora reside en la capital del país junto a su abuela. Sus padres y hermanos viajan constantemente a visitarla.
Desde que se mudó a Buenos Aires, los días de María Pía comienzan con clases de técnica clásica, música, francés y preparación física en el teatro Colón.
Por la tarde, sigue bailando. Es que esta apasionada bailarina no se cansa ni se aburre: adora bailar.
“Todas las mañanas, de lunes a viernes tomo clases en el Colón. Por la tarde, hago contemporáneo y algunas clases de elongación.
Después voy a casa, curso la escuela on line y, desde las 19, vuelvo a clases al Colón. Mi día es casi completamente para bailar”, cuenta con una enorme sonrisa.
Frente a la pregunta de cómo es eso de estudiar en casa y por internet, explica: “El sistema se llama Seadea -Sistema de Educación a Distancia del Ejército Argentino-, estaba pensado en principio para hijos de diplomáticos o de familias que pertenecían al ejército. Lo coordina el Ministerio de Educación Nacional. Ahora se amplió para que deportistas y artistas, puedan cursar y rendir. En mi caso, como bailarina del Colón. Ellos me dan un cd y hay una página donde realizo los ejercicios y me puedo comunicar con una maestra”.
Para relajarse y divertirse, María Pía cuenta que le gusta pasear por Buenos Aires o venir a visitar a su familia y amigos a Santa Fe.
“Extraño bastante a mi familia ¡hasta a mis hermanos! -risas- y a mis amigas, pero no dejaría por nada del mundo lo que estoy haciendo. Adoro bailar”, resume con los ojitos brillantes y otra sonrisa gigante.
“Admiro a Julio Bocca y a Polina Semionova, una bailarina rusa”, cuenta. “Cuando estoy en casa me pongo a estudiar. También escucho música ‘normal’: Marama y reguetton, no todo es clásico, pero si no, practico clásico, contemporáneo y también tengo clases de folclore”, cierra.
Con la invitación a ser alumna regular en Alemania, hay toda una serie de decisiones a tomar desde lo familiar. Leticia, su mamá, cuenta que hay un enorme esfuerzo personal y económico que la familia enfrenta para acompañar a María Pía a alcanzar su sueño. “El Ministerio de Innovación y Cultura de Santa Fe nos ayuda con aportes, pero no se cubren todos los gastos. Por eso hay todo un esfuerzo enorme de parte de toda la familia”, se sincera.
Con respecto a los sueños, el cielo es el límite para María Pía. Como alumna regular del Colón, puede egresar con el título de profesora de danzas, pero su meta es ser bailarina profesional. “Me encantaría ser Giselle. Todos los ballets son hermosos, pero ese es mi preferido”, se ilusiona.
Y como se acerca su cumple de 15, expresa su deseo de viajar, pero no a Disney. “Me encantaría ir a París”, dice y su sonrisa dulce se transforma en pícara.