Los estudios de desarrollo de videojuegos argentinos exportan el 83% de sus juegos. Para esto, necesitan responder a la vanguardia mundial en tecnologías de desarrollo.
La industria de los videojuegos crece a un ritmo poco comparable con otras áreas productivas. Argentina no es la excepción: con más de 120 estudios de desarrollo, la industria nacional de juegos alcanzó una facturación de 76,5 millones de dólares en 2019, según el último informe anual de la Asociación de Desarrolladores de Videojuegos Argentinos (ADVA).
Sin embargo, solo el 17% de los juegos desarrollados en el país es jugado por gamers argentinos: el 83% restante es exportado a distintas partes del mundo. Del total de ventas, el principal mercado de exportación es Norteamérica, con un 41% del total, seguido por Europa con un 22%. De esta manera, la industria argentina de videojuegos pertenece al mercado internacional y responde a sus tendencias, exigencias y tecnologías.
En este sentido, el reporte de ADVA refleja que el 87% de los estudios de desarrollo locales utiliza Unity 3D como herramienta de framework y engine. Esto está en línea con la preferencia global: esta plataforma para crear y operar contenido interactivo en 3D en tiempo real es elegida en 190 países y a través de ella se desarrollaron la mitad de los videojuegos que existen hoy en el mundo.
Su fuerte adhesión se debe a las infinitas posibilidades de desarrollo que ofrece para crear videojuegos de calidad y aprovechar al máximo las capacidades de los dispositivos electrónicos donde se ejecutarán los juegos. Esto lo logra a través de su comunidad que evoluciona constantemente poniendo a disposición recursos tecnológicos de todo tipo para crear experiencias de juego superiores.