Una urdimbre de sonidos


El talentoso músico y compositor entrerriano Carlos Negro Aguirre presentará el disco «Va siendo tiempo» junto a su quinteto de guitarras. El concierto será el sábado 13 de noviembre a las 20.30 en el Teatro Municipal 3 de febrero de Paraná. Aquí, dialoga con «Nosotros» sobre sus composiciones, la formación de su quinteto, sus búsquedas sonoras y su laboratorio creativo.

TEXTOS. Mili López. FOTOS. Gentileza.

Como manantial, la música brota en la figura del compositor y multiintrumentista Carlos Negro Aguirre. Con templanza, pero a la vez inquieto, siempre está en movimiento, estudiando e investigando sobre la música popular argentina y un poco más allá. La música de Aguirre se nutre del paisaje litoraleño, de ritmos folclóricos argentinos y latinoamericanos, de cadencias jazzísticas y hasta instrumentaciones camarísticas.

Como un artesano el Negro teje una urdimbre de sonidos que hace que su música resuene y convoque a la escucha atenta y sin prisa. Buscador de sonoridades y texturas y sus combinaciones, transita desde hace tiempo distintos proyectos solistas y colectivos, donde se funden estilos y géneros en pos de la sensibilidad y la creación.

Versátil e intuitivo, el Negro se permite virar y cambiar de dirección si el disfrute musical lo amerita. Por eso, luego del disco «La música del agua» (2019), una inmersión personal de piano y voz para redescubrir a autores como Ramón Ayala, Chacho Müller y Aníbal Sampayo, entre otros, llega «Va siendo tiempo», un proyecto musical en formato de quinteto de guitarras.

Desde 2017, «Carlos Aguirre Quinteto», «es un grupo de estudio de los recursos creativos que ofrece un ensamble de guitarras a la hora de interpretar ritmos folclóricos argentinos», cuenta Aguirre y se emociona «En todos mis grupos se forman convivencias, porque pasamos muchos días juntos. De esa manera, las canciones se impregnan de todo lo que es el grupo, porque no están ajena al transcurrir de la vida».

Estas canciones y temas instrumentales que se gestaron en más de cuatro años, serán parte del concierto de lanzamiento de este disco que será presentado el sábado 13 de noviembre a las 20:30 en el Teatro Municipal 3 de febrero de Paraná.

DINÁMICA DEL ENSAMBLE

«Carlos Aguirre Quinteto» está conformado por talentosos músicos que viven esta experiencia más allá de la música, como una hermandad. Los cómplices que se suben a esta aventura musical con cuerpo y alma son: Mauro Leyes, Luis Medina, Mauricio Laferrara y Sebastián Narváez.

Como en un laboratorio creativo, el Negro se toma su tiempo para que la música decante y se obtenga la cepa deseada. «En una primera etapa probamos muchas cosas que finalmente no llegaron a ser parte de ningún material para tocar en vivo pero que fueron dando un sedimento o una suerte de padrón de sonoridades que nos nutrieron y dieron lugar a una nueva etapa de composición de nuevas músicas para esta formación».

-En este proyecto, pasaste del piano (tu instrumento de «cabecera») a la guitarra como protagonista ¿cómo es tu relación con este instrumento?

-Si bien no soy guitarrista, he tenido desde siempre un vínculo muy estrecho con este instrumento que me ha servido de plataforma para gestar varias canciones. Pero fue a raíz del vínculo con Eduardo Isaac que comencé a escribir piezas para guitarra solista. A raíz de esa experiencia se instaló en mí ese deseo de pensarla como una línea de trabajo que siempre riego con muchísimas ganas. Es un instrumento que posee un universo bien frondoso y particular y en permanente evolución dada la enorme diversidad de músicas del mundo que lo tienen tanto dentro de las músicas populares como las que provienen de ámbitos académicos.

-¿Cuánto hay de evocación al sonido guitarrístico de Zitarrosa en esta propuesta?

-¡Creo que mucha! (risas). Es un sonido que traemos muy arraigado en nuestro folclore desde la niñez. Igual, de a poco nos vamos tomando algunos permisos y nos dejamos experimentar tomando otros atajos o usando tratamientos no tan tradicionales, no con ánimo de romper nada sino de buscar desprejuiciadamente otras sonoridades posibles que podrían dialogar con las ya conocidas.

-Si bien la base es guitarrística, luego se fueron incorporando otros instrumentos ¿cuál fue esa búsqueda sonora? ¿Tiene que ver con abrir el repertorio a la música latinoamericana?

-Fuimos incorporando otros instrumentos que vinieron a resolver algunas necesidades expresivas: voz, acordeón, guitarrón, mandolina, guitarra piccolo, guitarra bajo, algunos instrumentos de percusión. Todas estas incorporaciones trajeron mayor riqueza tímbrica a nuestro ensamble y claro, una natural apertura de fronteras en nuestro repertorio para acercarnos a sonoridades propias de otras regiones del continente. Por otra parte, porque consideramos que son músicas afines con una respiración similar y que traducen realidades con las que resonamos mucho.

-Una vez compuestas estas canciones y obras instrumentales, ¿cómo trabajan los arreglos?

-En general asumo a título personal la gestación de los arreglos, pero al presentar la partitura al grupo surgen las devoluciones y ajustes que generosamente plantean mis compañeros desde sus diferentes perspectivas. Siento que ese momento enriquece un montón la idea original.

HISTORIAS HECHAS CANCIÓN

En este disco un poquito más de la mitad del repertorio está constituido por canciones. Las temáticas son diversas: los almacenes de ramos generales como espacios donde se operó la transformación de los patrones de vida y de consumo en los pueblos de campo y hasta en las ciudades; la historia de un puerto de provincia y un hombre que propició la gestación de las primeras organizaciones obreras de Entre Ríos; el amor y sus infinitas lecturas; un relato surgido en un ámbito onírico; una canción que a través de la memoria del asesinato de Santiago Maldonado intenta dar un marco de visibilidad a la problemática de las naciones originarias que habitan el país…

«Son procesos bastante largos los que suelo emprender con las letras de las canciones», dice Aguirre y continúa: «Hago muchas entrevistas a las personas que habitan esos lugares que pretendo describir, busco bibliografía abundante sobre cada temática, mucha reflexión, y luego un relato que después intento llevar a un marco poético para buscar entonces la manera de cancionar».

«Va siendo tiempo» es el nombre de una chacarera y también el título del disco. Como una anunciación, el significado simbólico de esta frase toma peso en el contexto en que se gestó este disco, el cimbronazo de la pandemia, la mirada de Aguirre sobre el cuidado de la naturaleza y una actitud reflexiva sobre los tiempos que corren y los lazos humanos.

«El título es una expresión que nos hace pensar mucho en todos los pendientes que tenemos como especie. Uno de los más importantes es comprender que somos parte de la naturaleza y no dueños de ella. Que seguimos vivos por un enorme acto de nuestra madre tierra que nos devuelve con generosidad la mezquindad con la que la tratamos» reflexiona y agrega: «Decimos «Va siendo tiempo» que despertemos, que tengamos una manera más amorosa de vincularnos con todos los seres vivientes, que entendamos que el amor es el bien más preciado».

-Pensando en los lazos humanos, el amor y la expresión artística, ¿qué sentís de volver a los escenarios después de tanto tiempo?

-Una alegría enorme y mucha ilusión de tejer nuevos y muchos vínculos con las personas, pero de esos vínculos profundos donde desaparezcan los roles de quienes exponen y quienes escuchan y seamos capaces de decir y escuchar desde ambos lados.

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