Tener un cutis graso no implica necesariamente que EL maquillaje resulte menos duradero. Simplemente, este caso requiere una correcta limpieza previa del rostro y utilizar siempre productos idóneos, que respondan a las características específicas de este tipo de piel.
Hay que recordar que una dermis grasa necesita unos cuidados básicos para lucir sana y para que el maquillaje cumpla su función fundamental: unificar la piel del rostro. La limpieza diaria y una correcta exfoliación cada quince días evitará que el exceso de sebo y las células muertas se acumulen y lleguen a tapar los poros, provocando la aparición de los temibles granitos.
Con el cutis limpio e hidratado, el éxito de un maquillaje para piel grasa está en elegir la base adecuada. Si se tiene poros abiertos (muy comunes sobre todo en la zona de la frente y de las aletas de la nariz), antes de aplicarla, utilizar un gel específico con efecto «minimizante». Este tipo de productos resultan realmente efectivos porque crean una especie de «film» invisible que alisa la zona de aplicación reduciendo la presencia de los poros. Utilizarlos en aquellas áreas conflictivas y, seguidamente, aplicar la base en el conjunto del rostro. Elegir una de tono similar al de la piel y, preferentemente, de textura cremosa.
Luego, si hay granitos, es el momento de recurrir a los correctores específicos para pieles con acné (no comedogénicos). Difuminar con la ayuda de la esponja para que se funda perfectamente con la base.
Conseguida la uniformidad del rostro toca maquillar ojos y labios. Los párpados son una de las zonas donde puede llegar a concentrarse y hacerse visible el exceso graso. Para evitarlo, utilizar una prebase matificante antes de aplicar las sombras. Además, otro buen consejo, es optar siempre por sombras en polvo. Para terminar, delinear el contorno de los ojos y aplicar la máscara de pestañas.
Para la boca, eligir labiales sin base oleosa y antes de aplicarlos, utilizar el delineador, así se evitará que el labial pueda correrse.
En el caso de pieles grasas, acabar el maquillaje con polvos translúcidos es «obligatorio» porque este producto es la clave para fijar bien el maquillaje y lograr un efecto aterciopelado y libre de brillos.