Un baúl, archivos y memorias


Charlamos con la locutora Viviana Traverso, quien desde su programa de radio y sus populares redes sociales -y ahora de la mano de El Litoral- trae al presente recuerdos de todas las épocas con el objetivo de «tocar el corazón» de sus seguidores.

Un programa de radio con 21 años de vida, una página de Facebook con más de un millón y medio de seguidores, y una trayectoria reconocida en toda la región bastan para presentar a la locutora Viviana Traverso.

La voz de El Baúl gusta de traer a la memoria canciones, momentos y anécdotas, de «volver a pasar por el corazón», como reza la invitación que hace a través de sus redes sociales. Con este objetivo se sumó a la propuesta de El Litoral a partir de la cual comparte notas de nuestro archivo con su público.

Para conocer un poco más de este proyecto que la tiene como protagonista, charlamos con ella.

– ¿Cómo surgió esta posibilidad de trabajar conjuntamente con El Litoral?

– En lo personal y en lo profesional la idea de unirnos con El Litoral y El Baúl con Viviana Traverso -mi página de Facebook- me parece una excelente propuesta que recibí y de la cual no dudé ni un instante. Creo que el sumar ayuda muchísimo, estoy más que contenta con formar parte de esta gran familia.

– ¿Qué puede encontrar quien te lea y te escuche a través de los distintos soportes del diario?

– Las personas que me leen, que me siguen o que me escuchan van a encontrar en los distintos soportes del diario un gran archivo. Van a poder ver imágenes guardadas desde el año 1918 en adelante. Estoy feliz de invitar a los seguidores a que entren y puedan conocerlo a través de El Baúl.

– ¿Cómo es el proceso de la selección de temas que se van presentando y de la elección de los materiales?

– La selección siempre es de a dos y sobre todo de los archivistas del diario. Estamos siempre en contacto charlando sobre lo que están descubriendo, las imágenes que se van limpiando, el armado de fotografías…

Los temas son muy variados. Por ejemplo, vamos al año 1923 cuando surgió la industria del fósforo en Santa Fe. Así que se pueden encontrar con esas maravillosas postales, un verdadero museo virtual que queda plasmado a través de la página de Facebook. Así la idea es ir buscando material que atrae muchísimo a los seguidores y a los oyentes, en mi caso personal.

– Contanos cómo se fue armando tu propio archivo y qué material compartís.

– El Baúl con Viviana Traverso es un proyecto que lleva muchos años. Está formado no solamente por imágenes que me envían mis seguidores, sino también por otras que yo busco e investigo a través de las redes sociales. Se trata de un museo virtual lleno de fotos que voy subiendo permanentemente. Si a esto le sumamos el aporte de El Litoral, que también se agrega a la página, el resultado queda de diez.

– ¿Cómo se formó tu comunidad en las redes sociales y cómo es tu relación con ella?

– Mi página en Facebook se desprende -se podría decir así- de lo que es El Baúl, que ya tiene 21 años. Podríamos decir que nace de la mano del programa de radio y de TV. Estoy en permanente contacto con los seguidores, subo material todo el tiempo, también en agradecimiento a ellos que están ahí esperando una nueva publicación. Estoy orgullosa porque hoy la página sigue siendo la más grande de todo lo que es el Litoral de la Argentina con seguidores de todo el planeta. Esto requiere devolverles la atención de que ellos estén ahí continuamente.

– ¿Por qué crees que a la gente le gusta tanto volver sobre los recuerdos y memorias de otras épocas?

– En lo personal siempre digo que la idea no es llevar, ni a los oyentes ni a los seguidores, hacia atrás sino hacia adentro porque ahí es donde guardamos todo lo que ha tocado nuestra historia. Es meternos en el corazoncito de cada uno y llegar a tocar lo que ha marcado a tantas generaciones. Disfruto mucho esto tanto en la radio como así también en las redes. Intento tocar el corazón a las personas y también ellas me tocan el corazón cuando recordamos nuestra infancia, nuestra adolescencia, sabores, aromas, costumbres. También al pensar en nuestros padres y abuelos, en cómo nos criaron, qué cosas pudieron darnos y qué no, los valores que nos inculcaron. Cuando éramos chiquitos decíamos que queríamos ser grandes y hoy que somos grandes queremos volver a ser niños ¿Quién no? Pero ese niño siempre está en el interior, a medida que pasa el tiempo no hay que olvidarse de eso. Hacemos muy bien en tenerlo presente todo el tiempo y yo lo hago, obviamente, desde El Baúl.

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