Toro Gazze: del lienzo vivo al virtual


Tobías Rodríguez Gazze es santafesino, nació en 1993 y es uno de los exponentes más exquisitos del tatuaje local. Tanto, que ya es un talento de exportación: reside en España desde donde continúa su carrera como ilustrador y tatuador.

TEXTOS. Romina Santopietro. FOTOS. Gentileza.

Apasionado del dibujo desde niño, Tobías Rodríguez Gazze comenzó de manera autodidacta a absorber conocimientos en todo lo que era de su interés en la materia, siempre acompañado por sus padres, quienes fueron sus primeros mentores impulsándolo a que construya su camino dentro del arte. A los 15 años sintió curiosidad por el mundo del tatuaje y dos años después conoció a Faber, otro reconocido tatuador local de larga trayectoria,  quién le abrió las puertas de su estudio transformándose en su aprendiz.

Llegado el momento y en la búsqueda por seguir creciendo, eventualmente pudo abrir su propio estudio, lo cual le permitió sumar la posibilidad de viajar para empezar a conocer todo sobre la cultura del tattoo, participando como guest alrededor del mundo.

Motivado por la naturaleza, hoy su enfoque está en encontrar la identidad de cada tatuaje, buscando que cada pieza tenga originalidad y su distintivo propio. Continúa ilustrando láminas y juega con pinceles y acrílicos cuando la inspiración lo llama. Ha incursionado un poco en la edición de fotos, también. Todo lo que tenga que ver con la imagen y la representación de su universo interior lo atrae. 

Charlamos con él al otro lado del Atlántico para saber un poco más de su arte y vida.

-¿A qué edad empezaste a dibujar?

-Empecé como todos, apenas pude agarrar un lápiz y hacer mis primeros garabatos cual niño aburrido, solo que nunca lo dejé y me obsesioné con que las cosas realmente me salieran como quería. 

-¿Sos autodidacta?

– Se podría decir que si, ampliando la primera pregunta, esa «obsesión» por alcanzar el resultado deseado me impulsó a seguir aprendiendo constantemente, en cada etapa y/o temática en la que estuviera interesado en ese momento. 

Yo no lo recuerdo porque era muy peque pero mi mamá siempre cuenta que hubo una época en que solo dibujaba bastos (el de las cartas) y que tenía hojas y hojas de lo mismo hasta que un día simplemente deje de hacerlo, imagino que habré hecho uno que me gustó y pasé a otra cosa. Esa misma dinámica me mantiene hoy en día en un constante aprendizaje, de técnicas, recursos, herramientas, estilos, todo. 

-¿Cómo llegaste a la profesión de tatuador? 

– Siempre lo cuento, fui muy afortunado en este aspecto. A diferencia de la mayoría que tuvieron que abrirse paso solos en el mundo del tattoo a prueba y error, yo tuve la suerte de que mi carrera empezara apadrinada por una persona muy influyente en el rubro en aquella época, y que me brindó el espacio ideal tanto para aprender el oficio como también adquirir ciertos valores personales y profesionales que, al final, fundaron las bases de toda mi carrera: Faber.

Mi interés por los tatuajes empezó con el reality «Miami Ink», a eso de los 15. Siendo súper tímido en esa época recuerdo que me armé de coraje, agarré una carpetita con mis dibujos y junto con un amigo fuimos a varios estudios de tattoo a preguntar si me tomaban como aprendiz… tan inocente que duele jaja. En todos me sacaron c*gando así que decidí descartarlo como opción, si no era con el apoyo de alguien entendido, tatuar no era para mi. 

Dos años después, la acompaño a mi ex a sacar turno a un estudio al que no había ido aquella vez y resultó ser que el dueño estaba buscando a alguien que le diera una mano, se ofreció a enseñarme y si todo salía bien podría trabajar con él.

Cómo empezó mi carrera es una pregunta que me suelen hacer seguido y cada vez que la cuento revivo esta anécdota a la que le guardo mucho cariño y un enorme agradecimiento. Es más, de no ser por Faber hoy no estaría donde estoy ni haciendo lo que hago. 

-¿Cuál es el estilo que más te gusta tatuar?

-Vas a tener una respuesta diferente según cuándo me preguntes esto, además todavía no tengo un estilo por defecto, sino etapas con distintos intereses de las cuales cada una me fue aportando diversos conocimientos que nutrieron el «estilo» que tengo hoy en día. 

Volviendo a la pregunta, si me preguntas hoy, estoy cebado por mil con el Art Nouveau y todo lo que deriva de ahí, por lo tanto es una mezcla entre eso y un poco de Neotradi -neotradicional- con sombreados más elaborados (que vienen del realismo). Un eterno rebuscado -risas-.

-¿Qué no tatuarías nunca?

– Un pene -más risas-.

-Contame alguna anécdota divertida.

– Creo que la anécdota más divertida fue tener que tatuar la cara de un cliente junto a la de su ex. Sin ánimo de ofenderle si está leyendo esto, ya que desconozco los motivos que ha tenido, y no por eso son menos válidos ni merecedores de respeto.

Recuerdo haberle dado dos sesiones -una para cada cara- haciéndolo esperar como un mes antes de empezar el proyecto para darle tiempo a recalcular y abortar la misión, cosa que no sucedió y vino super puntual tanto a la primera (su auto retrato) como a la segunda sesión (el de su ex). 

Dos semanas después de terminarlo completo, con ambos rostros perfectamente curados se presentó al local para pedir turno y taparlo, explicando que estaba conforme con el trabajo pero que simplemente lo quería tapar. Y así lo hicimos, un dragón japonés con muchas escamas fue nuestro comodín.

-Develemos mitos ¿quién se la banca más, hombres o mujeres?

– No se si hay un género que se la banque más, conozco mil casos diversos que fueron titanes a la hora de tatuarse. Biológicamente es muy cierto que las mujeres están mas preparadas para tolerar el dolor, pero en mi experiencia no es una cuestión género, es una ruleta rusa porque todas las personas tienen distintos niveles de tolerancia al dolor.

-¿Hace cuánto estás en España?

– Poco más de un año y medio desde que me fui, pero concretamente en España un año y un mes.

-¿Cómo te adaptaste a vivir allá?

– En general muy bien, pero hubo y hay muchos desafíos constantemente, todo lo que es trámites ya es bastante complejo y con la excusa de una pandemia de por medio aún más. A la hora de volver a tatuar también fue complejo, incluso confiando en mi trabajo, en mi portfolio, me costó bastante, y todavía no salí del bosque. Vine siendo consiente de lo que podría implicar empezar de cero en un mercado relativamente cerrado (en el sentido de que la mayoría ya tiene su tatuador de confianza como para fijarse en alguien nuevo), sin embargo, sigo trabajando día a día para construir una base de clientes sólida como tenía en Santa Fe. Acá y allá tengo clientes increíbles, pero el hecho de encontrarme con tanto tiempo libre me costo muchísimo, acostumbrado al jaleo diario de Santa Fe. Sin embargo, quitando todos los desafíos y demás, la calidad de vida es otra y lo volvería a hacer. 

-¿Qué hay de diferente en el mundo del tatuaje acá y allá?

– No sé si hay grandes cambios, pero algo curioso que note en España es el complejo de tatuarse en verano. En general hay un mito social de que no se puede y se nota en la demanda. Por otro lado, otra curiosidad que vi en mis temporadas de guest en Noruega fue el respeto ciego que te deposita la gente por el simple hecho de estar sentado en la silla del tatuador. Es como si asumieran que solo por estar ahí yo sabia más que ellos y me dejaban hacer y deshacer los diseños a mi criterio, en ese extremo. Cosas como ésta suelen darse con el tiempo después de construirte cierta reputación o renombre en tu comunidad, pero acá era un completo desconocido. 

-Habitualmente hacés series de láminas ¿para cuándo los lienzos y cuadros? ¿Se viene alguna expo?

– Hace unos meses me pidieron una de mis MoonGirls en lienzo, en un tamaño mucho mayor al del diseño digital (A3). Hice una prueba para ver si la calidad de la imagen se deterioraba al expandirse más del triple (querían un cuadro de 1,60 de alto) y salió tan bien que le despaché ese mismo bastidor. Quedan geniales en lienzo, tengo muchas ganas de hacer más. 

Con respecto a pintar cuadros, tengo un amor-odio con el tema porque no controlo los materiales como quisiera y me divierte pero me llena de ansiedad, así que ahí vamos, cada tanto lo hago. Por motivos como este y otras cosas no tengo planeada una expo en el futuro cercano, pero quién sabe…

-¿Qué extrañas de Santa Fe?

– El olor a asado, a mi hermano molestando en casa, mi vieja tocando el piano o una escapada express al campo con mis amigos. 

-¿Qué te inspira? 

-¡De todo! Desde una conversación, una canción, una fotografía o detalles sutiles que podés encontrar en la naturaleza en cualquier momento espontáneo y random del día como un pajarito, igual, no se si puedo responder algo más específico porque no le presto atención al qué o al cómo, es algo que simplemente sucede, o no, y no pasa nada. 

-Sé que amás viajar ¿ cuál sería un destino próximo?

-Si pudiera elegir cualquier lugar ya mismo sería el que tengo entre cejas hace rato: Islandia. No tengo idea qué pero hay algo de ese punto en el mapa que me llama la atención y necesito ir urgente -cierra con risas-.

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